De las novedades presentadas por Chopard este 2012 las más numerosas han sido las correspondientes a la colección que incorpora sus calibres manufactura, conocida como L.U.C. en honor de su fundador Louise-Ulysse Chopard.
Entre todas ellas se encuentra el reloj objeto de este test: el L.U.C. Lunar One. Como bien os indicaba Enric en el artículo de presentación de Chopard durante el pasado
Baselworld, no se trata de un modelo completamente nuevo ya que su lanzamiento data del año 2005.
A priori, no existe modificación alguna en cuanto al calibre, que sigue siendo el L.U.C. 96.13-L. Las diferencias las podemos encontrar en el diseño de la caja así como en su dial.
Para los que no conocierais este modelo, quizás sea conveniente anotar que su nombre puede llevar a confusión en cuanto a las complicaciones que presenta. Todo apunta a un fases lunares pero sus funciones, en realidad y como ahora comprobaremos, corresponden a las de un calendario perpetuo.
Una de las principales diferencias respecto del modelo anterior corresponde al tamaño de la caja que pasa de los 40,5 a los 43 mm. con una altura de 11,47 mm. Puesto que, como ya os he comentado, el calibre no varía, es de suponer que este incremento en el diámetro es debido únicamente a motivos estéticos y de diseño.
También respecto a la caja comentar que el material en el que se presenta esta nueva versión del Lunar One es, por el momento, únicamente el oro rosa u oro blanco de 18K. Será interesante esperar futuras novedades en las que, posiblemente, Chopard pudiera decidir manufacturar este guardatiempos en acero como sucedía con su antecesor.
Las asas de la caja han sido completamente rediseñadas con el objeto de mejorar la comodidad de uso del reloj. Posiblemente este hecho haga que penalice en menor medida el aumento de su diámetro.
El decorado del dial es del tipo “argenté satiné”. Esta modalidad de decorado aprovecha de manera óptima la luz que incide sobre el dial de manera que mejora su legibilidad. Los índices correspondientes a las horas, esta vez, son en tipografía romana fabricados en oro rosa o blanco, al igual que la caja, y aplicados sobre la esfera. A su vez, los minutos vienen indicados mediante una escala perimetral del tipo “chemin de fer” o ferrocarril, grabada en negro directamente sobre el dial.
En cuanto a las indicaciones, horas y minutos se representan al modo tradicional, es decir, gracias a las dos agujas principales estilo “Dauphine” que parten del centro de la esfera. Los segundos del movimiento base los alberga el dial subsidiario ubicado a las 6 y que, al mismo tiempo, contiene la indicación de las fases lunares.
Chopard denomina a esta indicación como “fase de luna orbital” debido al sistema implementado para su representación, de manera que el disco evoluciona en rotación alrededor del pequeño segundero antes mencionado. La precisión es la correspondiente a las grandes manufacturas consiguiendo que el desfase entre dos lunas sea tan sólo de 57,2 segundos, o, lo que es lo mismo, una desviación de 1 día en 122 años.
A la altura de las 12 por debajo de la leyenda de la manufactura nos encontramos con la fecha panorámica visible gracias a dos ventanas abiertas en el dial. Esta indicación goza de una alta legibilidad gracias al color negro de las cifras sobre fondo blanco.
Las indicaciones que restan por comentar de este Lunar One corresponden todas ellas al calendario perpetuo y se encuentran repartidas entre los dos subdiales existentes a ambos lados del dial.
El situado a la izquierda, a la altura de las 9 horas, ofrece la información correspondiente al día de la semana. Esta información se puede leer gracias a la escala perimetral y a una pequeña aguja de morfología análoga a la de horas y minutos. La parte interna sirve para implementar la indicación día/noche ayudada de una pequeña aguja en color azul oscuro y en forma de triángulo.
A la derecha, a la altura de las 3, y en disposición análoga al anterior, encontramos la indicación del mes en la escala perimetral mientras que el círculo interno alberga la correspondiente al ciclo de 4 años con indicación de año bisiesto.
Aún tratándose de un calendario perpetuo con la tradicional indicación a través de subdiales y agujas, y dada la complejidad que supone el implementar toda la información de manera proporcionada y que facilite su legibilidad, lo cierto es que Chopard lo consigue con éxito en este L.U.C. Lunar One.
Como os indicaba al principio de este artículo, el calibre que late en el interior de este guardatiempos no varía respecto del que lo hacía en el modelo anterior y continua siendo el manufactura de remonte automático con microrotor descentrado L.U.C. 96.13-L. La frecuencia de oscilación del volante es de 28.800 alternancias por hora (4 Hz) y la reserva de marcha alcanza unas más que considerables 70 horas gracias a dos barriletes acoplados en lo que Chopard denomina como “Twin Technology”. Huelga comentar aspectos adicionales sobre la precisión y acabados de este calibre y basta con mentar que está grabado con el Punzón de Ginebra y, además, está certificado cronométricamente por el COSC. La estanqueidad es de 50 metros (5 bar).
Para acabar, decir que la correa del Lunar One está confeccionada en piel de cocodrilo marrón y acabado semi-mate o en color negro y acabado mate, cosida a mano y forrada también en piel de cocodrilo en color coñac. El material de la hebilla corresponde al de la caja, es decir, oro rosa u oro blanco de 18K.
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