Después de adelantarnos a finales de año el L.U.C 1963 Chronometer, puntualmente analizado en este artículo, Chopard nos sorprendió en Basel con la presentación de una segunda pieza homenaje a los 50 años de la familia Scheufele al frente de Chopard, el L.U.C 1963 Chronograph. Pero nuestra sorpresa fue a más cuando descubrimos que el nuevo calibre que late en su interior, el L.U.C 03.07-L, es un movimiento cronógrafo de remonte manual, una combinación todavía inédita en Chopard: todos los mecanismos que implementan esta complicación, tanto los manufactura como los ébauches adquiridos, han sido automáticos… hasta este momento.
Pero empecemos por su exterior. Chopard recurre a una elegante caja de oro rosa de 42 mm de diámetro con bisel pulido y carrura en cepillado satinado, una medida que yo situaría justo en el límite superior de lo que debería corresponder a un reloj de estética clásica. Como ya es habitual en Chopard y especialmente remarcable en los guardatiempos de la colección L.U.C, el nivel de acabado de la caja es excepcional. Como no podía ser de otra forma, se entrega con una correa de aligator marrón. El resto de elementos como las asas, corona o pulsadores, se ofrecen con un discreto diseño destinado a focalizar toda nuestra atención en su esfera.
En configuración tricompax, el dial plateado está rematado con la asidua decoración soleil, esta vez en color plateado, con su eje radial centrado justo sobre el nombre del modelo bajo las 12 horas. Curiosamente, en vez de implementar la definición Chronograph, su principal elemento identitario, la tipografía nos muestra el término Chronometer, igualándolo al anteriormente citado L.U.C 1963 Chronometer.
A primera vista, los elementos que más destacan son las agujas rojas asociadas a la función cronográfica: trotadora central y manecillas de los contadores de 12 horas a las 9, y de 30 minutos a las 3 horas. Gracias al contraste conseguido respecto la esfera, la legibilidad de los tiempos medidos resulta nítida y rápida, además de aportarle un toque deportivo que trastoca la estética clásica del reloj. A las 6 horas se ubica el sub-dial que nos faltaba, el minimalista pequeño segundero, justo a la izquierda de la ventana de la fecha.
Siguiendo la tendencia que viene implementando Chopard en sus L.U.C, no podían faltar los numerales romanos que, a pesar del clasicismo que conllevan, su diseño curvo le aporta una sutil modernidad en absoluto discordante, sino todo lo contrario, logrando un equilibrio entre ambos estilos muy difícil de conseguir.
Y si el anverso de este reloj es espléndido, la perspectiva desde la trasera es aún más espectacular. Gracias al cristal de zafiro que cierra el fondo podemos admirar el calibre L.U.C 03.07-L, el nuevo movimiento cronógrafo flyback de remonte manual dotado con embrague vertical y rueda de pilares. Para su concepción, Chopard se ha basado en su primer movimiento cronógrafo manufacturado, el calibre automático 03.03-L que podemos encontrar en el interior del Chrono One, con el que comparte ciertas características como por ejemplo su reserva de marcha de 60 horas, la frecuencia de 28.800 alternancias por hora, cronógrafo flyback con parada de segundos y rueda de pilares, volante de inercia variable Variner, o el mismo diámetro de 28,80 mm. Evidentemente, la ausencia de la masa oscilante influye en su grosor, pasando de 7,60 mm del automático a los 5,62 mm del 03.07-L.
Los puentes de alpaca, las palancas y la rueda de pilares en color acero destacan sobre un fondo de color dorado, un contraste reforzado por la variedad de acabados: perlado para el fondo, cepillado satinado para los componentes del cronógrafo y côtes de Genève para los puentes. En éstos útimos, el anglage también presenta un acabado dorado, al igual que los grabados y los avellanados para los tornillos. Pero por encima de esta tridimensionalidad embriagadora, me gustaría destacar un aspecto al que Chopard le otorga la máxima importancia: la impecable calidad de los acabados. Simplemente soberbios. Además del habitual certificado COSC, dispone también del Punzón de Ginebra.
Lamentablemente, el L.U.C 1963 Chronograph se lanza en edición limitada a sólo 50 unidades, una por cada año de la efeméride. No puedo sino concluir este artículo sin comentar que, personalmente, es una de las mejores piezas que he visto en la última feria de Basel, tanto por su diseño exterior como por su calibre y calidad de acabados. Chapeau!