Cualquiera de las piezas que presenta Christophe Claret es merecedora de la expectación que levanta, más aun si la pieza en cuestión es la portadora de ciertas novedades que van más allá del propio guardatiempos. Este es precisamente el caso del Margot puesto que, a partir de 2014, ostentará el título al que ningún otro reloj optará jamás: ser el primer guardatiempos manufacturado por Christophe Claret concebido única y exclusivamente para el público femenino. Sobre él os habíamos avanzado lo que la manufactura nos permitía en cada momento antes de la presentación oficial a finales del pasado mes de marzo durante la celebración de Baselworld 2014. Ahora, después de haber tenido la oportunidad de disfrutarlo en directo, es el momento de hablaros del Margot en profundidad.
Vaya por delante y antes de entrar en materia que se trata de una pieza fascinante que gana enteros, y muchos, cuando se tiene en la mano. Al respecto de esta sensación de pérdida o ganancia comparada con las imágenes de catálogo o de prensa versus la pieza original, en Watch-Test tenemos por costumbre interna y siempre en petit comité, el clasificar a los guardatiempos en dos tipos: aquellos que a juzgar por las imágenes del catálogo serían más que potenciales objetos de inversiones futuras pero que «desenamoran» al tenerlos en la mano y, en segundo lugar, aquellos que siguen un razonamiento contrario, es decir, los que no despiertan pasiones en las instantáneas de los catálogos pero que sorprenden gratamente al tener la oportunidad de catarlos en directo. El nuevo Margot pertenecería al selecto club de relojes que, fuera de los dos comentados, está integrado por aquellos que despiertan nuestra curiosidad al observarlos en imágenes y la elevan a la máxima expresión cuando tenemos la oportunidad de disfrutarlos en vivo y en directo.
Cuatro serán las versiones en las que el nuevo Margot verá la luz, cada una de ellas en Edición Limitada a 20 piezas y que vendrán diferenciadas, primero, por el material utilizado como base para la fabricación de la caja – 2 modelos en oro blanco obtenido por aleación con paladio y 2 modelos en oro rojo 5N, diferenciados a su vez entre ellos por el tipo de engaste de diamantes pudiendo ser del tipo baguette o nieve – y en segundo lugar por el material del dial que responde a nácar en todas las referencias pero de distinto en color de manera que será azul para los modelos en caja de oro blanco y rosa para los albergados en caja de oro rojo.
Aunque os puedo asegurar que la sensación en las dimensiones del Margot es de contenida, la realidad nos lleva a unas medidas de 42,50 mm en el eje horizontal por 50,15 en el vertical (aunque el dial y la propia caja son completamente redondos, los elementos a las 12 y a las 6 que hacen las veces de asas, provocan que la dimensión vertical de norte a sur de la esfera sea ligeramente superior a la horizontal). Por lo que respecta a la altura de la caja y si nos basamos únicamente en el dato, 14,52 mm, tampoco se podría considerar como un espesor de caja contenido teniendo en cuenta el carácter femenino de la pieza. No obstante, el conjunto está exquisitamente equilibrado en cuanto al aspecto dimensional, y cualquier parámetro que pudiera influir negativamente en la comodidad de uso del reloj queda compensado con creces por la forma curvada de la caja y sus asas articuladas que permiten una adaptabilidad excelente a cualquier muñeca por delgada que esta sea.
El disco de nácar, azul o rosa según la versión, que ocupa la zona de la esfera comprendida entre el bisel de la caja y el círculo central, alberga tres diamantes engastados sobre chatones de oro y en forma de pera, a las 3 , a las 6 y a las 9. La última posición horaria correspondiente a los cuartos, a las 12, viene ocupada por el logotipo de la manufactura aplicado en oro. Las agujas responsables de las únicas indicaciones estrictamente relojeras del Margot, horas y minutos, están confeccionadas en acero con los extremos en oro biselado y redondeado a mano. Sobre el nácar, encontramos grabados versos extraídos del poema clásico «La Unidad» de Victor Hugo y que está incluido en su compendio «Las Contemplaciones».
La complicación poética de este espectacular guardatiempos responde al de sobra conocido por todos juego que consiste en ir deshojando una margarita al tiempo que se van repitiendo los juegos de palabras «Me quiere, no me quiere, …». Contrariamente a la rotundidad con la que debe terminar el juego en nuestra versión española, la original francesa permite algo más de flexibilidad y deja espacio a sentimientos intermedios entre ambos extremos. De este modo, en la ventana abierta sobre el nácar entre las 3 y las 6, y a cada activación del pulsador ubicado a las 2 en la carrura de la caja, van apareciendo aleatoriamente los juegos de palabras «un peu», «beaucoup», «passionnément», à la folie» o «pas du tout» que corresponderían a las traducciones «un poco», «mucho», «apasionadamente», «con locura» y «nada» respectivamente. Al mismo tiempo y por cada una de estas pulsaciones, desaparecen de forma también aleatoria uno o dos de los pétalos manufacturados en titanio y acabados con un lacado satinado en color blanco, que forman parte de la margarita que ocupa el centro de la esfera.
La vuelta a cero del juego que en francés es conocido con el nombre de «Effeuiller la marguerite» se consigue a través del pulsador ubicado a las 4 en la carrura de la caja. Los doce pétalos vuelven a mostrarse en el dial a la vez que la ventana del «sentimiento» se ocupa por unos puntos suspensivos … Tampoco esta pieza escapa a la conocida afición de Claret de implementar algún tipo de sonería en gran parte de sus creaciones. En este caso, timbres a modo de campanillas suenan a cada una de las pulsaciones del juego con el discreto a la vez que bello detalle que supone la posibilidad de observar el martillo a través de la carrura de la caja, a la altura de las 8, con un rubí engastado en el chatón. Exquisitez absoluta la de Christophe Claret en conseguir que prácticas que usualmente desembocarían en cierta pomposidad, resulten discretas y de una sencillez increíble.
El movimiento mecánico albergado en el interior del Margot responde al calibre de nomenclatura EMT17 de remonte automático, con una frecuencia de oscilación de 28.800 alternancias por hora y una reserva de marcha de 72 horas gracias a los dos barriletes implementados. Este movimiento está integrado por nada más y nada menos que 731 componentes, de los cuales la increíble cifra de 95 responden a rubíes. La trasera de la caja y gracias al cristal de zafiro montado, desvela la última de las sorpresas de este guardatiempos al mostrarnos un espectacular rotor en forma de flor, que puede recordar vagamente a la ruleta de los relojes de la colección Montres Ludiques Interactives de Claret, con 8 piedras preciosas triangulares de distintos colores que forman parte del segundo entretenimiento integrado en el reloj y que consiste en hacer girar el rotor y esperar a que este se detenga para averiguar cual de las piedras apunta al corazón ubicado en el anillo que rodea al zafiro.
El Margot es una pieza repleta de pequeños detalles como el correspondiente a la ubicación de la corona. Con el único objetivo de no alterar el equilibrio estético de la caja, este componente ubicado generalmente en la carrura y a la altura de las 3, se ha desplazado hasta las 12, entre asas y en la parte trasera de la caja de manera que resulta totalmente invisible desde la parte frontal del reloj.
Los precios de venta recomendados para cada una de las referencias del Margot, en francos suizos y sin impuestos aplicados, serán de 278.000 para las versiones en caja de oro blanco o rojo con diamantes engastados baguette y de 198.000 en el caso de diamantes engastados tipo nieve.