Chopard Happy Sport, en rojo y ocho diamantes
La suerte, la properidad o la fortuna son algunas de las complicidades que Chopard busca con la última versión del Happy Sport
Chopard nos presenta una nueva versión de uno de sus relojes más icónicos, el femenino Happy Sport, que gracias a la perfecta combinación entre el oro, los diamantes y el claro protagonismo del color rojo, se ofrece como una de las referencias más espectaculares de la colección.
Hoy en día, la longevidad de los productos es extremadamente corta y en prácticamente todos los sectores se entabla una batalla permanente para actualizarlos y a ser posible renovarlos con la máxima frecuencia posible. Este fenómeno no es tan extremo en Alta Relojería como lo puede ser en electrónica, pero el ciclo de vida de un modelo cada día se reduce más. Por ello, cuando algún reloj escapa a esta corriente, se suele calificar de legendario y es un síntoma inequívoco de su éxito continuado en el mercado.
El Happy Sport de Chopard es una “rara avis”, pues aun y tratándose de un reloj femenino con un claro enfoque “divertido”, ya tiene una historia de 28 años. Desde que Caroline Scheufele lo diseñó en 1993 se han lanzado multitud de variantes del Happy Sport, pero manteniendo todas ellas el mismo carácter: la versión más deportiva en acero del concepto Happy Diamonds nacido en 1976. Fue en 2019 cuando dio un salto adelante en cuanto a su valor relojero al recibir un nuevo movimiento mecánico, el calibre 09.01-C, un mecanismo desarrollado especialmente para las cajas femeninas de 30 mm. Aunque si bien no es un movimiento L.U.C, también ha nacido en Fleurier, más concretamente en Fleurier Ebauches, perteneciente al grupo Chopard.
Madreperla y diamantes, una combinación exquisita y muy femenina. En China, el rojo es el símbolo de la buena fortuna y la alegría, y este Happy Sport lo implementa en la esfera de nácar, la correa de piel de aligátor y el rubí de la corona, y lo combina con el ético oro rosa de la caja de 33 mm de diámetro y 10,84 mm de grosor. Comparado con la mayor uniformidad de los colores habituales del nácar (blancos, rosa, grises, azules…), la esfera roja me parece absolutamente espectacular por la variedad y profundidad de sus reflejos, que adoptan una paleta de degradados que van desde el carmesí al rosa, pasando por púrpuras, borgoñas y frambuesas.
Estéticamente, este Happy Sport mantiene el ADN de la colección, cuyo principal rasgo son los diamantes móviles que se desplazan sobre su esfera atrapados entre dos cristales de zafiro. La configuración del dial es bien simple: cuatro grandes numerales romanos de tipografía curvada en las posiciones cardinales completados por índices en las posiciones restantes, todos ellos aplicados. Por su parte, las manecillas de horas y minutos de tipo espada comparten eje con la segundera.
En la mayoría de las culturas a lo largo de la historia, la figura 8 ha sido un presagio feliz, un signo de equilibrio, plenitud y prosperidad. En China, el simbolismo de este número es particularmente importante: considerado un amuleto de la buena suerte, el 8 siempre es garantía de éxito. Así, para agregar esa promesa de felicidad a la buena suerte augurada por el color rojo, Chopard suma tres diamantes a los habituales cinco que bailan sobre la esfera de los Happy Sport para llegar a ese mágico número 8.
Gracias a la trasera de zafiro podemos admirar los puentes y masa oscilante decoradas con Côtes de Genève, un acabado que encaja a la perfección con el carácter “relojero” que le aporta su mecanismo. El calibre 09.01-C es un movimiento de remonte automático que late a una frecuencia de 3,5 Hz (25.200 alternancias por hora) y dispone de una reserva de marcha de 42 horas.