Nacido en 1962, Christophe Claret, antes de cumplir los 20 años de edad cuando obtiene su título de Diplomado por la Escuela de Relojería de Ginebra, prolongando su formación por un año bajo la tutela del prestigioso “cabinotier” Roger Dubuis.
Finalizado este proceso de aprendizaje, Claret regresa a su ciudad natal para instalar en la casa familiar el que sería su primer taller de relojería. En 1987 acude por primera vez al Salón de Basilea coincidiendo allí con una persona que iba a cambiar su vida. Rolf Schnyder es un industrial suizo que acaba de adquirir Ulysse Nardin e, impresionado por un guardatiempos con repetición de cuartos con “jacquemart” creado por el joven Claret, le encarga la producción de veinte calibres de repetición de minutos con “jacquemarts” San Marco.
Reconocidas manufacturas de prestigio solicitan los servicios de la recientemente creada Manufactura Claret en busca de sus complicaciones. Como consecuencia de estas solicitudes, Christophe Claret decide reformar su sociedad. Así, en 1999 adquiere en la ciudad vecina de Le Locle, una antigua casa solariega que había pertenecido al mítico relojero Urban Jürgensen, y traslada allí sus talleres. Posteriormente, en el año 2002, realizará la primera ampliación de las instalaciones con un anexo de 500 m², a la que seguirán una segunda con la misma superficie en 2003 y, finalmente, la última hasta la fecha, en 2008, con una superficie de 1.000 m².
A lo largo de todos estos años Christophe Claret continúa su actividad creando piezas y movimientos para otras manufacturas, pero también y desde siempre, se dedica a la manufactura de guardatiempos firmados con su nombre. Se trata de piezas únicas, muchas de ellas inéditas para el público en general, que van destinadas a exclusivas demandas de ciertos coleccionistas fascinados por la maestría del relojero. No será hasta el año 2009 y con motivo del vigésimo aniversario de la Manufactura, que las creaciones de Claret llegarán a un mercado de carácter más público con el lanzamiento del DualTow.
Actualmente, Christophe Claret representa una de las pocas manufacturas independientes de Alta Relojería que albergan bajo un mismo techo el proceso al completo – diseño, desarrollo y fabricación – de la creación de un guardatiempos.