Con una historia iniciada en 1860, a muchos aficionados les sorprende saber que Chopard Manufacture, donde la firma diseña y fabrica sus calibres L.U.C de alta gama, se fundó en 1996. Además de sus impecables credenciales relojeras, la singularidad de la colección L..UC reside en una percepción distintiva de elegancia. Karl-Friedrich Scheufele, copresidente de Chopard, siempre ha dado a los relojes de esta colección un toque sobrio y elegante. Hace tres años se celebró el 25º aniversario de dicha efeméride, y Chopard presentó su primer reloj con la complicación de horas saltantes digitales. Con un precioso diseño elegantemente simple y una complicación única y llamativa, la edición limitada Chopard LU..C Quattro Spirit 25 es un tributo atemporal y refinado a un cuarto de siglo de esfuerzos de la marca en la creación de movimientos con los más altos estándares de la relojería mecánica suiza. Ahora, en el Watches & Wonders 2024, Chopard ha lanzado una nueva versión del L.U.C Quattro Spirit 25; si el original estaba realizado en oro rosa con esfera blanca, la nueva referencia recurre a una caja de oro blanco con dial negro, un diseño que personalmente me gusta más por su mayor discreción y modernidad. Por supuesto, la esfera mantiene la calidez y exclusividad del esmaltado Grand Feu que ya lucía el modelo primigenio y la fascinación de la complicación de horas saltantes.
Con líneas clásicas y bordes redondeados que recuerdan a los relojes de bolsillo que en sus tiempos creaba Louis-Ulysse Chopard, tiene 40 mm de diámetro y 10,3 mm de altura, un tamaño moderno y versátil que se adapta a la mayoría de muñecas. Las asas curvas y en ángulo ayudan a lograr un ajuste cómodo. La gran corona moleteada facilita el remonte del muelle motor, un aspecto muy a tener en cuenta en un reloj con ocho dias de reserva de marcha. El bisel está pulido mientras que la carrura de la caja está cepillada verticalmente, un elemento característico que encontramos en la mayoría de los relojes L.U.C.
La esfera esmaltada Grand Feu, que también recuerda a los relojes de épocas pasadas, destaca por su diseño puro y simple. El esmalte se aplica sobre una base de oro rosa que se cuece repetidamente a altas temperaturas (820 °C) y se pule delicadamente a mano, un proceso que realiza internamente el propio especialista en esmalte de Chopard Manufacture. Sobre ella, la escala perimetral de minutos y los doce numerales arábigos (también en esmalte Gran Feu, esta vez blanco) son perfectamente visibles gracias a su nítido contraste. La gran manecilla de minutos de oro blanco presenta el característico estilo dauphine-fusée de la colección L.U.C. Sobre las seis horas y enmarcada en oro, la ventana rectangular de las horas se abre sobre un disco horario que, estéticamente, se dispone quizás a un nivel demasiado por debajo de la esfera, algo achacable a que las esferas esmaltadas requieren cierto grosor. Estos elementos se acompañan de la firma de L.U. Chopard a las 12 en punto. Dicho disco horario utiliza la misma tipografía, aunque evidentemente más grande (y algo alargada) para recalcar su importancia, tanto funcional como estéticamente hablando, y facilitar su rápida legibilidad.
Para impulsar la complicación de horas saltantes Chopard, la marca equipa el LUC Quattro Spirit 25 con el movimiento manufactura de remonte manual LUC 98.06-L. Los puentes casi completos del LUC 98.06-L tienen un acabado pulido con Côtes de Genève y están recortados de tal manera que revelan fragmentos del tren de engranajes. El volante está equipado con un regulador de cuello de cisne clásico que permite ajustar con precisión la longitud activa de la espiral. Además de sus ventajas técnicas, el cuello de cisne también confiere al calibre una estética más sofisticada.
El movimiento utiliza la exclusiva tecnología Quattro de Chopard, con cuatro barriletes apilados en pares y acoplados en serie (juntos, suman casi dos metros de resorte). Esto permite ofrecer una generosa reserva de marcha de 192 horas a pesar de la cantidad de energía que consume por la rotación instantánea del disco de las horas. Además, ofrecen una mayor precisión porque la energía transmitida se distribuye de manera más uniforme. La energía enviada al escape es más constante, al igual que la amplitud, lo que permite unos elevados niveles de rendimiento cronométrico.
Latiendo a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora (4 Hz), la reserva de la marcha se monitoriza gracias al indicador grabado sobre el movimiento al dorso del reloj. Sus virtudes te ha valido el reconocimiento del Punzón de Ginebra. Definida por unos estrictos criterios de excelencia, esta deseadísima certificación garantiza, no solo la calidad, la precisión y la fiabilidad del movimiento y de todo el conjunto del reloj, sino que también cuida de que el ensamblaje se haya llevado a cabo en el cantón de Ginebra. De acuerdo con el espíritu del diseño clásico minimalista, Chopard remata el LUC Quattro Spirit 25 con una correa de piel de aligátor cosida a mano en un rico marrón caoba.
Sólo se fabricarán 100 ejemplares del Chopard L.U.C Quattro Spirit 25, que estarán a través de distribuidores autorizados a un precio sugerido de venta al público de 53.900 €.