Sangre latina, concretamente italiana, de la mano de Antonio Calce, para la nueva dirección general del Grupo Sowind, o lo que es lo mismo, Girard-Perregaux y Jean Richard. Desde luego, nadie negará que la última década está siendo un periodo convulso para el Grupo Sowind, aunque no necesariamente debemos interpretar el término «convulso» como peyorativo, sino como calificativo de un movimiento continuo y probablemente trascendente para su futuro.
Recapitulemos un poco y muy brevemente. Girard-Perregaux, que al fin y al cabo es el eje de este asunto, es una de las grandes firmas históricas de la Alta Relojería por méritos propios. A grandes rasgos, y siempre desde el punto de vista empresarial, su historia ha tenido dos grandes hitos. El primero es evidentemente su fundación oficial en 1856, originada por el enlace matrimonial entre Constant Girard y Marie Perregaux, aunque el origen primario se remonta algunos años antes, de la mano de Jean-François Bautte, pero no profundizaré en ello porque ya lo hizo Jordi en cinco extensos y exhaustivos artículos sobre la historia de esta legendaria manufactura.
El segundo gran hito es cuando la familia Macaluso toma las riendas de la legendaria firma. El tercero, es muy reciente, de poco más de 3 años atrás, cuando el Grupo de lujo Kering adquiere la mayoría de acciones de la sociedad, un cambio que se materializa en este nombramiento de Antonio Calce como director general.
Calce tiene una envidiable formación (diplomado en microtecnología y en dirección de empresas), pero una quizás más importante experiencia en el sector, que se inicia en el Grupo Richemont, como Responsable Técnico de Piaget, y que deriva posterior y sucesivamente en Director de Operaciones y Desarrollo de Producto en Panerai en el 2001, y Director General de Corum en el 2005. Desde luego pocas personas pueden presumir de semejantes responsabilidades en marcas tan dispares y en algunos casos opuestas en cuanto a filosofía de producto.
La Dirección General de una firma tan legendaria como Girard-Perregaux es un gran reto y merece el mejor de los éxitos, algo que, junto con la suerte necesaria para ello, le deseamos desde Watch-Test a Antonio Calce. Si lo logra todos los aficionados a la Alta Relojería saldremos beneficiados.
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