Ya habíamos presentado alguna de las novedades de Cartier para este SIHH 2012, pero faltaba el plato fuerte. Analizando el video sobre esta edición del salón ginebrino que Cartier mostraba en su web, algún observador avezado podía deducir que algo pasaría con la colección Tank y así ha sido. Las ultimas grandes innovaciones del Tank han sido el Américaine en 1980,el Française en 1996 y el Divan en el 2002. Ahora, en el 2012, nace el Anglaise.
Este nuevo modelo se ha presentado en oro rosa, oro blanco y diversas versiones engastadas con diamantes. También se pueden elegir tres medidas: la pequeña destinada únicamente a un público femenino, la mediana que se podría considerar mixta y la grande, que en mi opinión es excesiva salvo para muñecas de muy grandes proporciones.
Su esfera mantiene la célebre genética Tank, con los números romanos, los índices tipo “chemin de fer” y las agujas en acero azulado al fuego. La caja es de proporciones ligeramente rectangulares pero con una apariencia general que podríamos calificar de robusta. Pero la principal característica de esta nueva caja es su corona que emerge a través de una ranura en la parte izquierda de la caja. Así, no encontramos la típica corona que sobresale de la caja, sino una que se integra totalmente en ella.
Pero si un Tank me ha impresionado por encima de los demás es la nueva versión del Louis Cartier creado en 1922. Se trata de un modelo de aparentes generosas dimensiones, pero que una vez en la muñeca encaja como un guante. La característica más sobresaliente de este Louis Cartier es su carácter extraplano, con unos increíbles 5,1 mm de grosor, lo que incrementa aun más si cabe su elegancia natural.
Al igual que Vacheron, Cartier también continua su saga Metiers d’Art con diversos relojes que ensalzan el esmaltado, el gravado e incluso la marquetería en miniatura. Este último trabajo artesanal realizado sobre un Santos Dumont cuyo verdadero e increible atractivo solo se puede apreciar en vivo.