Chopard L.U.C Lunar One: necesaria actualización, a fondo
Chopard L.U.C Lunar One: el calendario perpetuo con fase lunar astronómica presenta una estética rediseñada.
Veinte años después de la presentación del debut del L.U.C Lunar One, Chopard acaba de presentar una necesaria renovación de su diseño que lo moderniza y adapta a las actuales características estéticas de la colección L.U.C. Se presenta en dos versiones de oro blanco y rosa (con diales salmón y azul respectivamente), con la virtud de rebajar su diámetro de 43 a 40,5 mm y de rediseñar la esfera, dos acertadísimos cambios que potencian su elegancia, ergonomía y legibilidad. A pesar que su nombre parece referirse a una única complicación, estamos ante un reloj realmente impresionante a nivel técnico, ya que, además del declarado indicador de fase lunar, el Lunar One implementa un calendario perpetuo con gran fecha, un indicador de 24 horas y un pequeño segundero. Su corazón sigue siendo el espectacular calibre LUC 96.13-L con micro rotor, certificado como cronómetro y con el sello Poinçon de Genève.
Nueva caja basinnée de 40,50 mm
Hablando en términos generales, la elegancia en un clásico reloj de vestir va de la mano de una caja de diámetro contenido, y más aún si tenemos en cuenta la tendencia del mercado hacia relojes más pequeños. No hay duda de que si hablamos de guardatiempos de vestir, el Chopard L.U.C Lunar One es un buen ejemplo de ello. Sin embargo, su caja de 43 mm resultaba demasiado grande para un reloj con un clásico calendario perpetuo y un tradicional indicador de fase lunar. Es por ello que reducir considerablemente su caja era una decisión necesario e imprescindible a la hora diseñar la nueva generación del L.U.C Lunar One.
Los 40,50 mm me parecen una medida perfecta, a pesar de que el grosor ha aumentado levemente de 11,47 mm a 11,63 mm (personalmente sigue siendo un poco excesivo para un reloj de vestir), a lo que se unen algunas modificaciones adicionales. El bisel abombado es ligeramente más estrecho y las asas ya no se integran en la carrura, sino que se fabrican por separado para posteriormente soldarse a la caja. Los flancos de la nueva caja y los lados de las asas están decorados con un acabado satinado vertical , en contraste con el pulido de la superficie superior de las asas y el prominente bisel redondeado. Por su parte, la corona adopta una más clásica geometría cónica curvada y finamente acanalada en lugar de cilíndrica. Los dos pequeños correctores del calendario perpetuo se disponen, enrasados en un mismo plano, en ambos lados de la carrura a las 3:30 y 8:30.
La nueva caja bassinée tiene forma de cuenco, es decir, su base es más estrecha que su bisel abovedado, y recuerda a los relojes de bolsillo creados por Louis-Ulysse Chopard durante el siglo XIX. La referencia 161951-5001 en oro rosa tiene una esfera azul oscuro y dos correas en piel de aligátor marrón y piel de becerro gris, mientras que la referencia 161951-1001 en oro blanco se acompaña de una esfera salmón y correas en piel de aligátor azul marino y piel de becerro azul. En ambos casos, como es habitual en la firma, el oro es de origen ético. El L.U.C Lunar One es el primer Chopard en incorporar el nuevo sistema de correas intercambiables gracias a su sistema de cambio rápido implementado en la carrura y la correa.
Esfera con guilloché y un acertado rediseño
Pero tan importante como su nuevo tamaño es el rediseño de la esfera de la versianterior . Sí, sigue mostrando las funciones de horas, minutos, pequeño segundero e indicador de 24 horas, las indicaciones del calendario perpetuo, las fases lunares y una gran fecha de doble ventana, y a pesar de tener un diámetro inferior, resultan más legibles. Si observamos la comparativa entre ambas esferas, la del nuevo L.U.C Lunar One es definitivamente más atractiva, proporcionada, contemporánea, elegante y harmoniosa, unas virtudes a las que colaboran positivamente todos y cada uno de los pequeños cambios realizados.
Si los anteriores L.U.C Lunar One presentaban un fondo monocolor, ahora exhiben un dinámico guilloché con un motivo de rayos de sol que emanan del indicador de las fases de la luna situado a las 6 horas, el punto focal de este reloj. Un cambio crucial para su mejora estética es la sustitución de los enormes numerales romanos aplicados por unos discretos índices facetados en forma de espiga, un detalle que descongestiona la esfera al tiempo que eleva su elegancia. Además, la escala de minutos/segundos perimetral es más simple, con unos finos índices reemplazando la más marcada escala chemin de fer anterior.
Las manecillas también sufren cambios. Ahora son de estilo Dauphine fusée, una versión de las manecillas de tipo chevron típicas de los L.U.C de Chopard, con una división menos pronunciada y una base más ancha, además de prescindir de la franja luminiscente. Son más cortas, y si observáis las imágenes, veréis como la minutera no invade la escala perimetral y el contrapeso pierde la mitad de su longitud. Por su parte, la doble ventana de fecha bajo las 12 horas ahora luce un marco interior en oro, y además se elimina la definición chonometer ubicada bajo ella.
Y cómo no, las tres subesferas también han sido modificadas. La subesfera a las 9 horas está dedicada a los días de la semana en su anillo azulado perimetral e incluye el indicador de 24 horas, que también sirve de indicador día/noche. La parte superior diurna muestra un guilloché radiante, simbolizando la presencia del sol. La parte inferior nocturna está grabada con un guilloché horizontal en referencia a la calma de la noche. El subdial a las 3 horas ofrece en su anillo exterior azulado los días de la semana, con la indicación de año bisiesto en su círculo interior con grabado concéntrico. Estas subesferas tienen un diámetro inferior respecto a la anterior generación del L.U.C Lunar One, y además lucen un diseño más limpio y simple, sin tantas escalas ni marcadores divisorios.
Como complemento a las funciones del calendario perpetuo, ofrece una indicación de la fase lunar que solo necesita una corrección de un día cada 122 años. Al igual que las subesferas del calendario perpetuo, la ventanilla de la fase lunar a las 6 en punto está ligeramente empotrada y su escala exterior de segundos está decorada con un fino azulado concéntrico. El fondo celeste azul representa el cielo del hemisferio norte con la Osa Mayor y el cielo del hemisferio sur con la Cruz del Sur (el modelo anterior sólo mostraba el cielo del hemisferio norte). Descrita como una indicación de la fase lunar orbital, la estrella nocturna gira alrededor del eje del pequeño segundero. Si bien este subdial mantiene su tamaño, ahora no muestra el anillo de oro de lo delimitaba ni la escala chemin de fer.
L.U.C 93.13-L, un calibre distinguido con el Poinçon de Genève
El movimiento automático LUC 96.13-L es uno de los contadísimos ejemplos de calendarios perpetuos automáticos que poseen un micro rotor. Su base L.U.C 1.96 fue el primer calibre manufactura presentado en 1996. Cuenta con dos barriletes superpuestos de la tecnología Chopard Twin que le confieren una reserva de marcha de 65 horas, algo impresionante incluso casi 30 años después para un movimiento que tiene solo 3,30 mm de grosor (antes de añadir un módulo) y late a una frecuencia 4 Hz (28.800 alternancias por hora). El micro rotor de oro macizo está integrado a la altura del movimiento, grabado con el logotipo L.U.C y decorado en guilloché.
El complejo módulo de calendario perpetuo, también de fabricación propia, está instalado en el lado de la esfera del movimiento y aumenta el número de componentes a un total de 355, que se elaboran, decoran a mano y ensamblan en los talleres de la Manufactura. Su impecable nivel de acabados lo hace digno de merecer el Poinçon de Genève: los puentes están terminados con Côtes de Genève, la platina base luce granulado circular, los bordes de las platinas y los puentes están biselados y pulidos a mano, al igual que los avellanados y las cabezas de los tornillos.
El calendario perpetuo instantáneo, es decir, todas sus indicaciones saltan exactamente a la medianoche. Esto, junto con función de gran fecha con dos discos, añade un nuevo nivel de complejidad a lo que ya es un módulo difícil de hacer tan fino. Sus 2,70 mm se suman a los 3,3 mm del calibre L.U.C 1.96 para sumar los 6,00 mm finales del L.U.C 96.13-L. Y debemos tener en cuenta entre sus virtudes que genera el par necesario para mover estas grandes indicaciones, y aún y así ofrecer esas 65 horas de reserva de marcha. Además del citado Poinçon de Genève, el L.U.C Lunar One dispone del certificado COSC, dos sellos que avala sus bondades cronométricas.
El Chopard L.U.C Lunar One en oro rosa o blanco tiene un precio de 92.200 €, un incremento muy considerable respecto a los aproximadamente 60.000 € que costaba la penúltima versión presentada en 2021.