La estructura de la caja denota la impronta artística de Cartier ya que parece carecer de ella. Todo el diseño de esta pieza denota transparencia, hasta el punto que parece que la zona central, la que alberga el mecanismo, da la sensación de estar suspendida. La zona externa, tallada sobre un bloque macizo de oro gris, es meramente decorativa, ya que solo alberga unos números romanos que unen el circulo externo con el interno, que es el reloj en sí.
Esta original estructura cumple una doble función, por una parte le confiere un indudable atractivo y por otra le otorga un diámetro de 59 mm, el tamaño suficiente para un reloj de bolsillo. Tanto la zona externa como la interna están totalmente realizadas en oro gris de 18 quilates. La corona, como es habitual en Cartier, está rematada por un cabujón de zafiro. Su hermeticidad es de unos notables 3 bares, aunque en un reloj de bolsillo tampoco tienen demasiada importancia.
El calibre de carga manual, alojado en la zona central, es el 9436 MC, que en sus 38,8 mm de diámetro nos ofrece las complicaciones de tourbillon, calendario perpetuo y cronógrafo monopulsante. Por tanto estamos ante una Gran Complicación con mayúsculas. Además se trata de un movimiento esqueletizado, en el que además de las indicaciones podemos observar tanto el tourbillon ubicado a las 6 horas, como el conjunto de puentes y palancas y ruedas que lo componen. Este calibre esta compuesto de 457 piezas, una cifra impresionante, pero habitual en los relojes que aúnan más de una gran complicación.
La totalidad de las agujas son de acero azulado al fuego, lo que contribuye al indudable atractivo del conjunto. El puente del tourbillon, como es habitual en Cartier, esta adornado con la C característica de la firma parisina. El soporte del reloj es de forma triangular, y al igual que la cadena que en el se encaja está realizado también en oro gris.
Esta maravilla relojera y artística se ofrece en una serie extremadamente limitada de 10 unidades. También existe otra variante con engastes de diamantes en talla brillante y baguette, de tan solo 5 unidades. Esta escasez ya nos impide cualquier tentación, aunque seguro que su precio se bastaría para ello.