Desde que en 2004 fundaron la firma, Robert Greubel y Stephen Forsey han adoptando una de las máximas complicaciones existentes, el tourbillon, como eje vertebral de sus creaciones. Después de múltiples variaciones y de mejorarlo en todos los aspectos (agregando inclinación a la jaula, utilizando no uno, sino dos o incluso cuatro de ellos, o incluso cambiando la rotación habitual de un minuto a un ciclo más rápido de 24 segundos ), Greubel Forsey concentró su creatividad mecánica en algo diferente: el calendario perpetuo. Nacido en 2015, el Greubel Forsey QP à Equation unía dicha gran complicación con la ecuación del tiempo y, como era de prever, con un tourbillon. Cinco años y tres versiones después, ahora recibe una nueva versión en caja de oro rojo y esfera marrón chocolate que, personalmente, es la que más le favorece.
Esta reinvención del calendario perpetuo integra la ecuación del tiempo en el mismo calendario perpetuo, además de traer nuevas funciones prácticas e indicaciones que mejoran la legibilidad. La prioridad era simplificar la visualización completa del calendario perpetuo a la vez que facilitar su configuración usando la corona bidireccional. Para ello, Greubel Forsey inventó un sofisticado mecanismo patentado de codificación, bautizada como «Mechanical Computer», que está completamente integrada dentro del movimiento.
Este sistema de 25 piezas se compone principalmente de elementos co-axiales codificados que giran obedeciendo un patrón gracias a secciones móviles programadas. Dependiendo de su geometría y velocidad de rotación, cada elemento genera su propia indicación de una manera cíclica pre-establecida. De esta forma, el sistema es capaz de mostrar de forma automática todas las indicaciones: calendario perpetuo junto con la ecuación del tiempo, las estaciones, equinoccios, solsticios, fecha, día, mes, año de cuatro dígitos y año bisiesto, además de las horas, minutos y pequeño segundero.
Otra mejora importante se refiere al ajuste de estas indicaciones del calendario. A pesar de la inmensa complejidad de su mecanismo, el reloj es sorprendentemente simple de operar, controlando todas las indicaciones a través de la corona. Mediante el pulsador integrado podremos seleccionar si ajustamos el calendario perpetuo o las horas y minutos, algo que queda reflejado en el indicador de funciones situado entre las 2 y las 3 horas. El usuario simplemente puede girar la corona en cualquier dirección para hacer ajustes sin ningún riesgo de dañar el mecanismo, algo realmente importante en mecanismos tan sensibles a ajustes incorrectos como son los calendarios perpetuos.
En el lado de la esfera, todas las indicaciones del calendario se encuentran agrupadas en un área circular a las 4 horas que contiene tres ventanas. La posición central y más visible es para la fecha, flanqueda por la indicación del día a su izquierda y del mes a su derecha. Este círculo elevado también incluye la descripción de las características funcionales del reloj. Justo sobre las seis horas encontramos el pequeño indicador circular de año bisiesto, mientras que entre 7 y 8 se ubica el indicador de 24 horas y el pequeño segundero. En la parte superior izquierda de la esfera se abre la gran abertura del tourbillon inclinado de 24 segundos, dejando para el cuadrante derecho el indicador en arco de la reserva de marcha de 72 horas y el indicador de función de la corona. Por su parte, las grandes manecillas caladas de horas y minutos mantienen su preponderante posición central.
Debido a la distinta velocidad del movimiento de traslación terrestre alrededor del Sol y a la inclinación del eje de rotación de la Tierra con respecto al plano de su órbita, el tiempo solar aparente (el que marcaría un reloj de sol) no coincide con el tiempo solar medio o civil (el que nos da un reloj). Esta diferencia es la ecuación del tiempo, un valor que varía a lo largo del año y alcanza una mayor diferencia a principios de noviembre, cuando el tiempo solar medio está a más de 16 minutos por detrás del tiempo solar aparente (en concreto a 16 minutos 33 segundos cerca del 3 de noviembre), y a mediados de febrero, cuando el tiempo solar medio va más de 14 minutos por delante del aparente.
Greubel Forsey recurre a dos discos de cristal de zafiro accionados por la computadora mecánica que los gira independientemente para mostrar la diferencia horaria a medida que cambia a lo largo del año, mostrando los meses, estaciones, solsticios y equinoccios. La sinuosa línea pintada en el disco giratorio, cuyo trazado recuerda vagamente a una mariposa, es la que indica ese atraso o adelanto leyendo su intersección sobre la escala vertical fija de 16 minutos.
Su trazo azul indica que el valor leído es de retraso de la hora solar sobre la civil, mientras que si intersecta en sus tramos rojos supone lo contrario, que la hora solar se avanza a la civil. Tomemos el ejemplo de la fecha que vemos en las imágenes que acompañan a este artículo, 28 de enero. En este momento, la ecuación del tiempo en la trasera muestra la línea azul cortando la escala sobre los 14′ (es difícil verlo con precisión debido a la inclinación de la imagen). El hecho de que sea azul nos indica que la hora solar lleva 14′ de retraso respecto la civil.
Como vemos, es una forma muy gráfica y didáctica de ofrecer la ecuación del tiempo, sobretodo si lo comparamos con otros relojes que la implementan, generalmente mediante una simple escala de ± 15 o16 minutos recorrida por un indicador, como es el caso del Vacheron Constantin Les Cabinotiers Grand Complication Phoenix. En el Greubel Forsey sin embargo, no solo obtenemos el mismo dato, el valor en el día en curso, sino que de un simple vistazo tendremos información de su variación anual, de la distribución de máximos, mínimos y de aquellos cuatro instantes al año en que no hay diferencia entre ambos tiempos. Finalmente, justo a su derecha, una ventana muestra la indicación del año mediante cuatro dígitos.
Esta nueva versión es la mejor de las ahora cuatro disponibles. Sin duda, la armonía cromática entre el oro rojo y el marrón de la esfera le confieren una calidez y elegancia hasta ahora desconocidas en el QP à Équation. La caja sigue midiendo 43,5 mm de diámetro y 16 mm de grosor, un tamaño que se justifica por la complejidad arquitectónica de su calibre y la multitud de indicaciones que ofrece. La anterior versión lanzada en 2017 salió con un precio de 670.000 CHF (antes de impuestos), por lo que cabe suponer que, una vez actualizados estos tres años, rondará los 700.000 CHF.