Cartier Santos – la esfera
Cuando analicé el Clé de Cartier, el aspecto que menos me convenció fue su esfera. Era la clásica esfera que encontramos en todos los relojes Cartier. Me pareció impersonal y esperaba algo más original y acorde con un reloj de diseño totalmente nuevo.
El nuevo Cartier Santos sigue la misma pauta, pero en este caso me parece totalmente acertado. El Santos es todo lo contrario a un reloj nuevo y esta versión ha querido mantener al máximo el ADN del reloj de 1912, con lo cual, lo coherente es que su esfera también emule la del reloj histórico.
Si comparamos la imagen superior con la del Santos histórico veremos que efectivamente las esferas son prácticamente idénticas. La única gran diferencia son las agujas, que en el Santos de 1912 eran del «tipo Breguet» y en este siguen la geometría habitual que encontramos en la práctica totalidad de relojes del catálogo actual de Cartier.
La emulación del Santos histórico también se cumple en las proporciones de los elementos de la esfera. Así, si lo comparamos con el actual Santos 100, veremos que los característicos índices horarios en forma de números romanos son de menor tamaño. La consecuencia es que las dimensiones del también característico indice minutero interno son mayores, lo que proporciona al nuevo Cartier Santos una legibilidad superior.
El azul de las agujas, nuevamente característico de Cartier, además de ser fiel con el ADN de este reloj, aporta un un toque de distinción y un atractivo contraste con los tonos monocromáticos del resto de la esfera. Lo único que me sobra es algo que ya he comentado en multitud de relojes: la dichosa inscripción «AUTOMATIC», que en este caso (como en casi todos) encontramos ubicada a la altura de las 6 horas. Tampoco puedo pasar por alto la ausencia de material luminiscente en agujas e índices, algo que le resta algún punto como reloj versátil perfecto, aunque en defensa de esta decisión hay que admitir que su utilización le restaría elegancia. Dejando de lado estos dos detalles, la esfera del nuevo Cartier Santos me parece intachable y acorde con el espíritu del reloj.
Cartier Santos – el movimiento
En el interior del nuevo Santos encontramos el calibre 1847 MC, un movimiento de nueva generación totalmente manufacturado por Cartier y que se ha convertido en el movimiento mecánico de base de todas sus colecciones.
A este calibre 1847 MC ya me referí con ocasión del análisis del Clé de Cartier, pero con la información que nos proporciona ahora Cartier hay que añadir un par de detalles de suma importancia y que se refieren a su resistencia al magnetismo.
Ya he comentado en multitud de ocasiones que el gran enemigo actual de cualquier reloj mecánico es el magnetismo, que altera gravemente su cronometría. Pretender huir hoy en día del magnetismo es imposible. De forma continua estamos en contacto con aparatos que emiten corrientes magnéticas provenientes de sus baterías, entre ellos el móvil, la tablet y el ordenador portátil, sin olvidar el simple microondas cuyas emisiones pueden acabar con nuestro reloj.
Por tanto, como no podemos huir de ellas, no queda más remedio que proteger el reloj. De ahí el surgimiento en relojería del silicio como material de presente y futuro para las partes más criticas del reloj con las corrientes magnéticas. El Cartier Santos no utiliza el silicio sino que recurre al amagnetismo (no susceptible de ser magnetizado) del níquel-fósforo para los elementos del escape. Como complemento, recurre a un anillo de hierro dulce que rodea el movimiento. Este es un clásico sistema anti-magnético cuya misión es atraer las corrientes magnéticas y así desviarlas de os componentes del movimiento.
Por tanto, por lo menos en teoría, el nuevo Cartier Santos es inmune a las corrientes magnéticas convencionales que nos rodean a diario. Así pues, cumple con otra de las premisas que citaba al inicio como irrenunciables para cualquier reloj de carácter universal.
En cuanto a los datos técnicos del calibre 1847 MC, citar que oscila a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora y que ofrece una reserva de marcha de 42 horas. Otro dato importante a señalar es que los responsables de Cartier nos aseguraron durante la presentación del Santos que su calibre cumplía con los parámetros del COSC, lo que representa un máximo de desviación diaria de -6 +4 segundos. También concretaron que aunque cumple con los criterios cronométricos del COSC, no cuenta con su certificado. A buen seguro una decisión encaminada a contener los costes ya que este organismo cobra una tarifa por cada reloj certificado.