Este sábado 19 de noviembre, se ha celebrado la ceremonia de entrega de los premios concedidos por el Grand Prix d’Horlogerie de Genève. Estos galardones se conceden anualmente y no hay restricción en cuanto al origen de las marcas participantes. En esta edición han sido presentados 246 modelos por parte de 91 marcas.
Los premios se dividen en diversas categorías de relojes: Señora, Caballero, Diseño, Joyería y Artesanía, Grandes Complicaciones, Sport y “Petite Aiguille”. Pero el premio más importante es el de vencedor absoluto, que recibe el ya célebre nombre de L’Aiguille d’Or. Este máximo galardón ha recaído este año en el De Bethune DB28.
De Bethune es una pequeña firma fundada en el año 2002 por David Zanetta y Denis Flageollet, que se inscribe entre los más grandes de lo que podríamos denominar Alta Relojería Conceptual. Su producción anual es extremadamente corta y se reduce a pocas unidades de cada uno de sus modelos.
El DB28, modelo presentado en enero de este año, tiene ese aspecto tan personal, característico de la mayoría de modelos de la marca, con detalles como la corona atípicamente situada a las 9 de su caja de titanio. A simple vista destacan sus grandes asas articuladas, que permiten que el reloj se adapte a la forma de la muñeca del usuario.
La esfera, realizada a diversos niveles, nos muestra directamente el volante y la espiral, realizada en silicio, suspendidos en primer plano mediante un fino puente transversal de platino.
Ubicada a las 6 horas encontramos una atractiva esfera bicolor, que es nada menos que una indicación de fase lunar realmente tridimensional. No penséis que es un mero ejercicio estilístico, ya que su precisión es de 1 día de máxima desviación cada 122 años.
El mecanismo del DB28 es el calibre DB2115. Su carga, de tipo manual, se acumula mediante dos barriletes auto-regulados para minimizar la fricción y así transmitir el máximo de energía. Esta eficiencia nos permite 6 días de reserva de marcha, cuya indicación encontraremos en el fondo del reloj. Su órgano regulador está protegido por un sistema anti-choque triple, diseñado y patentado por De Bethune, que ya hemos visto en otros modelos de la firma.
Los acabados de caja, esfera, mecanismo y de todos los elementos que componen este reloj, son difíciles de describir si no se ha tenido un De Bethune en las manos. Puede que alguna otra marca los iguale, pero me atrevería a decir que ninguna los sobrepasa.
Sin duda un premio merecido para De Bethune, que junto con un muy reducido número de marcas, apuesta muy valientemente por vías nuevas e inexploradas en la Alta Relojería.