En el degoteo anual de las pequeñas firmas independientes que se unen al SIHH en el Carré des Horlogers, cabe destacar la presencia de la Chronométrie Ferdinand Berthoud, una marca perteneciente al grupo Chopard por la que siento especial predilección. Además de poder admirar todos los relojes de la colección (los Chronomètre FB 1.2, FB 1.3, FB 1.4-1 y FB 1.4.2), la verdadera estrella de la presentación particular fue el nuevo Chronomètre FB 1R-6.1… con permiso de los Chronomètre FB 1.4 lanzados hace escasos dos meses, mi Ferdinand Berthoud preferido (aquí podéis leer nuestro análisis).
Inspirado en el Marine Chronomètre Nº 7 fabricado por Ferdinand Berthoud en la segunda mitad del siglo XVIII, el FB 1R-6-1 presenta varias innovaciones dentro de la colección que afectan tanto a su estética como a los materiales utilizados y a su mecánica. La más visible es que es un reloj regulador, o sea, con las indicaciones ubicadas sobre distintos ejes: mientras la manecilla minutera y la segundera se mantienen en el subdial a las 12 horas y en posición central respectivamente, la indicación horaria debe leerse sobre un disco de zafiro visible a través de la abertura a las dos horas.
En lugar de presentar una gran abertura para poder observar el tourbillon y la rueda de arrastre de los segundos, como sucedía en las anteriores versiones, la mayor parte de la esfera del Chronomètre Ferdinand Berthoud FB 1R.6-1 está cubierta. SIn embargo, otra abertura entre las 8 y 10 horas nos desvela el inédito mecanismo de reserva de marcha, a la que debe unirse el vaciado de la parte central del subdial de los minutos anteriormente citado.
Pero una de las características más notables de esta referencia es el material con el que se ha fabricado la caja de 44 mm: acero cementado. ¿Qué ventaja supone este tipo de acero?. Bien sencillo, garantizar una dureza excepcional de 1.200 Vickers, una cifra comparable a la que ofrece la cerámica aunque sin sus problemas de fragilidad. Doy fe de ello, ya que hemos podido comprobarlo cuando hemos intentado rayar con un clavo un cilindro de acero cementado y ni se ha inmutado, mientras el de acero convencional sucumbía facilmente bajo la presión de dicho clavo. Sencillamente impresionante. En un próximo artículo en el que analizaremos más a fondo el FB 1R-6.1, os explicaremos cómo se consigue esta excepcional resistencia.
Además, la caja de aspecto satinado casi mate no presenta cuatro ventanas en los laterales como los FB 1.1, 1.2 o 1.3, sino únicamente dos a la altura de las 2 y 10 horas, exhibiendo en todo su esplendor el sistema huso-cadena característico de Ferdinand Berthoud. Además del espectáculo visual que representa, me ha impactado el sonido que emite la cadena de este sistema al recargarlo, un clec-clec-clec sencillamente embriagador que lamentablemente se acaba cuando el barrilete está totalmente cargado.
Y me paro aquí, porque lo que en principio debía ser un artículo de introducción al nuevo FB 1R-6.1 se está ya convirtiendo en un análisis, y esto debemos dejarlo para otro artículo más a fondo que escribiremos dentro de unas semanas.