TEST – F.P. Journe Centigraphe Souverain: o cómo medir la centésima de segundo.
De todas las creaciones de François-Paul Journe hay concretamente dos que siempre me han llamado la atención y que, sin duda alguna, estarían de las primeras en mi “wish list” siempre que ésta no estuviera condicionada por el factor monetario. Estoy refiriéndome a los guardatiempos Centigraphe Souverain y Chronomètre à Résonance.
Obviando los indiscutibles motivos estéticos de la totalidad de la colección de F.P. Journe que me llevarían a adquirir cualquiera de sus modelos, y la excelencia técnica de sus calibres no menos destacable en toda pieza que salga de esta manufactura, estos dos modelos en particular, y en mi opinión, son los que más honor hacen al lema de la marca: Invenit et Fecit (Inventar y Crear).
Mientras que el Chronomètre à Résonance implementa el fenómeno de la resonancia mecánica en un reloj de pulsera, fenómeno del que hablaremos cuando realicemos el test correspondiente, el Centigraphe Souverain, objeto de este artículo, implementa un sistema de cronógrafo que permite medir, mecánicamente, la centésima de segundo.
Un poco de teoría necesaria
Por si no habéis seguido la serie de artículos de técnica dedicados al movimiento mecánico en este mismo blog, o por si desconocéis los principios básicos de un calibre, haré una breve introducción que permita apreciar la complicación del mecanismo de este reloj.
La manera más habitual de definir la frecuencia de oscilación de un calibre es en alternancias por hora. De manera habitual podemos encontrar calibres cuyos valores de alternancias por hora son de 18.000, 21.600 y 28.800. Menos habituales son los calibres que laten a 36.000 alternancias/hora como puede ser el correspondiente a El Primero de Zenith o a 43.200 alternancias/hora como el calibre AP 2908 de Audemars Piguet.
Para no extendernos en el razonamiento ya que si os interesa lo podéis consultar en el apartado de técnica antes mencionado, os adjunto una tabla en la que, para cada valor de alternancias/hora, se adjunta la frecuencia de oscilación del volante y el número de saltos que la aguja de los segundos realiza en el transcurso de cada segundo.
A la vista de los datos que arroja la tabla podemos observar como la aguja de los segundos, en función del calibre, dará como mucho 12 saltos entre cada dos índices del dial y en el transcurso de un segundo. Puesto que la frecuencia de oscilación del cronógrafo suele ser la misma que la del calibre de base ya que ambos están gobernados por el mismo órgano regulador, es fácil deducir que siendo optimistas podremos medir intervalos de 1/12 de segundo.
Así pues, la pregunta obvia que toca hacerse llegados a este punto es: ¿cuál debería ser el valor en alternancias/hora de un calibre para que éste permitiera medir 1/100 de segundo?. El resultado es tan sencillo de obtener como asombroso de conseguir: 360.000 alternancias/hora, o lo que es lo mismo, una frecuencia de oscilación de 50 Hz (igual a la de la corriente eléctrica que llega a nuestras casas y más de 8 veces superior a la máxima de las contempladas en la anterior tabla).
Mecánicamente y en las reducidas dimensiones que requiere la relojería es imposible conseguir una frecuencia de oscilación de este valor y, es más, el calibre 1506 de carga manual que equipa el Centigraphe Souverain no es siquiera de los de mayor frecuencia ya que late a 21.600 alternancias/hora (viendo los datos anteriores este valor implica una frecuencia de oscilación de 3 Hz que provoca 6 saltos de la aguja de los segundos entre dos índices consecutivos). Entonces, ¿dónde está el ingenio de este cronógrafo?.
El cronógrafo Foudroyante o de Segundero Saltante.
Para entender la solución adoptada por F.P. Journe es conveniente exponer primero el concepto de la complicación conocida como Foudroyante o cronógrafo de segundero saltante.
Generalmente hay dos disposiciones básicas de los subdiales de un cronógrafo en los relojes de pulsera: bi-compax y tri-compax.
La disposición tri-compax de un cronógrafo consiste, típica aunque no exclusivamente, en implementar tres subdiales: uno a las 9 para la aguja de los segundos del movimiento base, un segundo subdial a las 3 para el contador de minutos y el último a las 6 para el contador de horas.
La disposición típica de un cronógrafo bi-compax es análoga a la anterior pero eliminando el subdial de las 6, es decir, anulando el contador de las horas.
En ambas disposiciones, bi-compax y tri-compax, la aguja trotadora de los segundos del cronógrafo es la central y se extiende hasta los índices del perímetro de la esfera. Esta trotadora da una vuelta completa al dial en 1 minuto realizando por cada segundo transcurrido el número de saltos o desplazamientos que se correspondan a la frecuencia del calibre.
Este tipo de cronógrafos presentan cierto inconveniente si deseamos realizar mediciones de tiempo en fracciones de segundo. Pongamos por ejemplo que disponemos de un calibre que late a 36.000 alternancias/hora. Según lo comentado hasta el momento, la aguja trotadora del crono se moverá 10 veces entre dos índices consecutivos del dial (600 veces para dar la vuelta completa en 60 segundos). Dada la poca distancia entre los dos índices, cuando detengamos el crono será harto complicado establecer visualmente en cual de las 10 divisiones existentes entre ellos se ha parado exactamente la aguja.
El cronógrafo Foudroyante soluciona la medición de los lapsos de tiempo inferiores al segundo ubicando un subdial, generalmente a las 9, destinado a contador de fracciones de segundo. La aguja trotadora del crono realiza una vuelta por segundo a este subdial, que tiene tantos índices como saltos realiza la aguja trotadora. A su vez, cuando activamos el pulsador de parada del crono, la trotadora se detiene siempre sobre uno de estos índices. De este modo es sencillo determinar la fracción de segundo en la que se ha detenido el crono.
Como es muy cierto que vale más una imagen que mil palabras, os dejo el siguiente vídeo donde se ve en funcionamiento el cronógrafo Foudroyante.
El secreto del Centigraphe.
- Un cronógrafo es capaz de medir la fracción de segundo que se corresponde a la frecuencia de oscilación del volante del calibre que lo alimenta. Como hemos visto, en el mejor de los casos, estaríamos hablando de 1/12 de segundo.
- Dada la dificultad de determinar visualmente la fracción de segundo en la que se detiene el crono en las disposiciones convencionales, recurrimos a la complicación Foudroyante para facilitar la lectura.
El paso que falta para conocer el secreto del Centigraphe es el siguiente. En el subdial ubicado a las 10, podemos observar como la escala de números en rojo está dividida en 100 partes iguales. La aguja de este subdial realiza una vuelta por segundo y, puesto que se trata de un calibre de 21.600 alternancias/hora, realizaría 6 saltos para completar el giro. Si se tratara de un cronógrafo Foudroyante típico podríamos detener la aguja en cualquiera de estas 6 posiciones pudiendo medir, de este modo, con una precisión de 1/6 de segundo.
El ingenio de F.P. Journe en el desarrollo del Centigraphe ha llevado a añadir un paso a la complicación y ha conseguido que esta aguja se pueda detener en cualquier punto del diámetro del subdial y no sólo en los correspondientes a la frecuencia del calibre.
Os dejo otro vídeo para que podáis observar el funcionamiento de este guardatiempos.
Las indicaciones.
La aguja correspondiente al subdial ubicado a las 2 realiza un giro completo cada 20 segundos a intervalos de un segundo (3 giros por minuto). Este segundo subdial permite lecturas en fracciones de un segundo en la escala numérica en rojo y lecturas de velocidades comprendidas entre los 189 y los 3.600 km/hora en la escala taquimétrica (en negro).
Finalmente, la aguja localizada en el tercer subdial, ubicado a las 6, es la contadora de los minutos y realiza una vuelta por cada 10 minutos. Esta aguja se desplaza cada 20 segundos, es decir, efectúa un giro por cada vuelta completa realizada por el contador ubicado a las 2. Las velocidades que permite leer la escala taquimétrica de este subdial (en negro) son las comprendidas entre 6 y 90 km/h.
Patentes
La segunda patente radica en la configuración del mecanismo del cronógrafo que consigue aislar de manera efectiva las funciones de crono e indicación de la hora. Este hecho implica que la amplitud del volante no se ve afectada cuando el cronógrafo está en funcionamiento. Adicionalmente y variando las disposiciones típicas de los mecanismos de cronógrafo en lo que a trenes de engranaje se refiere, el Centigraphe Souverain implementa un tren de engranajes distinto para cada uno de los contadores.
La reserva de marcha es de 80 horas (algo más de 3 días) con el cronógrafo parado y de 24 horas con el cronógrafo en marcha.
La caja del Centigraphe Souverain tiene unas dimensiones acordes a su polivalencia de 40 mm de diámetro y 10,7 mm de altura y podemos encontrarla en dos versiones: una en platino y otra en oro rosa.