La Manufactura Cartier de La Chaux-de-Fonds – Los cristales
Si el departamento de manufactura de agujas me sorprendió, lo que no esperaba ni remotamente es que Cartier también fabricara los cristales, y además del tipo mineral!. De todos es sabido que hoy en día la práctica totalidad de marcas de Alta Relojería recurren exclusivamente al cristal de zafiro para proteger la esfera de sus relojes, ya que su dureza evita los arañazos producidos por las inevitables fricciones del uso diario. En algunos casos, en relojes que emulan algún modelo vintage, se utiliza el plexiglas, un producto con base acrílica que le da a la esfera su autenticidad histórica y que además transmite una luminosidad muy particular. Entonces, ¿porqué fabrica Cartier cristal mineral?
Como suele ocurrir en muchas ocasiones la respuesta es totalmente lógica y, una vez más, debemos atender al carácter creativo de los diseños de Cartier. Dicho alarde de creatividad genera relojes con un diseño altamente personal y espectacular, especialmente en los que se denominan «relojes de forma», un término que suele agrupar a todos aquellos cuya geometría no es redonda.
Pero todo tiene su peaje, y en algunos casos la extrema curvatura de la caja implica la necesidad de un cristal también muy curvado. Si bien en los últimos tiempos hemos visto formas realizadas con cristal de zafiro (incluso cajas) impensables hace tan solo una década, no deja de ser cierto que el coste productivo de obtener formas complejas con zafiro es muy elevado. De hecho, buena parte de dicho coste se debe a la importante cantidad de cristales que deben desecharse por rotura.
La solución a ello es tan evidente como casi forzosa, ya que si bien el cristal mineral no tiene la misma resistencia a los arañazos que el de zafiro, es mucho más maleable. Pero tampoco nos engañemos, porque aunque su ductilidad sea mayor, el proceso de fabricación es altamente complejo y delicado.
En la imagen superior podemos observar al especialista de Cartier que se dedica exclusivamente a este menester. Como podéis comprobar no se trata de un proceso automatizado, sino de un trabajo totalmente artesano y por tanto manual. Para dar la curvatura requerida al cristal, este debe someterse a una temperatura de 600 grados centígrados, condición imprescindible que permite al especialista modelar la forma deseada.
La Manufactura Cartier de La Chaux-de-Fonds – El ensamblaje
Y llegamos a la fase final, que se refiere al ensamblaje de todas las piezas que hemos comentado en los apartados anteriores, para dar forma definitiva al reloj. Hay poco que decir y a mismo tiempo se podrían llenar varios libros con esta sección. Poco que decir porque no difiere de lo ya narrado en artículos referentes a otras manufacturas. Mucho que decir porque las acciones que se llevan a cabo para el ensamblaje de un reloj son tan diversas y complejas que podríamos llenar varios libros con su descripción detallada.
Para hacernos una idea aproximada, basta con decir que el ensamblaje del reloj lo llevan a cabo los relojeros, que podemos considerar como los especialistas de mayor grado en una manufactura. No se trata tan solo de unir piezas como si fuera un puzzle, que de hecho lo es, sino de que una vez completado el ensamblaje del reloj todas sus indicaciones deben funcionar correctamente, lo que traducido a una marca del nivel de Cartier se acerca a requerimientos de perfección.
El tiempo para llevar a cabo esta fase es indeterminado pues influyen en ella muchos factores. No debemos olvidar que, como he descrito anteriormente, el proceso de fabricación de la mayoría de componentes tiene un componente altamente manual y en consecuencia es imperfecto. Por ello, no es inhabitual que una vez montado el reloj, el relojero detecte que alguna pieza no cumple los requisitos exigidos para su buen funcionamiento y la deseche para emplear otra nueva, aunque para ello deberá desmontarlo y empezar otra vez desde cero. El final del proceso conlleva la comprobación de la exactitud cronométrica del reloj y otros muchos detalles, como puede ser algo tan aparentemente nimio como el asegurarse de que las indicaciones del calendario efectúen el salto cuando deben.
Pero, en esta fase de montaje y evaluación no todo se limita a aspectos funcionales, ya que el control se extiende también a los aspectos estéticos del reloj, que como en toda manufactura de Alta Relojería son tan importantes como los mecánicos. Todo debe encajar a la perfección y no debe haber la más mínima señal o arañazo en caja, brazalete o esfera.
La Manufactura Cartier de La Chaux-de-Fonds – Epílogo
A pesar de mi intención de comprimirlo al máximo, el texto de este artículo ha superado las 4.000 palabras, lo que excede con mucho a lo aconsejado y habitual en artículos ya considerados extensos. Pero la cuestión es que me ha resultado imposible reducirlo más sin dejar de mencionar todo lo que he considerado esencial, ya que se podría elaborar un articulo, también extenso, con cada uno de los apartados que conforman este. Si además tenemos en cuenta que este es el segundo artículo de los que he elaborado sobre mi extensa visita a las manufacturas relojeras de Cartier, y que aun falta un tercero dedicado a la «Maison des Métiers d’Arts», ¿A alguien le queda aún alguna duda de lo que es y representa Cartier en el mundo de la relojería de alto nivel?