Con el Arceau Toucan de Paradis que nos presenta Hermès, la icónica firma parisina recurre a una nueva combinación de técnicas artísticas en miniatura que aúna el esmaltado y la marquetería de hilos de seda. Con ello se incrementa el ya extenso apartado de «Métiers d’Art» que podríamos calificar de contemporáneos, que se han creado en las décadas más recientes.
La base elegida por Hermès es la del Arceau, su reloj más emblemático. Su caja está elaborada con oro blanco y mide 38 milímetros de diámetro, un tamaño considerable teniendo en cuenta que está destinado al público femenino. Esta condición de género se ve enfatizada por el engaste de 82 diamantes talla brillante que adornan su bisel. La hermeticidad es de 3 bares, aunque en un reloj de este tipo es un dato intrascendente.
En el apartado técnico, el Hermès Arceau Toucan de Paradis se limita a indicarnos las horas y los minutos mediante dos agujas centrales. Dichas agujas son muy elegantes y finas, con el objetivo de interferir el mínimo en el trabajo artístico que decora su esfera. Carece totalmente de índices, por lo que la exactitud de la lectura del tiempo se ve seriamente comprometida, algo a lo que estamos habituados en muchos de los relojes de este tipo.
En su interior alberga el calibre Hermès H1912, un movimiento mecánico de carga automática creado en su manufactura suiza de Bienne. El volante de este movimiento oscila a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora y ofrece una notable reserva de marcha de 50 horas.
Centrándonos en el elemento clave de este reloj, que es su esfera, encontramos en ella una espectacular reproducción de un tucán. Este tucán es el que creó en el 2020 la ilustradora británica Katie Scott para uno de los emblemáticos pañuelos de Hermès.
Todo se realiza sobre una base de oro blanco sobre la cual se aplicarán los hilos de seda y el esmaltado en miniatura. La primera fase, a semejanza del esmaltado champlevé o de cloisonné, consiste en crear celdas que perfilan la figura a reproducir y sus distintas zonas. Estas celdas se realizan mediante la técnica de grabado manual.
Algunas de las celdas, como el correspondiente al ojo del tucán, se rellenan y dibujan mediante la técnica del esmalte en miniatura. En la mayoría de las restantes se emplean hilos de seda para reproducir el plumaje de este espectacular y colorido pájaro. Estos hilos se alinean delicadamente uno al lado del otro, por lo que en ningún caso podemos hablar de un tejido y por ello me he atrevido a bautizarlo como marquetería. En total son 500 hilos de seda de distintos colores los que se alinean uno a uno, un trabajo que requiere toda una semana para realizarse.
El Hermès Arceau Toucan de Paradis se emite en formato de edición limitada a 24 unidades. Se trata de un número relativamente elevado para un reloj tan especial como este pero, dado que todo es trabajo de la esfera es totalmente manual, no habrá dos iguales.