Hoy en día, la longevidad de los productos es extremadamente corta y en prácticamente todos los sectores se entabla una batalla permanente para actualizarlos y a ser posible renovarlos con la máxima frecuencia posible. Este fenómeno no es tan extremo en Alta Relojería como lo puede ser en electrónica, pero el ciclo de vida de un modelo cada día se reduce más. Por ello, cuando algún reloj escapa a esta corriente, se suele calificar de legendario y es un síntoma inequívoco de su éxito continuado en el mercado.
El Happy Sport de Chopard es una «rara avis», pues aun y tratándose de un reloj femenino con un claro enfoque «divertido», cumple este año nada menos que el 20 aniversario de su creación. Desde que Caroline Scheufele lo diseñó en 1993 se han lanzado multitud de variantes del Happy Sport, pero manteniendo todas ellas el mismo caracter. Ahora, celebrando este 20º aniversario, Chopard nos presenta una novedad que podríamos calificar de histórica: el primer Happy Sport con movimiento mecánico.
Chopard se une de este modo a una saludable y creciente tendencia de las firmas de Alta Relojería a tomarse en serio los relojes femeninos, equipándolos con calibres mecánicos e incluso con notables complicaciones. La información que nos suministra la firma suiza sobre el mecanismo de este nuevo Happy Sport Medium Automatic es escasa. No se menciona su nomenclatura y unicamente nos proporciona algunos datos técnicos básicos. En función de dichos datos me parece claro que no es ninguno de los fabulosos calibres L.U.C, sino que probablemente se trata de un movimiento con base ETA. De todos modos es un primer paso, que probablemente nos lleve en un futuro a poder ver un calibre L.U.C en un reloj femenino de Chopard.
La estética de este nuevo Happy Sport mantiene el ADN de este modelo, cuyo principal rasgo son os diamantes móviles que se desplazan por su esfera. El fondo de la esfera, cuenta en su círculo central con un clásico acabado guilloché, que encaja a la perfección con el nuevo carácter «relojero» que le aporta su mecanismo.
Otro elemento a destacar y elogiar es que aparte de los inefables, pero en este caso justificables, diamantes, el material elegido para la caja del Happy Sport Automatic es el acero. Además de reducir su coste de producción y en consecuencia el precio final, el acero aporta una versatilidad y una tranquilidad de uso de la que carecen los metales nobles. El tamaño elegido para esta caja también es un gran acierto, ya que sus 36 milímetros de diámetro entran en el margen ideal de un reloj femenino. Ni demasiado pequeño para dificultar su legibilidad ni demasiado grande como para comprometer su elegancia.
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