François-Paul Journe, uno de los relojeros más prestigiosos y respetados de las últimas décadas, nos presenta el Elegante, una nueva colección de relojes femeninos… de cuarzo!. Bueno, si nos atenemos a la terminología oficial de Journe, el Elégante está motorizado por un movimiento electromecánico. ¿Escándalo o audacia?, ¿incoherencia o lógica?. Vamos a analizarlo y a tratar de despejar estas incógnitas, aunque en ciertos aspectos no será más que opinión subjetiva de un concepto que seguro despertará odio y pasiones por igual.
Ante todo hay que destacar un aspecto clave del F.P. Journe Elégante; su movimiento electromecánico ha sido diseñado y desarrollado (salvo la parte electrónica) por Journe, proceso en el que se han invertido nada menos que 8 años. El segundo aspecto clave del concepto del Elégante es que ha sido creado bajo el parámetro irrenunciable de que sea práctico y duradero.
F.P. Journe Elegante – El movimiento
Empecemos por su movimiento, el nuevo calibre electromecánico 1210. Aunque pueda parecer que el término electromecánico es un modo más o menos grandilocuente de camuflar lo que normalmente se denomina cuarzo, no es así. De forma generalizada se utilizan los términos cuarzo y digital para definir los relojes que no son mecánicos, y ambas denominaciones, por si solas, son inexactas y pueden inducir a error. Un reloj con movimiento de cuarzo es aquel cuya regulación se genera y controla mediante una pieza de cuarzo y cuya energía se suministra mediante una pila. Cuanto mayor sea la frecuencia de vibración del cuarzo mayor será su exactitud y precisión.
Estrictamente, en un reloj, el término digital significa que las indicaciones del tiempo no se muestran por agujas que recorren un índice sino mediante dígitos. Estos dígitos se pueden mostrar a través de una pantalla electrónica tipo LCD o mediante discos con dígitos que giran y se muestran a través de una ventanilla. Por poner ejemplos, este último caso sería el del Zeitwerk de Lange o el mismo Vaganbondage II de F.P. Journe, ninguno de los cuales utiliza un movimiento de cuarzo, sino que son enteramente mecánicos. En este caso la denominación de relojes mecánicos digitales sería correcta.
Este nuevo Elégante de F.P. Journe, cumple el primer parámetro, es decir, es un reloj con oscilador de cuarzo cuya energía se suministra mediante una pila. Por contra, no cumple el segundo parámetro, el de digital, ya que sus indicaciones se muestran mediante agujas que se mueven mediante rodajes mecánicos. De ahí, el muy correcto término de electromecánico.
Una vez efectuadas estas aclaraciones básicas, entramos en este calibre 1210, que como ya he mencionado ha requerido 8 años de desarrollo. Relojes electromecánicos los hay a cientos en el mercado, por lo que puede parecer raro un periodo tan largo para lanzar al mercado este calibre. La clave es que nos ofrece una función inédita, destinada a optimizar la vida de la pila que suministra la energía, y que ello lo hace mediante la combinación de la mecánica y la electrónica.
La parte mecánica consiste en un detector de movimiento, visible a través de la esfera, en una pequeña apertura ubicada entre las 4 y las 5. Cuando este mecanismo detecta que el reloj no realiza el más mínimo movimiento durante un periodo de entre 30-40 minutos, envía una señal a un procesador electrónico que a su vez provoca que el tren de rodaje y las agujas se detengan, pero el microprocesador electrónico no deja de contar el tiempo. Con ello se consigue ahorra energía durante un periodo, normalmente el nocturno, en el que la propietaria del Elégante se ha sacado el reloj y lo ha depositado en su lugar habitual de descanso, lo cual implica que no tiene intención de consultar la hora. Cuando el microprocesador detecta que el reloj nuevamente se mueve, activa toda la parte mecánica y las agujas se desplazan en el sentido más corto hasta indicar la hora actual.
Todo este complejo sistema permite que la duración de la pila del Elégante se extienda hasta un periodo de 10 años si lo utilizamos regularmente y hasta 18 años si no lo hacemos. Todos los componentes mecánicos de este calibre 1210 están manufacturados internamente por Journe y el microprocesador ha sido diseñado expresamente para este reloj por un «ingeniero suizo» del cual F.P. Journe no nos proporciona más detalles. La frecuencia del vibración del cuarzo es de 32.000 Hz, que si comparamos con los 4 Hz habituales en la mayoría de relojes mecánicos, habla a las claras de su gran ventaja de partida en cuanto a su potencial precisión.
Otro aspecto atípico de este movimiento, es que al contrario que la práctica totalidad de calibres de cuarzo, sí es visible a través del fondo del reloj. Si habitualmente no se muestran el calibre en los relojes de cuarzo es porque estos tienen poco o ningún atractivo estético. Este no es el caso del calibre 1210 de Journe, ya que observamos una platina de oro, que soporta sus elementos mecánicos e incluso nos enseña el circuito impreso, al que se aplican unos acabados dignos de un movimiento de Alta Relojería.
F.P. Journe Elegante – La caja
La caja, en forma de tonel, nos recuerda inmediatamente a la del Vagabondage y a simple vista no se aprecia diferencia alguna con ella, salvo las dimensiones, que se reducen unos 3 milímetros en ambos sentidos, para lógicamente adaptarse a la morfología femenina.
De la caja del Elégante se nos ofrece en una variante de platino, otra de oro rojo y, gran noticia, nada menos que 7 variantes con caja de titanio. Es de agradecer y coherente con la filosofía de este reloj, que Journe lo ofrezca con caja de titanio, ya que por norma general las grande firmas se olvidan de los metales «no nobles» en sus relojes y se centran en el oro y el platino, que además de encarecer el producto son metales más pesados y más propensos a los arañazos, o dicho de manera más simple; menos prácticos para un uso diario. Journe prometía precisamente esto, la practicidad, y no hay duda de que el titanio se la otorga.
Otra buena noticia es que, además de las variantes con engastes de diamantes en las caras curvadas del bisel que vemos en las imágenes, Journe nos ofrece todos los modelos, independientemente del material de su caja, sin engaste alguno, lo que junto con su muy contenido (estamos hablando de un F.P. Journe) precio de 10.000 francos suizos en las versiones de titanio, convierten a estos relojes en elegantes y discretos compañeros de la mujer en su vida cotidiana. Como opción, y solo bajo encargo, se ofrece una versión con la esfera también engastada en diamantes.
Un detalle poco acorde con la filosofía del reloj es que no se menciona su hermeticidad, ni en los datos oficiales que nos proporciona la marca ni grabado en el fondo de la caja como es habitual, lo que, salvo que sea una omisión intencionada, significa que no la tiene. Un reloj pensado para un público femenino que busca un reloj de gran calidad y prestigio, pero que no quiere sufrir por él ni dedicarle una atención o cuidados excesivos, debería obligatoriamente contar con una hermeticidad de por lo menos 5 bares. Más aun si tenemos en cuenta que las pulseras del Elégante son de caucho, lo que al contrario que las de cuero o aligator le permite exponerse sin problema al líquido elemento. Supongo que como mínimo será «resistente» a la humedad.
Lo que si es elogiable es el sistema de sujeción de la pulsera. Como en la inmensa mayoría de relojes, dicho elemento se une a las asas mediante un pasador, pero con el detalle de ofrecernos un pivote que permite liberarlo simplemente con los dedos.
Esta es una pieza extremadamente simple de implantar pero inexplicablemente casi nadie lo hace (salvo Patek Philippe), obligando al propietario del reloj a poseer una herramienta especial para ello y a una cierta pericia y práctica en esta operación, algo que como es lógico casi nadie posee. Ello permitirá a las futuras propietarias del Elégante alternar distintas correas, o incluso quien sabe si un futuro brazalete metálico que Journe pueda ofrecer para este reloj.
Con la única excepción de la variante con caja de oro rojo, al resto de versiones de este Elégante se les aplica una capa de caucho en su bisel y en la carrura, en un color a juego con el de la pulsera de caucho. Indudablemente este detalle otorga una gran personalidad al reloj, pero el caucho es una materia que, como ya hemos visto en algunos Offshore de Audemars Piguet, con el tiempo y el simple roce de la ropa adquiere un brillo poco favorecedor. Inquiriendo sobre este tema, los responsables de F.P. Journe nos confirmaron que si así lo desea su futura propietaria, estas piezas se pueden sustituir por otras nuevas, pero siempre en el mismo color que el original, para no alterar su autenticidad.
F.P. Journe Elegante – La esfera
El diseño y las tonalidades de la esfera son idénticos para todas las referencias de este Elégante, salvo nuevamente la versión de oro rojo que sustituye el blanco de su círculo central por el negro y el azulado de las agujas por el oro, también rojo. Las indicaciones son las básicas de horas y minutos por aguja central a las que se suma un pequeño segundero ubicado a las 6 horas. Insistiendo en el tema de la practicidad, quizás le hubiera añadido un fechador, indicación que la mayoría echamos en falta si el reloj que utilizamos a diario carece de él.
La legibilidad es una cualidad imprescindible en un reloj que pretenda ser práctico y F.P. Journe ha cuidado este aspecto del Elégante como era de esperar. Con luz diurna el contraste de las agujas azuladas con el fondo blanco, unido a los claros índices de horas y minutos, permiten una lectura fácil y precisa del tiempo. La legibilidad en ausencia de luz no se queda atrás, pero además Journe lo implementa de una forma original y atípica. En lugar de aplicar sustancia luminiscente a las agujas e índices, lo aplica a la totalidad del fondo de la esfera, buscando un efecto inverso pero igualmente práctico.
F.P. Journe Elegante – Conclusión
En definitiva, estamos ante un reloj muy particular, como lo son todos los F.P. Journe. El gran maestro ha querido ofrecer a la mujer un reloj del máximo nivel de calidad pero sin renunciar a la facilidad de uso que desean sus futuras propietarias. El atractivo estético y su personalidad son indudables. El original sistema de detección mecánico de movimiento que, junto con el novedoso microprocesador, le proporciona una vida a su pila tres veces superior a lo habitual es un innegable avance, pues no olvidemos que un cambio de pila también implica una sustitución de las juntas, con el consiguiente coste económico que ello implica. También de elogiar el práctico y fácil de accionar sistema de sujeción de la pulsera. Lástima de alguna carencia como la hermeticidad, Pero bueno, el reloj «perfecto» es una «rara avis», tan rara que yo no conozco prácticamente ninguna.