Chopard Alpine Eagle XL Chrono
Chopard amplía la colección Alpine Eagle con un cronógrafo flyback que exhibe un atractivo diseño deportivo a la vez que elegante.
Presentado hace justo un año, el Alpine Eagle es una de las principales novedades de Chopard de los últimos años. Miembro de pleno derecho del exclusivo y reducidísimo nicho de los relojes deportivos de lujo en acero, basa su imagen y su funcionalidad en los elementos claves que cualquier reloj que pretenda triunfar en esta icónica categoría debe poseer: una caja de acero con brazalete integrado y un diseño original que sea inmediatamente reconocible y le confiera personalidad propia. Con estas mismas y alabadas características, Chopard nos presenta el Alpine Eagle XL Chrono, un espectacular reloj que ofrece una caja de mayor tamaño e implementa el excelente calibre manufactura 03.05-C.
Muchos de vosotros ya conocéis el Alpine Eagle tres agujas, el modelo inaugural de la colección que analizamos extensamente en este artículo dedicado que publicamos en su lanzamiento. Y aunque las características básica sean las mismas, las repasaremos someramente a modo de recordatorio.
Caja en Lucent Steel A223, la evolución del acero
Con un considerable diámetro de 44 mm (de ahí su denominación XL frente a los Large o Small de los tres agujas), su caja se presenta en dos versiones: en Lucent Steel A223, o bitonal, combinando este mismo acero con el oro ético rosa de Chopard. El Lucent Steel A223 es una aleación compuesta por un 70% de acero inoxidable reciclado y un 30% de acero extraído de fuentes 100% trazables, cuya dureza resulta un 50% superior a la del habitual acero 316L (223 frente a 150 Vickers).
Con un grosor de 13,15 mm, la caja adopta una geometría tonneau de líneas rectas. Con acierto, Chopard ha renunciado a basar el diseño del bisel en formas geométricas angulares. Ni octogonal ni hexagonal, sino puramente circular, incluyendo una de sus principales señas de identidad, recuperada del St. Mortiz de los años ochenta en el que se inspira: los ocho tornillos en el bisel que ensamblan la caja, agrupados en pares situados en las posiciones cardinales. Este es también un signo identitario del precursor de este tipo de reloj, el Royal Oak de Audemars Piguet, y otros como los Big Bang de Hublot, otro competidor directo en esta categoría desde que lanzó el Big Bang Integral a principios de año.
La carrura mantiene una simetría perfecta gracias a que los protectores de corona a la derecha tienen su réplica exacta en la parte izquierda. Y es aquí donde Chopard ha hecho un gran trabajo de diseño: los pulsadores que controlan la función cronográfica se han integrado sutilmente a ambos lados de los protectores de la corona, de forma que no rompen con la armonía y perfecto equilibrio de las formas.
Brazalete integrado de impecable factura
Con un diseño a la altura de lo que este reloj se merece, el brazalete tiene una importancia capital. Contrariamente a lo que aparenta, la arquitectura del brazalete no es de tres eslabones, sino que son piezas rectangulares individuales de acabado satinado a los que se ha rebajado el tercio central. Es justo en este espacio donde se asientan, elevadas y atornilladas, las pequeñas piezas cuadradas pulidas que parecen conformar una ristra propia de eslabones centrales (en la versión bitonal, están fabricadas en oro ético rosa).
Esta configuración es visible cuando observamos la parte posterior del brazalete. Los eslabones se mantienen unidos mediante pasadores en forma de ocho, permitiendo una perfecta combinación entre rigidez y flexibilidad, logrando una ergonomía intachable.
Esfera deportiva y equilibrada
En color Azul Aletsch o Negro Absolu, la esfera tri-compax conserva el particular y reconocible acabado que forma parte del espíritu de la colección: su decoración radial en vórtice de textura irregular y marcada profundidad. Sobre ella se disponen los índices aplicados en forma de bastón en las posiciones horarias, restringiendo los cuatro grandes numerales romanos que exhibe el Alpine Eagle tres agujas a únicamente uno situado a las doce horas. Tal como es tradicional en los cronógrafos deportivos, el realce perimetral acoge una escala taquimética que, si bien su uso y funcionalidad actual es anecdótica, realza precisamente eso, su carácter deportivo.
La distribución de las subesferas sigue una estructura 3-6-9, posiciones ocupadas por el totalizador de 30 minutos, pequeño segundero y totalizador de 12 horas respectivamente, cada uno de ellos con escalas de diferente diseño, un acertado detalle que le aporta dinamismo al mismo tiempo que cierto desequilibrio visual. Todos ellos con un acabado azuré, los totalizadores cronográficos disponen de contornos rodiados, mientras que el pequeño segundero se sitúa, empotrado, en un plano ligeramente inferior. Por último, la ventana de fecha se dispone incrustada entre los índices de las 4 y 5 horas.
Las anchas manecillas de horas y minutos se acompañan de una estilizada segundera central cuya punta roja le aporta ese punto extra de deportividad que es muy de agradecer, un color que también encontramos discretamente implementado en las manecillas de las indicaciones del cronógrafo y en la escala taquimétrica junto a las marcas de 100, 160 y 240. Color y contraste en su justa medida.
Calibre manufactura 03.05-C cronógrafo flyback
Y si por si fuera poco, en su interior late el magnífico calibre automático 03.05-C, un movimiento cronógrafo flyback con embrague vertical y rueda de pilares creado en los talleres de Fleurier Ebauches. Este calibre, cuya precisión está certificada como cronómetro por el Control Oficial Suizo de Cronometría (COSC), debutó en Baselworld 2016 con el Mille Miglia 2016 XL Race Edition. Visible desde la trasera de zafiro, el 03.05-C late a 28.800 alternancias por hora (45 Hz) y dispone de una más que correcta reserva de marcha de 60 horas.
Como vemos, los Alpine Eagle son una opción muy recomendable dentro de los relojes deportivos de lujo con brazalete integrado, tanto por su diseño, ergonomía y acabados como por su personalidad y nivel mecánico. Pero permitidme una puntualización negativa, quizás insignificante, respecto a la nombrar los Alpine Eagle según su tamaño: Small o Large para los tres agujas y XL para el cronógrafo. Es una opinión personal, pero no creo que nombrarlos como si fueran tallas de ropa sea una buena carta de presentación. Si Chopard creía necesario esa diferenciación nominal, bastaba con acompañar el nombre con los milímetros de diámetro de la caja, una opción quizás más socorrida pero subjetivamente más adecuada: 36, 41 o 44 mm respectivamente. De todos modos, si la única crítica que le encuentro es parte de su nombre… chapeau para Chopard.
Estas son las referencias de las tres versiones del Chopard Alpine Eagle XL Chrono:
- Ref. 298609-3001 – Lucent Steel A223 con esfera Azul Aletsch – 19.100€
- Ref. 298609-3002 – Lucent Steel A223 con esfera Negro Absolu – 19.100€
- Ref. 298609-6001 – Lucent Steel A223 y oro ético rosa con esfera en Negro Absolu – 26.700€
De momento no disponemos de los precios. Así que nos los proporcionen, actualizaremos este artículo. (Actualizado a 13/10/2020)