El año pasado, Greubel Forsey lanzó el Balancier S, un tres agujas con un impactante diseño que, estéticamente, no tiene nada que envidiar al de las faraónicas grandes complicaciones a las que nos tiene acostumbrados la marca. Pero si algo le podía echar en cara era una recargada ornamentación que no casaba con la aparente simpleza de sus indicaciones. Por suerte, la última novedad de la firma soluciona este subjetivo inconveniente gracias a pequeños pero definitivos cambios. El nuevo Balancier S² es más atractivo, limpio y elegante, y todo ello sin sacrificar ni un ápice su potencia visual.
Aunque está muy lejos de ser reservada con 46,5 mm de ancho, la caja arqueada de titanio sin asas del Greubel Forsey Balancier S² es una versión suavizada del concepto deportivo del Balancier S. Entre todos los cambios implementados, el más importante atañe al bisel, ya que prescinde del ostentoso grabado que enumera los valores de la firma, optando por un diseño biselado mucho más tradicional, que luce un bello contraste de acabados pulido y cepillado horizontal.
Si desde una perspectiva perfectamente cenital parece una caja redonda con un bisel plano, al cambiar hacia una visión lateral vemos como todo el perfil de la caja está arqueado hacia arriba, incluidos el bisel y el cristal de zafiro. Este enfoque de geometría variable conduce a un proceso de fabricación y acabado notablemente complejo. La carrura también se han rediseñado a partir del Balancier S original, reemplazando la sección central oscurecida con un marcado cepillado horizontal que coincide con el de la parte superior del bisel. Igualmente, la corona dentada de engranajes está ligeramente rediseñada, con un dentado más grande y un acabado cepillado más complejo.
Aunque más escondidos, la enumeración de los valores sigue presente en la caja: Greubel Forsey los ha desplazado al anillo que rodea el zafiro de la trasera. Como era de esperar, la hermeticidad del conjunto se mantiene en los mismos 100 metros.
Con el mismo espíritu simplificador del restyling de la caja, la esfera mantiene la misma configuración y arquitectura del Balancier, y cabe decir que los cambios también logran mejorarla. La escala perimetral incluye unos índices horarios aplicados más prominentes, elimina todos los detalles en rojo y traslada el nombre de la marca desde la cubierta del barrilete a la esfera bajo las 12 horas. Además, la indicación de la reserva de marcha en arco y su gran aguja se minimalizan con una más discreta ranura arqueada y una aguja escondida bajo el dial, de la que sólo asuma su punta roja (el único detalle que rompe el monocromatismo de la esfera). Por último, el doble puente arqueado suspendido que sostiene las grandes manecillas y el tren de rodaje está esqueletizado, el mismo diseño del puente que soporta el volante expuesto en la esfera. A pesar de todos estos cambios, mantiene el elemento visualmente más impactante: marcado por la línea que une las 5 con las 8 horas, el tercio final de la esfera está inclinado a 30º, un plano que incluye el volante y el pequeño segundero.
La decoración del calibre visible a través del zafiro de la trasera es totalmente geométrica, con tres grandes puentes de titanio (esmerilados y biselados a espejo) que abarcan la práctica totalidad del movimiento. Latiendo a 21.600 alternancias por horas, este mecanismo de remonte manual ofrece, gracias a sus dos barriletes, una más que respetable reserva de marcha de 72 horas.
Se fabricarán 88 ejemplares del Greubel Forsey Balancier S² con esfera gris carbón, mientras que este número se rebaja hasta 64 para la versión con esfera gris hormigón. Su precio de venta es de 205.000 CHF con correa de caucho, disparándose hasta los 245.000 CHF si optamos por el fabuloso brazalete de titanio.