Cartier nos presenta el Santos-Dumont XL, una de las novedades que debían haber visto la luz en el Watches & Wonders Geneva 2020. No se trata de una novedad de carácter mayor ya que no se trata de un nuevo reloj sino de una nueva versión de uno ya conocido. El Santos-Dumont es una gama reciente del Santos, que se presentó el año pasado en el salón SIHH 2019, y que tratamos en este artículo. No obstante se enmarca perfectamente dentro de lo que podríamos denominar novedad de carácter medio-alto.
Le otorgo esta calificación medio-alta ya que aporta dos novedades que, en su conjunto, convierten al Santos-Dumont XL en una variante totalmente nueva desde el punto de vista ergonómico y técnico.
Si hasta ahora el Santos-Dumont estaba disponible en tamaños que Cartier denomina pequeño y grande, ahora tenemos la super-grande. Las dimensiones de la versión grande son de 43,5 x 31,4 mm y las del nuevo XL de 46,6 x 33,9 mm. Estamos ante una diferencia de aproximadamente 3 milímetros por lado. Dicho así puede parecer poco, pero 3 milímetros en la caja de un reloj comportan un incremento de tamaño, tanto real como subjetivo, enorme.
Aparte del incremento de tamaño, ninguno de los elementos externos del Santos-Dumont sufre variación alguna con respecto a los tamaños ya existentes en el catálogo de Cartier. Su diseño, tanto de caja como de esfera se mantiene inalterado y conserva todos los rasgos estéticos del icónico reloj que ceñía en su muñeca el legendario aviador y aventurero Alberto Santos-Dumont.
La segunda gran diferencia de este Santos-Dumont XL con respecto a sus hermanos de colección es tanto o más importante que su tamaño. Me refiero al movimiento que alberga en su interior, que por primera vez en esta colección es mecánico. Efectivamente, los modelos pequeño y grande del Santos-Dumont equipan un movimiento de cuarzo, que obviamente difiere en muchos sentidos del calibre 430 MC que encontramos en el interior del nuevo XL. Este movimiento mecánico, de carga manual, aporta un pedigrí relojero muy superior a los movimientos de cuarzo. Por otro lado, también es posible que ciertos clientes prefieran la practicidad del cuarzo.
De entrada, Cartier ofrece tres variantes del Santos-Dumont que se diferencian por el metal utilizado para manufacturar su caja. Tenemos la opción de oro rosa, la de acero y un tercer modelo que combina el acero de su carrura y fondo con el oro rosa de su bisel.
Obviamente el carácter del reloj varía mucho el función de la versión elegida. Para personas con un amplio «fondo» de relojes y para ocasiones en las que se privilegie la distinción, la versión de oro rosa parece la elección ideal. Como reloj de uso diario, la versión de acero es con mucho la más coherente, aunque tengo que admitir que la versión «mixta» me resulta muy atractiva, algo sorprendente teniendo en cuenta el poco apego que tengo a los relojes que combina oro y acero.
