El Free Bridge Meteorite que nos anuncia Girard-Perregaux añade el mineral de meteorito a su esfera, lo que combina a la perfección con el carácter de vanguardia de esta versión. Hace tan solo tres semanas os presentábamos el Omega Constellation Meteorite, (artículo) que recurría al mismo mineral para crear su particularidad. Ya hace bastante años que se utilizó el mineral de meteorito como base de una esfera, pero no dejan de ser casos muy especiales, por lo que resulta curioso ver dos nuevas aplicaciones tan seguidas.
En este caso, la utilización del mineral de meteorito no podía encajar mejor que con un reloj como el Free Bridge, cuya estética y estructura mecánica forman un conjunto de indiscutible carácter vanguardista. La caja, realizada en acero, se caracteriza por su nitidez de diseño y por la extrema finura de su bisel, lo que concede todo el protagonismo a la esfera. Sus dimensiones son de 44 mm de diámetro por 12,2 de grosor, un tamaño imponente que provocará que el Free Bridge Meteorite difícilmente pase desapercibido.
Girard-Perregaux nos da todo tipo de detalles sobre el meteriorito del cual se ha utilizado su mineral. Se trata del meteorito llamado Gibeon, que se calcula impacto en la tierra en épocas prehistóricas, en Namibia, cerca de la población que le da nombre. Este meteorito está compuesto de una aleación de hierro y níquel y cuenta también con pequeñas cantidades de cobalto y fósforo.
La estructura de este mineral es naturalmente irregular, lo que otorga a cada una de sus partes una estética propia e irrepetible, convirtiendo a cada reloj en una pieza única. Esta estructura se denomina Widmanstätten y se origina mediante un enfriamiento extremadamente lento en un periodo extremadamente largo de tiempo. Para que nos hagamos idea de esta magnitudes, estamos hablando de una temperatura de entre 100 y 10.000 grados centígrados en un periodo temporal de 10 millones de años.
El Free Bridge de Girard-Perregaux presenta una esfera que podemos calificar como de esqueleto contemporánea, en el sentido del que carece da la típica base pero que tampoco presenta el esquema clásico de lo que entendemos como reloj esqueleto que adelgaza al máximo su estructura de puentes. Básicamente, lo que hace es mostrarnos el anverso de su movimiento.
Por ello, en este caso, carecemos de una base amplia para aplicar el mineral de meteorito, por lo que resulta menos evidente que en otros casos, como el Omega Constellation que hemos mencionado al inicio de este artículo. Como podemos apreciar en la imagen superior, esta estructura de esfera origina que el mineral del meteorito Gibeon se aplique exclusivamente en las dos placas superiores que enmarcann las agujas del tiempo y el barrilete que alberga el muelle motor.
El interior de la caja del Girard-Perregaux Free Bridge Meteorite, visible a través del cristal de zafiro de su fondo, alberga el calibre GP01800-2085, un espectacular movimiento automático cuyo volante oscila a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora y genera una reserva de marcha de 54 horas. Acorde a su condición de ser uno de los pioneros en la utilización del silicio en relojería, Girard-Perregaux aplica este material en la rueda de escape, la palanca del áncora y los brazos del volante.
En resumen, estamos ante uno de los herederos vanguardistas del legendario reloj «La Esmeralda», que fue galardonado con una medalla de oro en la Exposición Universal de París de 1889. En este caso, el Free Bridge Meteorite prescinde del tourbillon y de, los tres puentes de oro que equipaba su ancestro. Lo que si man tienen es el emblemático puente simétrico, en forma de flecha, que sostiene su volante. Esta estructura técnica permite que su precio, de 22.800 €, sea más abordable.