Con un diseño inspirado en el vintage St. Moritz de los años 80, Chopard presentó en 2019 la colección Alpine Eagle, su apuesta por entrar en el competido sector de los relojes deportivos de lujo en acero con brazalete integrado, completando así su portafolio al llenar el «hueco» que existía entre los Mille Miglia y los L.U.C. Ahora, por primera vez en la colección se lanza una edición limitada fruto de una colaboración, el Alpine Eagle Sunburnt. Para ello, Chopard se ha asociado con el tatuador, músico punk y artista indígena Shaun Daniel Allen, y una parte de los beneficios se destinará a los programas de la Ngunya Jarjum Aboriginal Corporation en Australia.
La caja del Chopard Alpine Eagle Sunburst está fabricada en la resistente y brillante aleación Lucent Steel de la firma. Sus formas de geometría tonneau de líneas rectas incluyen una de las señas de identidad del St. Mortiz: los ocho tornillos alineados en el bisel que ensamblan la caja tripartita, agrupados en pares situados en las posiciones cardinales. La carrura mantiene una simetría perfecta gracias a que los protectores de corona a la derecha tienen su réplica exacta en la parte izquierda, un detalle estético que nos remite de nuevo al St. Moritz. La hermeticidad conseguida es de 100 metros, una cifra adecuada para un reloj polivalente al que no le daremos un uso como diver.
Ya en la esfera, su marcada textura adquiere una paleta de colores que refleja los profundos tonos rojos y ocres del suelo australiano. Por primera vez en la colección, la esfera Sunburnt muestra un cautivador degradado de color que se oscurece perimetralmente para reflejar el juego dinámico de luces y sombras del paisaje. La escala horaria muestra numerales romanos e índices de tipo bastón, todos ellos rodiados, aplicados y tratados con Super-LumiNova. Personalmente, y aunque esta conjugación de cuatro numerales e índices es lo suficientemente atractiva, me parece más elegante y armoniosa la opción que luce el maravilloso Alpine Eagle Cadence 8HF, con un único numeral romano a las doce horas.
El eje central acoge las manecillas de horas y minutos y la delicada trotadora central, cuyo rodiado destaca poderosamente sobre la esfera de color fuego. La (prescindible) indicación de fecha a las 4:30 desequilibra la armonía de la esfera, pero gracias a que la rueda es de color negro, su presencia se atenúa al «camuflarse» con el perímetro más oscuro del degradado.
El Alpine Eagle Sunburnt está impulsado por el calibre 01.01-C, un calibre manufacturado por Chopard en Fleurier Ebauches. Con una frecuencia de 28.800 alternancias por hora (4 Hz) y una reserva de marcha de 60 horas, la precisión cronométrica este mecanismo está avalada por el certificado COSC. Sin embargo, si el motivo impreso en el fondo de zafiro impide la clara visión del calibre, es por una buena causa. Presenta un motivo pintado a mano por el artista Shaun Daniel Allen (Shal), que ha dibujado sus conocidas líneas curvas que se asemejan a ríos. Con el mismo estilo, Shal también ha pintado la caja de madera con que se entrega. Naturalmente, no habrá dos relojes idénticos.
Se acompaña con la espectacular pulsera integrada que se integra en todos los relojes de la colección, con anchos eslabones de acabados alternos y cierre desplegable. El Chopard Alpine Eagle Sunburnt es una edición limitada de 20 piezas, y está exclusivamente disponible en las boutiques Chopard en Australia por el equivalente a 18.600 €.