En este SIHH 2012, Cartier ha presentado una serie de novedades realmente notables, desde el Tank Louis Cartier XL del que ya os hemos hablado, hasta el nuevo Tank Anglaise (del que pronto hablaremos) pasando por diversas grandes complicaciones como el tourbillon o la repetición de minutos. Pero si hay uno que destaca, tanto desde el punto de vista técnico como innovador, es el Rotonde Calendario Anual.
La complicación de Calendario Anual, creada y popularizada por Patek Philippe, es una de las más útiles que existen y además su relación coste/utilidad es muy favorable, especialmente si la comparamos con el Calendario Perpetuo. La gran diferencia con esta última es que el calendario Anual requiere una corrección manual cada año, concretamente a finales de febrero, para pasar de su último día, el 28 o el 29, al día 1 de marzo.
Todo Calendario Anual que se precie cuenta con indicaciones de la fecha, día de la semana y mes. Ello comporta que inevitablemente nos encontremos ante esferas muy pobladas de indicaciones, cuyo reducido tamaño nos puede dificultar su lectura. Precisamente en este aspecto es donde Cartier destapa el tarro de sus esencias y nos ofrece estas indicaciones de una manera totalmente innovadora y, lo que es más importante, ofreciendo una lectura mucho más clara y fácil de lo habitual.
Si observamos la esfera exquisitamente decorada de este Rotonde, apreciaremos un anillo perimetral en el cual se pueden leer de forma no abreviada todos los meses del año. Un segmento indicador de color rojo nos indica muy visiblemente en que mes nos encontramos. El mismo método se utiliza para indicar el día de la semana, ahora mediante otro anillo de menor diámetro ubicado más cercano al centro geométrico de la esfera. Al igual que en la indicación del mes, e insisto en ello, no se recurre a abreviatura alguna, algo inédito hasta la aparición de este Rotonde.
El fechador, de doble ventanilla y por tanto de buen tamaño, se ubica a la altura de las 12 horas. Partiendo del centro, con un atractivo y elegante contraste, parten las agujas de acero azulado que nos indican las horas y los minutos. Los característicos índices de las horas en forma de números romanos se ubican entre los dos anillos del mes y del día de la semana.
La caja que alberga este fantástico reloj está realizada en oro blanco u oro rosa y su diámetro es de 45 mm, unas dimensiones no aptas para muñecas pequeñas. Un detalle importante es que el ajuste de todas las funciones del calendario se realiza mediante la corona. Ello permite prescindir de los típicos pulsadores externos que siempre penalizan la hermeticidad del reloj, que en el caso de este Rotonde es de unos suficientes 3 bares.
El mecanismo responsable de todas estas funciones es el calibre de carga automática 9908 MC. Su diámetro, de tan solo 25,58 mm, es bastante reducido para los estándares actuales, más si tenemos en cuenta el gran tamaño de la caja. La frecuencia de oscilación es de 28.800 alternancias por hora y su reserva de marcha de 48 horas.
Este Rotonde es un gran acierto de Cartier. Mi única reticencia es el diámetro un tanto excesivo de la caja, aunque sin duda es algo condicionado por la forma de mostrar las indicaciones de su calendario.