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TEST – Chopard L.U.C 8HF: relojería mecánica de alta frecuencia.

Tecnológicamente hablando estamos, con toda seguridad, ante la mayor de las novedades presentadas por Chopard en la pasada edición de Baselworld. Incluso me atrevería a decir que, desde el punto de vista de avance técnico, estamos ante la mejor de las innovaciones presentadas por las distintas manufacturas en este evento. Estéticamente y a nivel de diseño, en mi opinión, supone también uno de los mayores atractivos por los motivos que comentaré más adelante. Hablemos del Chopard L.U.C 8HF.
Con la presentación de este nuevo guardatiempos Chopard se reafirma, si cabe aún más, como una manufactura de Alta Relojería en toda regla. No tan sólo produce guardatiempos estéticamente correctos con acabados de alta calidad albergando movimientos mecánicos manufactura, los de la colección L.U.C, sino que, además, destina una parte muy importante de sus recursos a los desarrollos en nuevos avances de la relojería mecánica.
Este es uno de los casos en los que, ineludiblemente, debemos hablar del calibre en primer lugar puesto que en él reside el mayor porcentaje de interés.
El calibre.
El nombre con el que Chopard ha bautizado esta nueva pieza de su colección L.U.C nos da una pista inequívoca sobre su movimiento. El 8 para indicar los herzios correspondientes a la frecuencia de oscilación del volante, las letras HF para redundar en lo obvio: alta frecuencia.

El calibre que permite semejante innovación es el manufactura L.U.C 01.06-L desarrollado durante varios años por los ingenieros y relojeros de Chopard Technologies de manera conjunta con la división de investigación del Grupo Chopard. El resultado es el de un calibre mecánico con un escape de alta frecuencia capaz de latir a 8 Hz (57.600 alternancias por hora).

Sin lugar a dudas la empresa del apartado anterior no es tarea fácil, más teniendo en cuenta que las 36.000 alternancias por hora (5 Hz) del calibre El Primero de Zenith son consideradas como un valor extraordinario y que, la mayoría de los calibres que albergan un elevado porcentaje de los guardatiempos actuales gozan de frecuencias típicas de 18.000 (2,5 Hz), 21.600 (3 Hz) y 28.800 (4 Hz) alternancias por hora. Pero Chopard ha ido aún más lejos en su cometido y no se ha limitado a desarrollar este escape sino que, además, lo ha sometido a la certificación de cronómetro por el COSC con resultado satisfactorio.

Los motivos del porqué Chopard somete a su nuevo calibre a la certificación del COSC son obvios, aún aceptando el riesgo implícito que ello supone. La principal ventaja aportada por un escape de alta frecuencia radica en una significativa mejora de la precisión en el cronometraje, particularmente en términos de estabilidad, ya que un mayor número de alternancias del volante implica una menor sensibilidad a las perturbaciones. En efecto, si la elección de la alta frecuencia implica una mayor fiabilidad y consecuentemente un aumento en la precisión, es bastante lógico que un producto que comprende este valor añadido deba ser debidamente reconocido por una certificación oficial.

En repetidas ocasiones he comentado el, en mi opinión, alto grado de coherencia que Chopard aplica a la totalidad de sus trabajos. Este caso no se trata de ninguna excepción. El escape de alta frecuencia que implementa el calibre L.U.C 01-06-L se caracteriza por su alta adaptabilidad siendo compatible con casi todos los calibres de la colección L.U.C desarrollados por la manufactura existentes en la actualidad. Esta adaptabilidad supone una complicación añadida al desarrollo del nuevo mecanismo pero, al mismo tiempo, abre una puerta más que interesante: ¿es posible que, en un futuro no muy lejano, Chopard implemente este escape de alta frecuencia en todos sus movimientos L.U.C?. El tiempo lo dirá.
No obstante, la alta frecuencia presenta un inconveniente: requiere de una mayor cantidad de energía. Aunque disponéis de una información amplia sobre este tema en nuestro apartado de técnica, razonemos brevemente esta afirmación.
Si tomamos, por ejemplo, un calibre con una frecuencia típica de 4 Hz, las alternancias por hora equivalentes son las ya conocidas 28.800 (4 Hz = 4 oscilaciones por segundo x 3.600 segundos en una hora = 14.400 oscilaciones por hora. Puesto que una oscilación equivale a dos alternancias, obtenemos el valor de 28.800 alternancias por hora). En un movimiento de este tipo la aguja de los segundos se desplazará realizando 8 pequeños saltos (el doble de la frecuencia) entre dos segundos consecutivos.

Vayamos ahora al escape de alta frecuencia. Aplicando el mismo razonamiento a los 8 Hz, resulta un número de alternancias por hora de 57.600, es decir, justo el doble del ejemplo anterior. Del mismo modo, la aguja de los segundos se desplazará entre dos índices consecutivos realizando un total de 16 saltos. Resulta obvio el afirmar que los movimientos del tren de engranajes en el caso de los 8 Hz deberán ser el doble que los correspondientes a la frecuencia de 4 Hz y, en consecuencia, el consumo de energía será mayor en el segundo caso.

Resumiendo, si cogemos un barrilete que suministra 48 horas de reserva de marcha a un determinado calibre de 4 Hz y lo traspasamos a un movimiento de 8 Hz, la autonomía no alcanzará mucho más allá de las 24 horas.
Tampoco en este aspecto defrauda Chopard puesto que, aún renunciando a la tecnología Twin utilizada en todos sus calibres L.U.C consistente en el acoplamiento coaxial de dos barriletes, consigue una considerable reserva de marcha de 60 horas con tan sólo un único barrilete.
En lo que a materiales se refiere, los ingenieros de Chopard Technologies decidieron trabajar con el silicio en determinados componentes del escape (pin de impulso, palanca, y rueda de escape) desarrollando, simultáneamente, un nuevo medio para la fijación del silicio en el acero (sistema pendiente de patente).
La caja.
De tener que definir el estilo del nuevo L.U.C 8HF, es más que probable que coincidáis conmigo en que deberíamos hacerlo hacia una vertiente predominantemente deportiva, aunque es innegable que su diseño, ayudado por la correa en piel de alligator en color negro con acabado mate y cosida a mano, presenta ciertas trazas de elegancia. Al respecto de esta correa es particularmente destacable su forro interior fabricado en piel de cocodrilo color coñac con la consecuente comodidad y durabilidad que aporta este material.

Por norma general, las manufacturas nos han acostumbrado a asociar los conceptos deportivo con diámetro grande, incluso en ocasiones, desmesurado para una medida estándar de muñeca. Este es uno de los puntos donde radica el atractivo de diseño que os comentaba en el primer párrafo de este test, puesto que la caja del nuevo L.U.C 8HF mide unos contenidos 42 mm de diámetro. Si a este hecho le sumamos el material de fabricación, el titanio, prácticamente podemos asegurar que nos encontramos ante un guardatiempos dotado de una de las características más importantes para considerarlo como de uso diario: la comodidad. Quizás uno de los puntos débiles sea la estanqueidad del conjunto que se limita a un valor de 30 metros (3 bar).

A la vista de las distintas imágenes que acompañan a este artículo, si bien como hemos dicho el L.U.C 8HF goza de cierto aire elegante, no es menos cierto que su caja presenta un estilo calificable como de vanguardista dadas su morfología y construcción. Inicialmente y a primera vista nadie dudaría en afirmar que la forma de esta caja es redonda. Cierto, relativamente. Si realizamos el ejercicio de describirla siguiendo las partes conocidas de una caja típica: bisel, carrura y fondo, observaremos lo siguiente.

En primer lugar nos encontramos con el bisel, perfectamente redondo y con un acabado pulido presentando un grosor ciertamente contenido por tratarse de un reloj de cariz predominantemente deportivo. A continuación encontramos la carrura, que mantiene el diámetro del bisel en toda su altura y con el mismo acabado pulido de ésta. Finalmente, lo que representa quizás el rasgo más distintivo de esta caja: el fondo.

A la vista de la imagen correspondiente a la trasera del reloj bajo ningún concepto la calificaríamos como redonda. Este fondo ciego está fabricado partiendo de un solo bloque de titanio, con acabado mate, de manera que incorpora el protector de corona y las cuatro asas que permiten asir el guardatiempos a la correa a la vez que soportan el resto de la caja. La sujeción de este fondo se realiza con 10 tornillos de cabeza hexagonal, 6 en la base y uno en cada una de las asas.
La única zona no ciega de la trasera del reloj consiste en un pequeño circulo abierto gracias a una lupa ubicada en la posición que corresponde al volante en el calibre, hecho que permite observar el movimiento de este componente con todo lujo de detalles.

La situación de la corona tampoco se adapta a lo que podríamos considerar como una disposición convencional puesto que la encontramos ubicada en la carrura de la caja a la altura de las 4. Aún a riesgo de equivocarme, aseguraría que esta posición no implica complicación adicional alguna en el calibre por el siguiente motivo.

Habitualmente la posición de la corona corresponde a la altura de las 3 y, adicionalmente, la indicación de los segundos corresponde a la ubicación de las 6. No nos dejemos engañar por la implementación más que habitual del segundero central puesto que se trata de una complicación, aunque básica, de lo que supone la disposición básica de un calibre. Así pues, es fácil determinar que el ángulo formado por corona y cuarta rueda del tren de engranajes (la portadora de los segundos) es de 90º. Observando la disposición de ambos elementos en el L.U.C 8HF es sencillo determinar que este ángulo se mantiene: la corona pasa a ocupar la posición de las 4 mientras que el pequeño segundero lo hace a la correspondiente a las 7. Todo parece indicar que los ingenieros y relojeros de Chopard se han “limitado” ha girar el calibre en un ángulo de 30º, consiguiendo sin lugar dudas un efecto más que atractivo por lo atípico de la distribución.
El dial.
Si algo no me cansaré de repetir es mi obsesión por la legibilidad de los diales. La información debe ser inteligible de manera rápida y no debe ofrecer confusión alguna. De manera similar a lo que os comentaba respecto de la caja, también es frecuente el diseño de diales multicolores y de difícil interpretación en los relojes cuya principal virtud no deba ser la elegancia.

Una vez más Chopard sorprende con la nitidez y sobriedad del dial aplicado a este nuevo guardatiempos. A las imágenes me remito. Espectacular, en mi opinión, resulta la configuración multiestrato aplicada a la esfera y la combinación de colores de base negro/plata.

Particular atención merecen el pequeño disco correspondiente a la indicación de los segundos, que rompe de manera acertada el monocromatismo del dial, y la ventana en forma de arco abierta en la parte inferior para albergar la indicación de la fecha.
Respecto del pequeño segundero y como consecuencia de los 8 Hz distintivos de este guardatiempos, su movimiento será casi continuo y resultará realmente complicado apreciar sus pequeños saltos entre dos índices consecutivos (para dar una vuelta completa la aguja realizará un total de 16 x 60 = 960 saltos).
El L.U.C 8HF verá la luz en una primera serie limitada a 100 unidades. Resulta particularmente curioso lo que reza la nota de prensa de la propia manufactura puesto que, textualmente, habla de una primera serie limitada y equipada con el “calibre experimental” de alta frecuencia L.U.C 01-06-L. Ciertamente sería necesario conocer con exactitud a qué se está refiriendo Chopard con el apelativo de experimental más aún cuando este movimiento ha superado la certificación de cronómetro otorgada por el COSC.
Conclusión.
El L.U.C 8HF constituye otro más de los ejemplos de Alta Relojería concebidos por Chopard, añadiendo esta vez una innovación técnica orientada a mejorar de manera considerable lo que deberían ser los primeros criterios a valorar en el momento de adquirir un reloj: precisión y estabilidad.
Sin lugar a dudas, a la espera de conocer su precio y obviando la dificultad que supondrá el conseguir una de estas piezas por tratarse de una edición limitada, se trata de un guardatiempos a tener muy en cuenta para futuras adquisiciones.

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