Senator Excellence: La compleja sencillez de Glashütte Original.
Calibre 36 es el término que define la intervención de Glashütte Original en este Basel 2016. Una compleja búsqueda de sencillez que desemboca en el Senator Excellence.
Aunque nunca es aconsejable generalizar, no es ningún secreto el hecho que, durante los últimos años y en lo que la Alta Relojería respecta, parece que se ha iniciado una carrera por el desarrollo de complicaciones que, aun existiendo desde los anales de esta profesión, siguen siendo objeto de nuevas investigaciones y estudios que tienen por objeto el llevarlas a la perfección absoluta.
Sin tratarse tampoco de una afirmación sin excepciones, sí es cierto que generalmente e incluso en manufacturas que gozan de lo que tanto nos gusta llamar tradición, se cae en lo que personalmente considero la trampa de intentar imprimir un carácter excesivamente tecnológico al aspecto exterior de las piezas que albergan estas complicaciones, olvidando en algún momento del proceso que la mayoría de ellas surgieron como una necesidad real de épocas de antaño y que poco o nada tuvieron que ver con el ansia de prestigio que hoy persiguen: el tourbillon para compensar los efectos negativos de la gravedad, sobretodo en los relojes de bolsillo, la repetición de minutos para conocer la hora de noche en aquellas épocas pretéritas en las que la electricidad estaba todavía por venir, o las fases lunares para saber cuando era el momento idóneo para iniciar un viaje de manera que la Luna llena nos iluminara durante las etapas nocturnas y evitar así andar en la más absoluta de las oscuridades.
Más bien sucedía todo lo contrario, los concursos de relojería de siglos pasados no solían buscar el desarrollo de todas estas complicaciones sino que se reducían básicamente a concursos de cronometría, es decir, a la búsqueda de la máxima precisión.
Glashütte Original en este 2016 regresa a esos orígenes y para ello recurre a la esencia de la relojería. Como ya os avanzaba en el reportaje que os hice llegar de mi visita a Berlín con motivo de la Berlinale, tuve el privilegio de vivir en primera persona la presentación para un reducido grupo de periodistas de la prensa especializada de las dos grandes novedades de la manufactura en la edición de Baselworld que, en el momento de escribir estas líneas, está a algo más de una semana de abrir sus puertas. Como antaño, el proceso ha seguido el curso que pocas veces tenemos el privilegio de disfrutar actualmente: el diseño de un nuevo calibre para después albergarlo en una caja que se adapte de manera perfecta a sus dimensiones. Empecemos.
EL CALIBRE 36.
Estamos, más concretamente, ante el nacimiento de una nueva família de movimientos de Glashütte Original en la que la referencia 36-59 actuará como calibre de base o, como gustan llamar en la manufactura germana, «central movement», y sobre el que en un futuro se irán añadiendo complicaciones adicionales. Valentía, convencimiento y confianza plena en aquello que se está haciendo es lo que se necesita para enfrentarse al mundo de este modo.
Como os comentaba en la introducción del artículo, probablemente gran parte de los aficionados y coleccionistas estén esperando nuevas complicaciones, o complicaciones más complicadas, o guardatiempos de diseños más contemporáneos e incluso, si nos apartamos de la Alta Relojería mecánica, nos encontraremos con aquellos empeñados en hacer un hueco, inexistente en mi opinión personal, a los smart watches que, por mucho que quieran combinar en algunos casos electrónica y mecánica, poco tienen que ver con la esencia de esta maravillosa profesión sino que más bien se orientan a intentar acceder a una parte del mercado más consumista y en el que cada año deja obsoletos los productos del anterior.
Así, Glashütte Original renuncia a las complejidades a las que estamos habituados para centrarse en otras, en aquellas que persiguen las verdaderas razones de ser de un movimiento mecánico: precisión, estabilidad, fiabilidad, durabilidad y duración de la marcha.
Bajo estas premisas, Glashütte Original ha creado un nuevo calibre central implementando mejoras en cada uno de sus módulos y trabajando sobre la máxima «Less is more» que traducida a nuestro idioma se queda en un claro y directo «Menos es más». En primer lugar, la reserva de marcha que, con un armado de tipo automático, alcanza las 100 horas mediante un sólo barrilete. Los puntos clave de este importante registro descansan sobre un muelle real de mayor longitud – 680 mm – y un árbol del barrilete de menor diámetro que permite un mayor número de vueltas del muelle entorno a él. Adicionalmente, se ha trabajado optimizando la energía consumida por el tren de engranajes modificando, entre otros aspectos, la geometría de los dientes de las ruedas. Es importante considerar que esta reserva de marcha se consigue aun manteniendo la frecuencia de oscilación del movimiento en 28.800 alternancias por hora (4 Hz), lo que implica un consumo de energía un 33% mayor que en un calibre de 21.600 alternancias por hora (3 Hz) y un 60% mayor que en uno de 18.000 alternancias por hora (2,5 Hz).
Sigamos. Otro de los elementos que ha sido objeto de importantes actuaciones en el desarrollo del Calibre 36 ha sido, como no podía ser de otro modo, el órgano de regulación. En tanto que la regulación del movimiento se mantiene con el tradicional cuello de cisne, la que afecta al volante se realiza a través de cuatro tornillos situados en disposición de 90º sobre la llanta del volante. El puente del áncora presenta una nueva geometría y, finalmente y quizás lo más importante, se trata del primer movimiento de Glashütte Original en implementar una espiral de silicio.
Ligereza, inmunidad a los efectos de la temperatura, a la corrosión y a los campos magnéticos, replicable (fácil de reproducir dimensionalmente de manera exacta) y con un isocronismo óptimo. A todas las bondades aportadas por el silicio debemos añadir, también por primera vez en la manufactura sajona, que el calibre se ha regulado en 6 posiciones. De estas posiciones dos responden al movimiento en posición horizontal (esfera arriba y esfera abajo) y cuatro en posición vertical (las 3 arriba, las 6 arriba, las 9 arriba y las 12 arriba).
Para acabar con este resumen del nuevo calibre de base de Glashütte hablaremos de uno de los criterios que se han seguido en su desarrollo que me ha gustado particularmente: la optimización en el número de componentes del movimiento eliminando, además, aquellos potencialmente más vulnerables. Es decir, la búsqueda de la fiabilidad. La cadena en el razonamiento es tan simple como que un menor número de componentes deriva en un menor número de puntos susceptibles de avería, por lo tanto y además menos fuentes de problemas y un stock menor de piezas de recambio que desemboca en un mejor servicio técnico. Genial. A modo de ejemplo, uno de los elementos eliminados en este calibre ha sido el tradicional y habitual trinquete del barrilete cuya función se ha pasado al par de ruedas inversoras que permiten el giro bidireccional del rotor. Con todo, el número de componentes del Calibre 36 es de 180 albergados en un excelente diámetro de 32,20 mm y todavía mejor espesor de 4,45 mm, para ofrecer las indicaciones básicas que debe ofrecer un reloj con la precisión como bandera: horas, minutos y segundos con el dispositivo de parada que tanta utilidad ofrece en el momento de poner en hora el guardatiempos.
SENATOR EXCELLENCE.
Lógicamente y para que todo tenga sentido, un nuevo calibre como el 36-59 merecía albergarse en un nuevo guardatiempos. De nuevo un «back to basics» de la manufactura. Un retorno a la esencia de la relojería, a la continencia en dimensiones de caja y a la diafanidad y máxima legibilidad de las esferas. De nuevo también y por una vez más, genial.
El Senator Excellence ve la luz en tres referencias, dos de ellas con una esfera que presenta el habitual acabado lacado «silver-grainé» de Glashütte y una tercera, más oscura, lacada en negro. Para todas ellas las dimensiones son idénticas y de 40 mm de diámetro por 10 de espesor con un valor de estanqueidad de 5 bar (50 metros) y fondo visto.
Como podéis comprobar, y regresando a las dimensiones del Calibre 36, la relación entre reloj y movimiento es perfecta y el encaje … innovador, ya que en lugar de utilizar los sistemas tradicionales, el Calibre 36 encaja en la caja del reloj mediante la disposición de 3 aletas en esta última, que generan una rosca con una inclinación de 15º sobre la que gira el movimiento hasta llegar al tope correspondiente y cumpliendo, obviamente, con la DIN 8308 (prueba de resistencia a los impactos).
Vayamos a la esfera que, para empezar y como sucede con la relación calibre/reloj, representa todo un ejercicio de proporcionalidad con sus 34,8 mm de diámetro que dejan paso a un bisel de tan sólo 2,6 mm y que contribuye a aumentar la sensación de diafanidad y legibilidad de la que os hablaba en el anterior párrafo. Las dos versiones con esfera «silver-grainé» presentan las agujas de horas, minutos y segundos manufacturadas en oro y con un acabado azulado apuntando a las escalas perimetrales que permiten su excelente legibilidad.
Las posiciones horarias están ocupadas por índices del tipo bastón, excepto a las 12 y a las 6 donde se sustituyen por los correspondientes numerales romanos. Todos ellos están grabados con láser directamente sobre la esfera y sobre ellos se aplica un tratamiento final galvanizado en negro. El mismo procedimiento se utiliza en la implementación de la escala de minutos perimetral del tipo ferrocarril. La única excepción la encontramos en los pequeños numerales arábigos encargados de indicar los intervalos correspondientes a cinco minutos que acompañan a las posiciones horarias y que se implementan transferidos en color rojo. Esta excepción únicamente se aplica a la versión en caja de oro rojo ya que en la correspondiente a la caja de acero estos numerales siguen el mismo patrón que el resto de elementos, es decir, grabados con láser y galvanizados en negro. Ambas referencias, la 1-36-59-02-05-01 para el oro rojo y la 1-36-59-01-02-01 para el acero, montan una correa de piel de aligátor de Louisiana en color negro con cierre del tipo hebilla en el mismo material que el correspondiente a la caja.
La tercera referencia de este Glashütte Original Senator Excellence responde a una estética acorde a los relojes Observer de la manufactura. En esta ocasión la esfera adopta un lacado en color negro como acabado y, aunque respeta las líneas generales del diseño, muestra una apariencia ciertamente distinta a las dos versiones más clásicas.
En esta ocasión, las agujas varían su morfología para seguir las líneas de los relojes de observador, manteniendo el oro blanco como material de base pero aportando un tratamiento con Super-LumiNova en sus áreas internas. Las posiciones horarias están ocupadas por numerales arábigos con una base de color blanco sobre la que se aplica la misma sustancia luminiscente que en las agujas. La escala de minutos perimetral mantiene la tipología ferrocarril y está transferida en color blanco, al igual que los numerales de cada cinco minutos, con aplicaciones de Super-LumiNova en estas últimas. Este modelo, presentado bajo la referencia 1-36-59-03-02-01, incorpora una correa de piel de becerro de color negro con hebilla en acero.
Los precios de venta recomendados para estos nuevos guardatiempos de Glashütte Original serán de 8.500 € para las dos versiones en caja de acero y de 16.500 € para la caja en oro rojo, con impuestos incluidos en ambos casos. Desde luego y en lo que a mi opinión personal respecta, el sobrenombre elegido para este nuevo Senator no puede ser más merecido: pura excelencia.
Para una próxima entrega, no muy lejana, os expondremos de manera detallada el desarrollo técnico de este nuevo Calibre 36, paso por paso, componente por componente, excelencia por excelencia.