Con el Big Bang MP-11 Water Blue Sapphire, Hublot sigue incrementando el límite de complejidad de un impresionante reloj que se presentó al mundo en la feria de Baselworld del 2018. A grandes rasgos, un reloj comprende tres apartados; diseño, materiales y mecánica. Después de siglos de historia relojera, una innovación en cualquiera de estos campos es todo un logro. Si se logra crear y desarrollar algo inédito en las tres vertientes, se convierte en un hito que pocas veces veremos alcanzar. El MP-11 es una de las contadas creaciones relojeras que cumplen este objetivo.
Desde su presentación hace seis años, Hublot nos ha asombrado con algunos desarrollos del MP-11, cada uno de ellos aportando una innovación en la utilización de materiales. Ahora, con el Big Bang MP-11 Water Blue Sapphire, se ha dado un nuevo paso en este apartado. Este «Manufacture Piece» (MP) ha sido, en mi opinión, la novedad más importante de Hublot en el recientemente finalizado Watches and Wonders 2024. Sobre estas novedades ya os hablamos en este artículo. En él prometía un futuro análisis en profundidad de esta versión Water Blue Sapphire, y lo prometido es deuda.
La indefinible caja del Big Bang MP-11 Water Blue Sapphire
La caja del Big Bang MP-11 es indefinible, pero describirla tampoco tiene nada de fácil. Su geometría es tan compleja que resulta inadecuado encasillarla dentro de alguno de los grandes grupos convencionales; su base no es redonda, ni cuadrada, ni rectangular. Lo que sí es cierto, es que se basa, aunque sea conceptualmente, en la caja que todos conocemos del Big Bang, de ahí su nombre.
De la caja del Big Bang reconocemos el característico ángulo de caída en la zona donde se une a la correa. También reconocemos la forma básica de la carrura. En cuanto al bisel, lo único que tiene en común con el de un Big Bang es que visto cenitalmente es redondo. A partir de aquí, el diseño de la caja el MP-11 se aparta de todo lo visto en el Big Bang hasta que nos asombró con su presentación en el 2018.
Lo más evidente y notorio es la bóveda tubular que preside la mitad inferior del cristal frontal y que obliga al bisel a seguir el mismo perfil. Esta insólita geometría no es un simple ejercicio de diseño. Se debe a la necesidad espacial que le exige el mecanismo que alberga en su interior, aunque esto lo veremos más adelante.
Pero, no todo se limita a esta insólita forma, ya que la carrura de la caja de un. MP-11 también se aparta de todo lo convencional, permitiendo apreciar todas las partes que componen la caja de un Big Bang. Cuando Hublot presentó el MP-11 (artículo), lo hizo en dos versiones de material de caja; fibra de carbono y cristal de zafiro. La transparencia de la segunda dejaba al descubierto su interior, lo que permitía observar los elementos del mecanismo. Incluso más importante que ello es que permite apreciar los detalles de la insólita complejidad de la construcción de la caja, incluidos los tornillos que unen todas sus partes. Recordemos que la estructura de una caja convencional de reloj consta de tres partes: carrura, fondo y bisel. La del Big Bang es otro mundo. En una ocasión, en una visita a la manufactura de Hublot, tuve el privilegio de desmontar y montar una de estas cajas, y puedo dar fe que resulta mucho más complejo de lo que puede parecer a primera vista.
La utilización del cristal de zafiro para fabricar la caja forma parte de uno de los factores que mencionaba al inicio de este artículo. Hace tan solo una década, el empleo de zafiro en un reloj se limitaba al cristal que protege la esfera, siempre y cuando no fuera muy abombada. Cualquier forma mínimamente compleja era imposible de realizar con este material. En este tiempo, Hublot ha sido el máximo protagonista en el desarrollo de materiales avanzados en relojería y también de obtenerlos en tonalidades de color inéditas. Todo esto lo refleja a la perfección el Big Bang MP-11 Water Blue Sapphire.
Dudo que exista una caja con. una geometrías más compleja que la del MP-11, pero Hublot ya había logrado fabricarla con zafiro, con su derivado SAXEM, con fibra de carbono y con cerámica. Ahora, con el Big Bang Big Bang MP-11 Water Blue Sapphire, Hublot consigue por enésima vez obtener una tonalidad nunca vista en el cristal de zafiro; un azul que la manufactura de Nyon bautiza con lo que se podría traducir como «azul agua», que vendría a ser como un azul turquesa muy claro.
A pesar de no ser muy partidario de los relojes con tonalidades llamativas, admito que el resultado estético final del Big Bang MP-11 Water Blue Sapphire me parece sumamente atractivo. Su tonalidad suave, menos saturada, resulta mucho menos estridente que los colores más primarios, algo que aun le convierte en más especial.
Una esfera que no lo es
Como en prácticamente todo reloj de carácter vanguardista, la esfera del MP-11 de Hublot carece de una base convencional. En consecuencia, el anverso del movimiento queda plenamente visible y este es un detalle de absoluta trascendencia en este reloj.
Esta transparencia nos permite asombrarnos con los siete barriletes, integrados de forma coaxial y vertical. También deja visible gran parte del tren de engranajes y la totalidad del volante, ubicado a la altura de las 2 horas. Aunque carezca de base, Hublot se las ingenia para implementar un pequeño dial del tiempo, centrado a las 12 horas, que nos muestra las agujas de horas y de minutos recorriendo el índice de su perímetro. No podemos esperar del MP-11 la legibilidad que ofrece un reloj de carácter convencional, pero esta no deja de ser bastante aceptable.
Un detalle fascinante es el disco, también vertical, que nos indica los días restantes de reserva de marcha, apuntados por una pequeña flecha que sigue a la inscripción DAY POWER RESERVE, impresa en el cristal frontal en el mismo color azul que la caja.
El calibre HUB9011, un mecanismo de absoluta vanguardia
270 componentes, 39 rubís, 28.800 alternancias por hora y 14 días de reserva de marcha. Estos datos, fríos y objetivos, pueden resultar impresionantes, especialmente el de la reserva de marcha, pero en ningún momento nos transmitirán la impresión visual que genera ver este calibre HUB9011.
Si tuviera que definir esta impresión, me decantaría por «asombro». No se parece en nada a todo lo visto o conocido, pero además su estética es fascinante. Es como un monumento artístico tridimensional a la micro-mecánica relojera.
Su anverso, que ya hemos visto en todas las imágenes de este reloj, otorga todo el protagonismo a la impresionante batería que forman los 7 barriletes, implementados coaxialmente y en vertical. Podríamos cuestionarnos si el colocarlos verticalmente es un mero ejercicio estilístico, pero si pensamos la superficie que ocuparían en horizontal, concluiremos rápidamente que resulta imposible implementarlos en la superficie que permite un reloj. Si, como es el caso, esta solución técnica también genera un diseño impactante, no cabe más que quitarse el sombrero ante los ingenieros de Hublot.
Si damos la vuelta al Big Bang MP-11 Water Blue Sapphire, la impresión no disminuye. El cristal de zafiro que equipa el fondo del reloj nos permite una plena visión del reverso del calibre HUB9011. Desde esta perspectiva, el protagonismo sigue siendo para los siete barriletes, pero la fascinante estructura de todos los puentes no se queda atrás. En resumen, podemos concluir que el calibre que equipa el MP-11 es tan excepcional e innovador como su caja, con una estructura nunca vista antes, salvo el movimiento del MP-05 «LaFerrari» de la misma Hublot (artículo).
Big Bang MP-11 Water Blue Sapphire; conclusiones
Al inicio de este artículo calificaba al Big Bang MP-11 Water Blue Sapphire como indefinible. Si me obligaran a hacerlo, probablemente me decantaría por «extremo», aunque este término tan simple deja mucho en el tintero. Evidentemente es un reloj extremo en todos los sentidos, pero lo hace con estilo y con coherencia. Su caja, su esfera, su mecanismo y el conjunto estético que generan, no se parecen en nada a los de otro reloj. Todos estos elementos innovan en su apartado, por tanto, este reloj de vanguardia absoluta cumple con el precepto «imposible» que mencionábamos al inicio de este artículo.
El Big Bang MP-11 Water Blue Sapphire no es un reloj para todo el mundo. Es una pieza reservada para apasionados de la Alta Relojería de vanguardia que ya cuenten en su haber con un buen arsenal de piezas de alto nivel. Para ellos, se trata casi de una obligación intentar hacerse con esta pieza, pero se toparán con dos dificultades. La primera es que de este reloj solo se emitirán 50 ejemplares. La segunda es que su precio asciende a 178.000 EUR, aunque este no será el obstáculo principal para los aspirantes a esta obra maestra de vanguardia relojera.