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La segunda novedad presentada por Chopard dentro de su colección L.U.C. corresponde al modelo L.U.C. Lunar Twin. A diferencia del L.U.C. Lunar One sobre el que os escribía hace tan sólo unos días, en este caso se trata de un modelo completamente nuevo y cuyo nombre sí hace referencia a la complicación que implementa: las fases lunares.

Recordareis que cuando hablábamos del Lunar One hicimos referencia a que se trataba de un modelo ya existente pero con caja y dial de nuevo diseño, a la vez que montaba el mismo calibre que la versión anterior. Adicionalmente, también hacíamos referencia al hecho de que el nombre no identificaba la complicación en su totalidad puesto que, añadida a la correspondiente a las fases lunares ofrecía las indicaciones correspondientes al calendario perpetuo.
El dial del Lunar Twin se presenta con mayor diafanidad y nitidez que el integrado en el Lunar One. La principal causa de esta nitidez es debida a que este modelo carece de la complicación de calendario perpetuo y, por lo tanto, no precisa reflejar estas indicaciones en la esfera.

Sin embargo hay otro aspecto que contribuye a esta diafanidad. Este segundo aspecto, a la vez y en mi opinión, le resta algunos enteros a este guardatiempos. Al igual que sucedía en el ya comentado Classic Manufactum, el Lunar Twin carece de índices que ayuden a la lectura de los minutos. Repito lo comentado para el modelo de la nueva colección Classic, soy extremadamente partidario de la diafanidad, nitidez y legibilidad de los diales, pero sin que ello lleve a penalizar la lectura precisa de la información que ofrece el reloj. ¿De qué sirve una esfera limpia si no disponemos de las referencias suficientes para efectuar una lectura precisa?. De todos modos, quizás sea éste uno de los pocos inconvenientes que, personalmente, le veo a esta nueva pieza de Chopard.

Por el momento el L.U.C. Lunar Twin se presenta únicamente en caja de oro blanco de 18K, con un diámetro de 40 mm, más cercano a los 40,5 del modelo anterior del Lunar One que a los nuevos 43 mm, y con una altura de 9,97 mm. El considerar una caja como lo suficientemente plana es quizás un parámetro cuya valoración está sometida a un elevado grado de subjetividad. En este caso y en mi opinión particular, la altura de 9,97 mm para un guardatiempos con fecha y fases de la luna se puede considerar como más que aceptable. En cuanto a los acabados de esta caja, la combinación del pulido del bisel y de la parte superior de las asas, con el cepillado de la carrura le otorgan un aspecto extremadamente atractivo.

El dial presenta el mismo acabado “argenté satiné soleil” que el primer modelo de la colección, el Lunar One, y presenta los numerales romanos, de dimensiones generosas, aplicados en oro blanco rodiado.
Horas y minutos se presentan mediante dos agujas centrales de tipo dauphine en oro blanco rodiado, esta vez sin tratamiento luminiscente aplicado, hecho que indefectiblemente penalizará la legibilidad en condiciones adversas de iluminación. En el Lunar Twin se repite la configuración del pequeño segundero ubicado a las 6 que ya vimos en el Lunar One.

El implementar los segundos de este modo implica evitar la complicación del segundero central. No obstante y en este caso es todo un acierto puesto que, de este modo, se compensa el segundo subdial, a la 1, destinado a albergar la indicación de las fases lunares. Cierto es que para conseguir el equilibrado perfecto, este segundo subdial hubiera tenido que estar a las 12, pero entonces restaría al guardatiempos el atractivo efecto que le confiere el ligero descentrado de esta indicación. Además, de manera inteligente, Chopard a minimizado este efecto trasladando la leyenda de la manufactura a la posición de las 9.

Por último, la fecha se muestra a través de una pequeña ventana rectangular abierta a la altura de las 4.
El conjunto, aunque elegante, tiene cierta versatilidad y polivalencia de uso. En mi opinión, aunque no se trate de un reloj de cariz deportivo, no desentona en absoluto para un estilo sport. A este hecho contribuyen definitivamente que el oro elegido sea el blanco, de aspecto más parecido al acero, y que la correa que permite asir el Lunar Twin a la muñeca esté fabricada en piel de cocodrilo de color negro y acabado mate. Esta correa está cosida a mano y su parte interior forrada en piel de cocodrilo color coñac. El cierre es del tipo hebilla, fabricada en el mismo material que la caja.
El calibre que late en el interior de este guardatiempos es el manufactura de remonte automático con microrotor descentrado L.U.C. 96.21-L. La frecuencia de oscilación del volante es de 28.800 alternancias por hora (4 Hz) y la reserva de marcha alcanza las 65 horas gracias a la tecnología “Twin” patentada por Chopard que dispone dos barriletes superpuestos coaxialmente.

Este calibre está, al igual que el L.U.C. 96.13-L montado en el Lunar One, certificado cronométricamente por el COSC. A diferencia de éste, sobre el 96.21-L no se hace ningún comentario acerca del Punzón de Ginebra y, a la vista de las imágenes, todo parece apuntar a que carece de él. La estanqueidad del conjunto es inferior a los 50 metros del Lunar One y se fija en un nuevo valor de 30 metros. Quizás junto con la ausencia de índices para los minutos, sea éste el asegundo aspecto que podríamos considerar como negativo en este guardatiempos.

Para acabar con este test me gustaría comentaros un pequeño detalle que ya hemos hecho notar en otras ocasiones pero que, en mi opinión, es uno de los que marca la diferencia entre las grandes manufacturas y el resto. Me estoy refiriendo a la proporción existente entre caja y calibre.

Cada vez es más habitual el hecho de que las marcas quieran mostrar sus movimientos a través de cristales de zafiro en el fondo de sus cajas. Indiscutiblemente la calidad de los acabados es requisito indispensable pero, en más de una ocasión, nos encontramos con calibres desproporcionadamente pequeños para el tamaño de la caja que los contiene. Que esto suceda no es más que una prueba fehaciente de que continente y contenido no responden el uno del otro. Además, generalmente, esta desproporción se traslada al dial de manera que la ubicación de las indicaciones no es, ni de lejos, la más adecuada.

Chopard supera con nota esta proporcionalidad. El calibre L.U.C. 96.21-L tiene un diámetro de 33 mm y, como ya hemos dicho, la caja del Lunar Twin mide 40 mm. De este modo es fácil deducir que el anillo que rodea el fondo de zafiro de la caja tiene un ancho de tan sólo 3,5 mm.

 


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POR   

Ingeniero Técnico Industrial, de formación electrónica con pasión por la micro-mecánica. Co-fundador y editor de Watch-Test. En mi trabajo y en la vida tengo una máxima: Las cosas hay que explicarlas de manera que se entiendan. De lo contrario, el esfuerzo es en vano.

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