Calibre FB-T.FC, una excepcional maravilla técnica
A pesar de las bondades de su caja y esfera, el verdadero protagonista de los Chonomètre Ferdinand Berhoud es su corazón, el calibre FB-T.FC. Este mecanismo de remonte manual recupera la arquitectura característica de los cronómetros marinos del siglo XVIII, recurriendo a unos pilares periféricos de titanio (seis en este caso) que unen las dos platinas, rodeando los órganos mecánicos sostenidos por 15 puentes y 3 semi-puentes de alpaca.
Y si su estructura es ya de por sí un espectáculo, no los son menos los elementos que encierra: equipado por un tourbillon de baja frecuencia (3 Hz) con segundero central, el FB-T.FC posee un dispositivo de regulación a fuerza constante de transmisión huso-cadena suspendida, un sistema de armado por diferencial, y un mecanismo de indicación de reserva de marcha denominado “cono móvil suspendido”. Por suerte, las abertura laterales en forma de ojos de buey nos permiten admirar el espectáculo que se desata durante la marcha del mecanismo.
Fruto de casi tres años de investigación y desarrollo, ofrece una precisión y una regularidad de la marcha certificados por el Control Oficial Suizo de Cronometría (COSC), una autonomía de 53 horas y un óptimo nivel de legibilidad de sus funciones: horas, minutos, segundos e indicador de reserva de marcha. Formada por más de 1120 piezas y con un diámetro de 35,50 mm y una altura de 8 mm, sus semi-puentes de alpaca están completamente decorados a mano, pulidos y achaflanados y sus lados estriados, mientras que los 46 rubís están engastados en chatones delicadamente pulidos y achaflanados.
Las variaciones isocrónicas no son el único “peligro” que acecha la precisión de un reloj mecánico. Aunque sus efectos perjudiciales han disminuido debido a la evolución del reloj de bolsillo hacia los de pulsera, la influencia de la gravedad terrestre también ha sido corregida mediante el tourbillon ubicado a las 6 horas, dotado de un volante de inercia variable que oscila a una baja frecuencia de 3 Hz.
Formado por 53 piezas, su jaula fabricada en titanio está fijada a la pletina inferior mediante un puente provisto de un solo brazo, mientras el volante, concebido en una resistente aleación de cobre y berilo, está equipado de un espiral auto-compensador antimagnético. Si observamos con atención desde la trasera, podemos ver sobre la corona del balancín los dos juegos de cabezas perdidas que permiten el ajuste micrométrico de su amplitud de oscilación.