Tal como os avanzábamos en el artículo dedicado al nuevo Chopard L.U.C GMT One, la Manufactura de Fleurier nos ha preparado otra novedad “viajera”, el Chopard L.U.C Time Traveler One, caracterizado por implementar, por primera vez en los L.U.C, la siempre fascinante función de horas mundiales. Lanzado en tres versiones de acero, oro rosa y platino, el L.U.C Time Traveler One exhibe una esfera sencillamente espectacular, con un código de colores completamente diferente para cada una de las referencia. Más adelante las describiremos, asociándolas al metal de sus respectivas cajas.
Realmente, no resulta sencillo diseñar un reloj que muestre, simultáneamente y con nitidez, la hora de los 24 husos horarios representados por sus respectivas ciudades de referencia, y más aún si tenemos en cuenta que Chopard le suma la, en mi opinión imprescindible, función de fecha. Para ello, la firma ha optado por una estructura concéntrica mediante cuatro anillos que implementan escalas e indicaciones diferentes. Veamos cuáles son, describiéndolos desde el interior hacia el exterior:
Restringida en tamaño por la propia estructura anular, el centro de la esfera es de color negro, y está decorada con un acabado satinado rayos de sol. Envolviendo este núcleo, el primer anillo corresponde a la función de fecha, cuyas 31 posiciones son señaladas, puntualmente, por la corta manecilla central con punta de flecha esqueletada. Mientras las fechas impares se muestran mediante numerales arábigos, las pares son substituidas por simples puntos, un buen recurso que consigue mejorar la nitidez y legibilidad de esta indicación.
Continuando hacia el exterior, el siguiente anillo está dedicado a la lectura horaria. Se lleva a cabo mediante una escala chemin de fer con numerales arábigos en las posiciones cardinales y indicadores triangulares de base cóncava en el resto de posiciones horarias, a la que se añade una escala simple de 60 fracciones. Sobre ella debemos leer las indicaciones que nos marcan las manecillas dauphine de horas y minutos, y la estilizada segundera, cuyo ajuste podemos realizar a través de la corona situada a las dos horas, grabada con el logo L.U.C. Esta indicación cuenta con la ventaja de que los índices, número, y agujas de horas y minutos, implementan Super-LumiNova aplicado.
Pero el verdadero motivo de ser del Chopard L.U.C Time Traveler One lo encontramos en los dos anillos más externos, destinados a mostrar la función de horas mundiales. El anillo GMT lleva impresas las 24 horas sobre un fondo de dos tonos, separados simétricamente por la línea imaginaria que une las 6:30 y las 18.30, ayudándonos a identificar si dicha hora es diurna o nocturna. Este disco trabaja sincrónicamente con la función horaria, de manera que ésta siempre coincide con la que podemos leer en el disco de GMT a las 12 horas.
Por último se encuentra el último anillo, que incluye, entre detalles en rojo, las ciudades de referencia correspondientes a los veinticuatro husos horarios. El hecho de estar impresas a dos alturas diferentes, ha permitido aumentar el tamaño de su tipografía, y, por ende, mejorar su facilidad de lectura.
Como hemos comentado anteriormente, cada versión tiene un juego de tonos muy diferente al resto. Estas son las configuraciones:
- Caja de acero: esfera negra, con anillo GMT en blanco y gris. Manecillas con Super-LumiNova naranja. Correa de aligator en color negro.
- Caja de oro rosa: esfera plateada, con anillo GMT en blanco y azul. Manecillas negras con Super-LumiNova blanco. Correa de aligator en color marrón.
- Caja de platino: esfera gris-azulada, con anillo GMT en blanco y gris-azulado. Manecillas con Super-LumiNova blanco. Correa de aligator en color negro
La función de Horas Mundiales
Ahora bien… ¿cómo adecuamos esta complicación?. Simplemente, mediante el ajuste las indicaciones de horas y minutos, y la del disco de husos horarios. Cuando nos encontramos en nuestro huso horario habitual (home time), debemos sincronizar la hora a través de la corona situada a las dos horas, y “mover» la ciudad de referencia, en nuestro caso Ginebra, a las doce horas, mediante la corona ubicada a las cuatro horas y decorada con el logo de un mapamundi. Este sería el ejemplo de la imagen inferior: una persona que vive en la España peninsular, debe situar Ginebra a las doce horas. Debido a que el anillo de 24 horas se mueve junto a la indicación de horas y minutos, y que en este momento marcan las diez y ocho, el anillo de GMT muestra la misma lectura justo a las 12 horas, con el huso horario correcto, Ginebra. La correlación del resto de husos horarios con el disco de 24 horas, nos permite saber que, en este momento, son las siete y ocho de la tarde en Sidney, o la una y ocho de la mañana en Los Ángeles.
Si estamos viajando, la operación es la misma, con la evidente variación de que deberemos ajustarlo al horario y a la ciudad de destino. En la siguiente imagen podemos leer la configuración de nuestro reloj si hemos viajado al huso horario representado por Anchorage, con la ciudad insertada a las 12 horas, y la hora local sincronizada con la hora local, marcando la una y ocho del mediodía. Gracias a la función de horas mundiales, controlamos que en casa están a punto de irse a dormir, y que mi hermano mayor que vive en Tokio, se acaba de levantar.
Caja y calibre, armadura y corazón
Al evidente protagonismo de la esfera se le suma la elegante discreción de su caja. Con un diámetro de 42 mm y un grosor de 12,09 mm, las suaves y reconocibles formas de los L.U.C exhiben un doble acabado, pulido en bisel y fondo, y satinado vertical en carrura. Vaya por delante que me encantan los relojes con dos coronas, pero es que, además, tanto en este Chopard L.U.C Time Traveler One como el L.U.C GMT One, ostentan dos preciosos grabados, el habitual L.U.C, y el mapamundi, en una clara referencia a su vocación viajera y cosmopolita.
Como cabía esperar en un L.U.C, el fondo presenta un cristal de zafiro que nos permite admirar el perfecto nivel de los acabados del nuevo calibre L.U.C 01-05.L, un movimiento de remonte automático que dispone de una más que correcta reserva de marcha de 60 horas, garantizándonos que nuestro Chopard L.U.C Time Traveler One va a estar en marcha y perfectamente en hora tras haber pasado un fin de semana de merecido descanso. Con un diámetro de 35,30 mm y un grosor de 6,52 mm, el achaflanado de las aristas, las Côtes de Genève en puentes y masa oscilante, y el perlado de la platina, son los pasivos espectadores de cómo su órgano regulador vibra a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora (4 Hz). Por último, el L.U.C Time Traveler One, como todos los relojes L.U.C dotados de una función que indica los segundos, cuenta con el certificado de cronometría del COSC.
Chopard L.U.C Time Traveler One, funcionalidad y elegancia
El Chopard L.U.C Time Traveler One aúna todas las virtudes que han convertido a los L.U.C en una demostración excepcional de alta relojería. Impecable desde cualquier punto de vista que queramos analizarlo, Chopard le ha imprimido su inconfundible sello estético, que se traduce en su diseño elegantemente contemporáneo. Además, gracias al carácter bien diferente de las tres versiones, podremos elegir el Time Traveler que más se adecua a nuestros gustos. El modelo en acero resulta el más polivalente y “deportivo”, gracias a la combinación entre el negro de la esfera y el naranja de indicaciones y manecillas. En cambio, la referencia con caja en oro rosa es la más ostentosa y a la vez dinámica, gracias al contraste del azul sobre la esfera plateada. Por último, la versión en platino, unida a la uniformidad cromática de su esfera gris-azulada, me parece la más elegante y discreta, y personalmente, mi favorita, aunque por contra, también es, como cabía suponer, la más onerosa. Aquí tenéis los precios:
- Acero, ref. 168574-3001 : 12.610 €
- Oro rosa, ref. 161942-5001 : 22.170 €
- Platino, ref. 161942-9001 : 34.680 €