La Manufactura Cartier de La Chaux-de-Fonds – La presentación
Como hemos visto, la arquitectura e interiorismo de la Manufactura Cartier de La Chaux-de-Fonds son irreprochables desde el punto de vista estilístico, pero lo que realmente me sorprendió fue el inicio en sí mismo de la visita. Podemos denominarlo metodología, marketing o como queramos, pero el proceso que sigue Cartier para mostrar su manufactura a los visitantes es único y se basa en una lógica de una eficacia aplastante.
En muchas ocasiones he visitado manufacturas en compañía de representantes de medios no especializados en relojería y siempre me ha dado la sensación de que, a pesar del interés que mostraban, solo habían llegado a comprender una parte muy pequeña de lo que habían visto. Ello es absolutamente lógico, ya que sin unos conocimientos previos mínimamente amplios, el continuo trasiego de unos talleres a otros produce una gran cantidad de información que llega al visitante de forma desordenada…. salvo en Cartier
El proceso que sigue Cartier para mostrar su manufactura a los visitantes es único
Este método no puede ser más simple y coherente en su planteamiento. La visita se inicia en una sala de reuniones donde se proyectan unos visuales en una gran pantalla, mientras el responsable de comunicación de Cartier explica a los visitantes lo que en ella se muestra.
Lo primero que visualizamos en la pantalla son cifras de mercado y de negocio, algo que la mayoría de marcas, si bien no esconden, tampoco muestran abiertamente. Lógicamente ello sirve para que el visitante se haga una composición real del volumen de negocio que mueve el sector de la relojería, tanto a nivel global como suizo.
Seguidamente, aunque parezca de perogrullo, lo que se explica es la marca Cartier, especialmente en su vertiente relojera. Este es un paso primordial ya que transmite al visitante profano la histórica y auténtica importancia que ha tenido Cartier en el mundo de la relojería, algo que la mayoría de personas desconocen ya que principalmente asocian a Cartier con la joyería, tomando sus relojes como algo accesorio.
La tercera etapa de la presentación sigue la senda de lo inusual ya que Cartier nos explica y muestra con gráficos la estrategia de su actual proceso productivo. Este proceso se aparta de lo habitual en el sector y basa sus principios en la cambiante y errática demanda que se ha producido en la ultima década, debido principalmente a las turbulencias económicas que han sufrido en los mercados.
La filosofía es relativamente simple y se basa en adaptar, prácticamente en tiempo real, la producción de cada una de las piezas que componen un reloj a la demanda que se produzca en un corto periodo de tiempo. Este proceso es inverso al típico, que se basa en una planificación anual de cada pieza y que frecuentemente no suele coincidir con las ventas finales.
Por último, no por ello menos importante sino todo lo contrario, se muestra al visitante un plano de los distintos edificios y módulos que componen la manufactura, explicando lo que en ellos se desarrolla y el orden en el que vamos a visitarlos. Algo aparentemente tan simple como esto, es la primera vez que lo veo en una visita a una manufactura relojera.
Con todo este método previo se consigue que el visitante, incluso profano en relojería, obtenga antes de iniciar el recorrido una visión clara de lo que ha representado y representa Cartier en el mundo de la relojería de alta gama, cual es su método productivo, qué es lo que se realiza en cada uno de los departamentos y finalmente, en que orden va a verlo.
Otro aspecto importante a destacar es que, como veremos a continuación, la planificación de la visita sigue un orden que facilita enormemente la comprensión de todo lo que compone un reloj; el diseño, que obviamente es el obligado primer paso, la producción de los elementos externos del reloj, la producción de los elementos internos y finalmente el montaje. Por si fuera poco, al principio de cada nave o taller nos encontraremos con un mural donde mediante imágenes y texto se explica a la perfección lo que allí se realiza. Exagerando un poco, se puede decir que una persona totalmente neófita en este sector podría realizar la visita por si misma, sin guía alguno, y comprenderlo todo.