Algunas pinceladas os avanzaba de esta nueva pieza de Glashütte Original cuando os presenté el Senator Chronograph Panorama Date cuyo corazón y razón de ser coincide con el Seventies del que me dispongo a hablaros: la nueva serie de calibres de cronógrafo integrado desarrollados por la manufactura sajona y presentados durante la edición de Baselworld de este 2014. Si nos limitáramos a juzgar las posibles diferencias entre ambos guardatiempos caeríamos de manera estrepitosa en una trampa de dimensiones considerables al concluir que de un modelo al otro se varía únicamente la caja redonda de la Colección Senator por la cuadrada de la Seventies. Las diferencias son muchas más y algunas de ellas tienen repercusiones muy importantes sobre aspectos primordiales del guardatiempos como, por ejemplo, el coste de inversión en su adquisición.
Empezando precisamente por el último parámetro comentado en el párrafo anterior, el Seventies Chronograph Panorama Date se producirá únicamente en versiones de caja de acero, al contrario de lo que curiosamente tratándose de Glashütte Original sucedía con el Senator que solo adoptaba metales nobles, oro rojo y platino, para su manufactura. Así pues, los 45.800 € de precio de venta recomendado de la versión en caja de platino, que se veían reducidos hasta prácticamente la mitad en la caja de oro rojo (26.000 €) descienden hasta los 13.500 € para el Seventies con brazalete y hasta los 12.300 en el caso de la correa de aligátor. Así pues y aunque se trate de diseños morfológicos y estructurales radicalmente distintos, el Seventies será, por el momento, el modelo asequible en lo que a la nueva familia de cronos de la manufactura se refiere.
Continuando con la caja y vista la principal diferencia de manera conjunta con la obvia a su forma, los 42 mm de diámetro del Senator se transforman en un cuadrado de 40 mm de lado a la vez que el espesor se reduce desde los 14 hasta los 13,5 mm. Obviamente no se trata únicamente de un aspecto dimensional ya que las distintas formas presentadas por uno y otro modelo hacen que la percepción de cada uno de ellos pueda ser muy distinta de lo que aparenta. Al respecto de esta caja, lo que probablemente sea más sorprendente es la más que considerable variación de uno de los parámetros importantes que debemos considerar siempre en un reloj en función del uso que vayamos a darle. Y es que los 5 bar (50 metros) de estanqueidad de la caja del Senator se ven duplicados hasta los 10 bar en el Seventies.
Al respecto del dial y al contrario de lo que sucedía con el Senator en el que el diseño de este elemento variaba de una versión, la albergada en caja de oro rojo, a la otra, en caja de platino, el Seventies presenta la misma configuración en todas sus referencias variando únicamente el color aplicado, galvanizado y con decoración «sunburst» o rayos de Sol en todos los casos: plata, rutenio o azul. De este modo, en la periferia de la esfera y junto al bisel de la caja encontramos la escala de los segundos a la que apunta la trotadora central del crono y que se implementa de manera discreta gracias a índices del tipo bastón transferidos sobre el dial, de mayor grosor en las posiciones múltiplos de cinco minutos en las que, de manera adicional, se refuerza la legibilidad gracias a unos diminutos puntos aplicados con Super-LumiNova de la misma tonalidad que la empleada en la zona interna de las agujas de horas y minutos fabricadas en oro blanco. Para la lectura de las horas, en todas las referencias encontramos índices de forma triangular, facetados, aplicados en oro blanco.
La disposición de las indicaciones en la esfera respeta la adoptada por el modelo Senator aunque varía la forma en la que una de ellas se materializa. Esta diferencia viene dada por el hecho de que el calibre que alberga el Senator, el 37-01, se ve sustituido en el Seventies por la variante 37-02 que, manteniendo todas y cada una de las características funcionales y de prestación del anterior, presenta una variación en lo que al contador de 12 horas del cronógrafo se refiere. Manteniendo su posición a las 12, la anterior y más habitual implementación por aguja se ve sustituida por una digital en la que los numerales aparecen a través de una discreta ventana en forma de arco practicada sobre el dial.
Con sus más que respetables 70 horas de reserva de marcha y latiendo a una frecuencia de 4 Hz, el calibre de remonte automático de cronógrafo con función flyback 37-02 respeta el resto de indicaciones que ya vimos en el Senator y que responden a horas, minutos y trotadora de los segundos del cronógrafo en disposición central, contador de 30 minutos a las 3 y pequeño segundero a las 9 en el mismo dial subsidiario que alberga al atípico indicador de reserva de marcha, completadas por la indispensable e impecable fecha panorámica a la que la manufactura nos tiene acostumbrados.
Por lo que respecta a las opciones disponibles en lo que a correas y brazaletes se refiere, el Seventies aumenta la versatilidad en este sentido en relación a su compañero de calibre ya que, a la correa de aligátor añade las posibilidades de incorporar un brazalete de acero o bien una correa de caucho. De este modo, las posibles combinaciones existentes debido a los distintos colores de dial y a la manera de asir el reloj a la muñeca – en el caso de la correa de aligátor o de caucho se mantiene la opción de cierre desplegable en tamaño estándar o corto – ascienden a un total de 15.
Pros.
De manera general, los pros en el modelo Seventies se comparten con el Senator.
- Elegancia y discreción del conjunto.
- Legibilidad de las indicaciones.
- Dimensiones adecuadas en diámetro y altura.
- Calibre de cronógrafo integrado.
- Reserva de marcha de 70 horas.
- Comodidad de uso.
Contras.
Los contras expuestos para el caso del Senator Chronograph Panorama Date se ven eliminados en el Seventies ya que todos ellos tomaban como base para su argumento el hecho de no disponer de una versión más asequible que tomara el acero como material de base para su fabricación. Sin embargo, y aunque más que una contra del reloj en particular podría ser considerada como de opciones en general, si queremos disfrutar de uno de los nuevos calibres de crono desarrollados por Glashütte y nuestro presupuesto es limitado, deberemos conformarnos imperativamente con un guardatiempos de morfología cuadrada y con una implementación del contador de horas que, aunque atípica y considerablemente atractiva, puede que no sea del agrado de muchos aficionados a los cronos. Sea como sea, y como fácilmente se desprende de este último párrafo, es obvio que los contras que podamos encontrar al nuevo Seventies serán, prácticamente en su totalidad, de carácter subjetivo y basados en los gustos personales de cada uno.