Baselworld 2014 – Neo-Tourbillon: los tres puentes se suman a la nueva era de Girard-Perregaux.
Si el pasado año 2013 Girard-Perregaux nos sorprendía con la presentación de su Echappement Constant y con su nueva Colección Traveller como principales atractivos, y por si alguien podía pensar que modificar por completo la icónica colección ww.tc era ya suficiente reto para esta manufactura, en este 2014 el atrevimiento alcanza nuevos límites al ofrecernos lo que sin lugar a dudas representa una moderna interpretación de uno de los elementos con más historia de Girard-Perregaux y que no es otro que la legendaria estructura del tourbillon bajo tres puentes, configuración que data de hace ya casi 150 años y que representa los fundamentos de Alta Relojería sobre los que la manufactura asienta sus valores. Sencillamente espectacular en mi opinión el resultado obtenido en la combinación de un concepto vanguardista aplicado a un principio que tuvo sus orígenes hace más de un siglo.
Presentado bajo la referencia 99270-52-000-BA6A y en una caja manufacturada en oro rosa que combina las superficies satinadas y pulidas en sus acabados, con unas dimensiones de 45 mm de diámetro por 14,45 de espesor y cuya morfología resulta ciertamente difícil de definir, por lo que os remito a que sencillamente la contempléis en las imágenes que complementan a este artículo, probablemente el detalle más destacable resulte el hecho de que este continente carece de bisel. Obviamente, la sensación de diafanidad que proporciona esta configuración unida a la inédita visión lateral de todos y cada uno de los elementos que integran el dial de este guardatiempos desemboca en un espectáculo inmensamente atractivo. Todo ello es posible gracias a un cristal de zafiro abombado que se apoya directamente sobre la carrura de la caja y cuya construcción y composición evitan que se distorsione la visión a su través. El espectáculo no obstante no finaliza en este dial, sino que gracias al cristal de zafiro que cubre también el fondo de la caja se puede observar al completo el calibre mecánico que da vida a este Neo-Tourbillon.
Centrándonos en la esfera de este nuevo guardatiempos, los verdaderos protagonistas sin lugar a dudas son los tres puentes completamente rediseñados y esqueletizados en forma de flecha con los biselados realizados manualmente y manufacturados en titanio sobre el que se aplica un acabado arenado para, posteriormente, aplicar un recubrimiento en PVD que les confiere el color negro final. Pura tridimensionalidad que transmite una contundencia diametralmente opuesta a la ligereza de la que gozan por la generosidad del titanio. Estos tres puentes se apoyan directamente sobre los dos ejes verticales de la platina principal del movimiento, completamente visible a través del zafiro, y fabricada en rutenio-antracita con un acabado arenado cuyo color grisáceo contrasta a la perfección con el negro de los puentes. La inclinación descendiente hacia el centro del dial de ambos ejes aumenta, más si cabe y de manera excelente, la profundidad de la esfera de este guardatiempos.
El Neo-Tourbillon, a pesar de todo, conserva sus rasgos de identidad en la distribución y funcionalidad de cada uno de los tres puentes implementados. El primero de ellos, en sentido descendiente y partiendo desde la posición de las 12, es el responsable de sostener al barrilete del movimiento. Ese barrilete así como el sistema de remonte unidireccional integrado han sido rediseñados para optimizar su rendimiento. En este caso el microrotor, manufacturado en oro blanco, se ubica en la base del barrilete en lugar de a su alrededor como sucede en la configuración original de los tres puentes. Al respecto de este barrilete, la reserva de marcha ofrecida se ha incrementado hasta unas excelentes 72 horas al implementar un tambor de mayor tamaño que permite el uso de una espiral más larga en su interior. Los dientes integrados alrededor del tambor original de esta configuración se han eliminado y la conexión con el resto del tren de engranajes se realiza a través de una rueda dentada y esqueletizada montada sobre la parte superior del barrilete.
En el centro del dial, el segundo puente es el encargado de sostener el tren de engranajes del movimiento, el sistema de ruedas dentadas que transmiten la energía almacenada en el barrilete hacia el escape, a la vez que conducen a las agujas responsables de las únicas indicaciones implementadas por este Neo-Tourbillon de Girard-Perregaux. Al respecto de estas agujas, las de horas y minutos, son del tipo esqueletizado y están manufacturadas en oro rosa, al igual que la caja, con una morfología que sigue las líneas impresas en el diseño de los nuevos puentes. Para finalizar y en la parte inferior del dial, uno de los protagonistas sin discusión, el tourbillon de un minuto integrado por un total de 80 componentes cuyo peso suma únicamente 0,25 gramos y con la jaula tallada y biselada manualmente tomando el titanio como material de base. Sobre la jaula de este tourbillon se alberga un pequeño segundero.
El calibre que da vida a esta vanguardista interpretación de los tres puentes es el nuevo movimiento de remonte automático identificado por Girard-Perregaux con la referencia GP09400-0001 con unas dimensiones de 36 mm de diámetro por 8,21 de espesor y una frecuencia de oscilación del volante de 21.600 alternancias por hora (3 Hz). La correa montada en este guardatiempos está confeccionada en piel de aligátor negra, con pespuntes cosidos a mano y cierre del tipo desplegable en oro rosa. Cuando finalizo de escribir estas líneas quedan todavía cinco días para la apertura de puertas de Baselworld 2014 y no es hasta el día de hoy en el que vosotros podéis leerlo en el que tendremos el privilegio de disfrutar de esta nueva pieza en directo. Tic, tac, tic, tac,…