Jueves, 16 de junio a las 13:30 en la planta 32 de la Torre de Madrid. Esa es la convocatoria que hace unos días recibíamos con la invitación de Yann Gamard, Presidente de Glashütte Original, para compartir una jornada dedicada a poder disfrutar, de nuevo, de las novedades que la manufactura había presentado en el mes de marzo de este año durante la celebración de Baselworld. De todas ellas ya os hemos hablado largo y tendido en Watch-test, tanto en el artículo dedicado a las novedades en general, como a los dedicados de manera exclusiva al nuevo Senator Excellence – con su correspondiente llegada a la boutique de la marca en Madrid hace escasos días – y a la nueva referencia del Senator Chronometer de este 2016 con su exquisita esfera azul obra de la fábrica de Pforzheim.
No obstante, la hora a la que en realidad debíamos llegar a nuestro destino era un poco antes, a las 11:30 concretamente, ya que MRA, agencia de comunicación de la marca en España nos había conseguido una entrevista con Yann Gamard. Excelente la elección del espacio conseguido en todos los aspectos. El interior, minimalista, recordaba inevitablemente las sensaciones del edificio de la manufactura en Glashütte, el exterior, impresionante, nos ofrecía una panorámica de 360º de la ciudad de Madrid desde una posición realmente privilegiada.
Os habréis fijado que en el título de este artículo no he utilizado el término entrevista. Y es que a pesar de los indicios, no lo fue. Si bien es cierto que, obviamente, llevaba conmigo las preguntas que había preparado para hacerle a Yann Gamard, la realidad es que tan sólo tuve que recurrir al papel en la primera de ellas, el resto surgieron en el fluir de lo que fue una excelente conversación con el presidente de una manufactura que, además y sin lugar a dudas, es el mayor enamorado de esta y así lo transmite en cada una de sus palabras. Empecemos.
La conversación empieza con un saludo amable y, sin darnos cuenta, entramos en materia. ¡Ups! no he conectado la grabadora …
WT – Desde mi punto de vista, Glashütte Original es una manufactura con nombre de pequeña ciudad sin más pretensiones, ni menos, que presentarse al mundo como lo que realmente es de manera discreta y sin recurrir a los tópicos de grandes nombres de la historia de la relojería. ¿Cómo se consigue ese valor añadido basado únicamente en los activos de la marca?
YG – La manufactura es el argumento único, no sólo es el principal, sino también el único de nuestro mensaje. Cuando hacemos un libro, hablamos de la manufactura, cuando abrimos una boutique, se habla de la manufactura. Y probablemente lo más importante de todo es que el cliente puede visitar todos y cada uno de los tres edificios de nuestra manufactura y hablar con Gunter, con Isabela… puede volver de nuevo tres años después y ver que siguen ahí y como seguimos haciendo las cosas. Es como un bautismo. Al abandonar las instalaciones los clientes están completamente convencidos de que nuestros relojes deberían tener un precio más elevado. Nuestra respuesta es no, lo que hacemos es un reloj con un precio sincero. Desde luego que no tenemos importantes sumas que destinar a embajadores importantes, para ir a la Luna o para descender al fondo de los océanos. En lugar de eso seguimos hablando de la manufactura. Lo que compras es lo que ves. Lo puedes verificar. Ese es el mensaje principal.
WT – Taller de restauración, Museo de la Relojería Alemana, escuela de relojería, … de nuevo entre bastidores y sin hacer ruido Glashütte Original preserva la historia de una manera que pocos otros harían. Habitualmente estamos acostumbrados a que estas actividades tengan una finalidad más comercial que su propio valor implícito.
YG – Unimos el pasado con el futuro. Ese es el significado de las dos G que integran el logo de la marca. Sucede como con nuestros relojes. Por ejemplo, si coges el último de ellos, el Senator Excellence, es un reloj limpio y de líneas simples. La sustancia está toda dentro, en su interior. Su exterior no es llamativo, despampanante, con diamantes engastados o con combinaciones de colores “excesivos”. La discreción es uno de nuestros pilares y ese es, precisamente, uno de nuestros retos. Además, solo podemos producir una cantidad de relojes pequeña cada año, pero una cantidad que nos hace sentir cómodos con los clientes que nos conocen, que nos aprecian y que saben hablar de nosotros haciéndolo de una manera positiva. Esos son nuestros embajadores. Son los que dan a conocer la marca.
WT – En una época en la que parece que todo tiene que ser complicado para aumentar el prestigio Glashütte Original, en lo que personalmente me parece un acto de valentía y coherencia, hace un back to basics con el Calibre 36 y partiendo de un lienzo en blanco levanta un nuevo movimiento sobre unos pilares que a veces parecen olvidados pero que deberían ser la esencia de todo reloj: precisión, autonomía, minimización de errores, optimización de componentes, mejora del SAT. Es obvio que dejando aparte a los verdaderos aficionados a la relojería, no se trata de los argumentos más populistas ¿cómo nace la idea del Calibre 36?
YG – «Less is more». Regresamos a la base de la profesión de la relojería. La respuesta está en ese back to basics que me comentas. En los 90 después de la caída del muro, Glashütte vuelve en lo que representa su quinta etapa de vida. Y lo hubiéramos podido hacer con una pieza muy complicada para llamar la atención del mundo, pero preferimos atacar a la base de la profesión. Cuando Glashütte saca una innovación lo hace con piezas fuertes y robustas, de mucha calidad y de uso fácil para el usuario. Sin descuidar la elegancia.
(Me enseña su reloj, un cronómetro de Glashütte, y sigue hablando). Esto es un cronómetro, un cronómetro de 1965 con una reserva de marcha de 26 horas. 26 horas, sin problemas y desde 1965. Esa es la parte fundamental de la relojería. Si pierdes eso puedes poner todos los diamantes y todos los colores que quieras. No tienes credibilidad. Esa credibilidad es fundamental para nosotros. Cuando hicimos el calibre de cronógrafo, el Calibre 37 en 2015, lo que hicimos fue repensar el cronógrafo. Aunque muchos se podían preguntar por qué lo hacíamos, nosotros pensamos que había llegado el momento de desarrollar un nuevo cronógrafo integral lo más limpio y robusto posible. De nuevo, «Less is more». Con esa misma idea se desarrolló el Calibre 36 como movimiento central con 100 horas de vida, pero no sencillamente 100 horas de vida, sino sin pérdida de amplitud. Pero esa robustez es a la vez bella, elegante y permitirá, además, incorporar complicaciones, pero sin perder la cabeza, sin crear nada que no respondiera a lo que se espera de Glashütte Original. Esa es la filosofía de la marca, y podemos hacerlo de este modo porque tenemos la base necesaria creada durante 160 años de historia sin interrupción, con cuatro épocas “muertas” pero sin interrupción. En esas épocas “muertas” la gente estaba aquí, aunque las máquinas, los muebles y los edificios desaparecieron, lo más importante estaba aquí y era lo que nos daba la posibilidad de comenzar de nuevo y regenerarnos de manera muy rápida.
En mi oficina, en el despacho de Glashütte, tengo tres diseños realizados a mano por un relojero que se retiró en los años 90 y al que pedimos que regresara para ayudarnos a desarrollar un movimiento. Su respuesta fue sí, pero sin utilizar el ordenador. Esos bocetos están dibujados a mano, con tolerancias de 0,2 mm. Eso es sensacional, maravilloso. Lo que hemos hecho ha sido sentar a su lado a un joven con un ordenador que ha podido traspasar toda la información a un formato digital. Hemos unido generaciones distintas y eso es único. Cuando lo tienes no puedes permitirte perderlo, esa es la diferencia que define una marca con 160 años de historia.
Aunque siempre hemos visto la relojería suiza como un gran templo, estamos satisfechos de nuestro trabajo y del hecho que se cuente con Glashütte Original en Baselworld. Debemos estar al lado de los suizos y de hecho nuestro booth está en el centro del hall principal, no estamos en un rincón apartado cuando hace cinco años estábamos en un hueco debajo de unas escaleras. Estamos contentos y satisfechos de lo que hemos conseguido y de poder competir con ellos. Es cierto, no somos suizos, pero somos alemanes.
WT – Yann Gamard enlaza unas respuestas con otras de manera apasionada. Da la sensación que podría estar hablando todo el día (y yo escuchándole) de Glashütte Original. Aprovechando una pequeña pausa le comento que el carácter alemán fue una de las cosas que más me sorprendió cuando tuve la oportunidad de visitar la manufactura de Glashütte el pasado año dado que todas las manufacturas que había visitado hasta la fecha habían sido suizas. Me pregunta cuales son las manufacturas que he visitado en Suiza y sigue …
YG – En mi opinión hay 6 manufacturas, sólo 6: Patek Philippe, Breguet, Blancpain, Lange, Jaeger y Glashütte. Los demás hacen una u otra de las partes, pero no todas, y montan el producto final. El grupo Richemont, por ejemplo, se sirve mucho de Jaeger. Breguet, por ejemplo, tiene su propia producción de cajas, de esferas, como también lo tiene Blancpain, todos ellos se benefician de pertenecer a un gran grupo, nosotros también lo hacemos. El respeto entre los ingenieros de las distintas marcas es impecable y las reuniones muy interesantes con un nivel de discusión excelente, aunque la última responsabilidad de nuestros desarrollos es exclusivamente nuestra, de nadie más.
Por ejemplo, hemos hecho dos trabajos con Nivarox, pero los hemos hecho con una paridad absoluta Nivarox-Glashütte Original. Nivarox ha producido algo para nosotros con nuestro diseño. La posibilidad que nos han ofrecido es fenomenal, pero la innovación que nosotros les hemos dado es también lo ha sido. Se trata un partenariado real. Cuando tienes ese nivel de profundidad no lo puedes perder, si lo pierdes sólo tienes un nombre y nosotros no tenemos un nombre, nuestro nombre es el del pueblo donde estamos ubicados. Sólo le hemos añadido el “Original” para recordar que ya desde el tiempo de los soviéticos todo estaba bajo nuestro techo.
WT – En cuanto a las complicaciones de las que hablábamos, y quizá sea debido a ese sentido alemán del que me hablaba antes, en los relojes de Glashütte Original se observa que por complicada que pueda ser la mecánica siempre se busca la simplicidad en el manejo (funcionalidad), como puede ser el caso del Senator Cosmopolite ¿es intencionada esta búsqueda de la simplicidad?
YG – En una ocasión un periodista de Japón solicitó poder hablar con el responsable de diseño. Le respondimos que a qué se refería, que para nosotros el diseño es una parte del todo. Insistió, pero también lo hicimos nosotros al responder que en Glashütte Original el proceso de gestación de un reloj es un proceso conjunto. El motivo de que el Cosmopolite tenga un uso fácil es porque el Product Manager está en la misma discusión que el técnico constructor y que el relojero. Todos están juntos e intentan unir sus esfuerzos en hacer algo que para el cliente será de uso simple aunque en el interior tenga una complicación fenomenal. Cuando puedes controlar todas las indicaciones de un reloj como el Cosmopolite con una sola corona es increíble, aunque extremadamente complicado. Cada componente ocupa un espacio en concreto y que además no puede ser compartido con cualquier otro elemento del movimiento. ¿37 husos horarios? de acuerdo, ¿horario de verano e invierno? anotado, ¿calendario perpetuo? bien, ¿tourbillon? perfecto, … con todas esas sugerencias nos ponemos a trabajar en el desarrollo de un nuevo movimiento. Esa es la segunda G, la del futuro, la de trabajar en innovaciones sin miedo. Esa es la gran diferencia. Nuestros relojeros y mecánicos tienen hambre, hambre por demostrar que estamos de nuevo aquí, de decirle al mundo que debe contar con ellos.
Las discusiones con los ingenieros del grupo son muy interesantes y es cierto que los ingenieros suizos tienen mucho respeto por los ingenieros alemanes. Es muy interesante asistir a esas interacciones entre distintas maneras de ver las cosas. Durante la época soviética, en Glashütte se acostumbraron a trabajar sin nada, a ser creativos en la búsqueda de soluciones convirtiéndose en uno de los principales exportadores de la Alemania del Este a la del Oeste. Spezichron y Spezimatic, en cada uno de los eventos que hacemos en Alemania, mínimo dos o tres personas siguen llevando alguno de estos relojes, y siguen funcionando, y lo hacen con su reserva de marcha de 36 horas estables. Esa es nuestra base, la que nos permite alcanzar hoy en día la excelencia. Antes de alcanzar la excelencia se debe haber pasado por todos los niveles anteriores y para eso es para lo que necesitas 100 años.
WT – Habitualmente, las manufacturas situadas en los escalones más altos renuncian al uso del acero en las cajas de sus relojes. A Glashütte Original no le tiembla el pulso a la hora de hacerlo y lanzar sus novedades con alguna versión en este material (como el reciente Senator Excellence). Otra muestra de que están convencidos de que el valor implícito de la pieza no depende sólo del material en el que esté fabricada.
YG – Es difícil de comentar. Probablemente lo más sencillo como respuesta sea decir que nosotros trabajamos con el reloj completo y pensamos que la sustancia de nuestro reloj es lo más importante y pasa por encima del valor teórico que pueda tener un material precioso como el oro o los diamantes. Si bien es cierto que tenemos relojes con engastados y que el 20-25% de nuestras ventas responden a relojes en cajas de oro, no es una condición fundamental. Es más fácil trabajar con el oro tanto para el mecanizado como para los acabados – pulidos o cepillados – en tanto que hay muchas de las actividades del trabajo en caja de acero que son mucho más complicadas. Glashütte Original mantiene la tradición pero combinándola con la innovación. Miramos hacia el futuro. Nos gusta ser el futuro. Por ejemplo y hablando de materiales: el silicio. Yo estoy completamente convencido de que si Breguet hubiera sabido hace 200 años que el silicio se podía trabajar y utilizar en un reloj y que con eso eliminaba prácticamente el problema del magnetismo, no hubiera dudado ni un solo momento en utilizarlo. Pero en ese momento no existía, ahora sí existe y nosotros mirando al futuro pensamos que tenemos que trabajar con él y que estaríamos locos de no hacerlo ya que se trata de un material fantástico que te permite llegar a niveles que antes eran imposibles de alcanzar. Seríamos estúpidos sino lo utilizáramos. Ese es el concepto de innovación.
Siempre lo explico así. Glashütte Original ha vivido tres guerras, dos crisis económicas, cuatro «muertes» y cinco vidas distintas … y sus gentes han pasado por etapas fascistas, comunistas y democráticas con católicos, protestantes, laicos,… ideologías e ideologías diferentes que la gente de Glashütte ha sobrellevado defendiendo su amor por la relojería. Esto les ha dado unas raíces muy profundas con dos consecuencias. La primera de ellas es que son muy resistentes a los cambios y, la segunda, la capacidad de adaptarse. Todo lo que se puede utilizar como innovación, ¿lo tomo? La respuesta es ¡SÍ! De hecho Glashütte Original fue la manufactura que actuó como prueba piloto para el Grupo Swatch de otro material para la espiral, ya que sabían que no tenemos miedo a los ensayos, a probar, a innovar. No ha funcionado, pero lo hemos probado.
Hubiéramos podido seguir hablando por más tiempo. Yo tenía más preguntas que hacer y apostaría que Yann Gamard ganas de responderlas. De todos modos y esperando una nueva oportunidad para poder charlar con él, creo que en esos 30 minutos que nos concedió en Madrid dejó patente la filosofía de Glashütte Original, que es la suya, o viceversa. Al igual que sucede con el proceso de creación de uno de sus relojes, ambos son parte de un todo.