De la mano de Garage Italia y Lapo Elkann, Hublot nos anuncia el Big Bang Millennial Pink, un reloj que la manufactura de Nyon bautiza como unisex. Naturalmente, después de esta aseveración surge inevitablemente la gran pregunta; ¿Qué define y diferencia un reloj femenino de uno masculino?. Si obtenemos una respuesta también tendremos la definición de reloj unisex.
Ya os adelanto que, en mi humilde opinión, la pregunta no tiene ninguna respuesta objetiva. Un reloj femenino es el que porta una mujer y uno masculino el que porta un hombre, así de crudo y simple. Cuál decidan ceñirse a la muñeca una y otro es una cuestión meramente personal y por tanto subjetiva. Ahora bien, una vez soltada semejante sentencia, hay que reconocer que hay una serie de rasgos que pueden convertir un reloj en más apropiado par un género que para otro.
El primer factor, por el que hasta hace pocos años se ha regido la industria relojera, es el tamaño de la caja. En términos generales, la muñeca femenina es más fina que la masculina. Por tanto, es lógico que un reloj femenino sea de menos tamaño que uno diseñado para el público masculino. No obstante, siempre he pensado que un reloj exageradamente grande queda un tanto ridículo en un hombre, mientras que en una mujer puede resultar “fashion”.
Hublot ha sido pragmático y se ha decidido por una caja de 42 milímetros, lo cual es relativamente contenido para un reloj deportivo masculino y no exageradamente grande para un deportivo femenino. Por tanto, admitimos estos 42 milímetros como unisex, siempre y cuando se trate de un reloj deportivo como es el caso de este Big Bang Millennial Pink.
Una característica que sí define un reloj femenino es la decoración mediante engaste de piedras preciosas en su caja, principalmente diamantes. Afortunadamente cada vez hay más relojes pensados para mujeres que no recurren al engaste y también enormes relojes masculinos que sí lo hacen. Es importante puntualizar que estos últimos solo tienen aceptación en zonas geográficas muy concretas y en un tipo de cliente también muy específico, el de aquellos que disfrutan del exhibicionismo. Muy acertadamente Hublot ha decidido prescindir de enastes en el Big Bang Millennial Pink.
Hasta aquí, nada nuevo ya que la geometría de la caja es la que ya reconocemos sobradamente de cualquier Hublot Big Bang. La novedad se centra en el material elegido para dicha caja y en su tonalidad; aluminio anodizado y color “Millennial Pink” respectivamente. El aluminio es raramente utilizado en cajas de relojes y siempre me he preguntado el porqué. El bisel de aluminio de mi Omega Seamaster, que cuenta con más de 15 años de uso y abuso, no ha sufrido ni el más mínimo rasguño visible. Por tanto, no veo porqué el resultado en el resto de componentes de la caja debería ser distinto. Pero este es otro tema, al que seguro que la industria tiene respuesta.
La cuestión del color es el otro frente de batalla para definir el carácter bisexual de este reloj. Hublot lo denomina como “Millennial Pink”, lo cual suena muy florido, pero no es precisamente muy objetivo, pero vayamos por partes. Lo de Millennial deduzco que hace referencia a las personas que han nacido en el periodo comprendido entre 1980 y el año 2000 a las que hemos encasillado bajo dicho calificativo. Más o menos es un periodo que coincide con la caída de las barreras que siempre habían definido o diferenciado un reloj masculino de uno femenino. Dicho de otro modo, cuando el sector y el mercado relojero han dejado de lado la mayoría de convencionalismos.
Ello lo podríamos personalizar con el lanzamiento del Royal Oak Offshore de Audemars Piguet en 1993 y algo más tarde, en el 2001, con el resurgimiento de los Panerai, dos relojes que rompieron moldes en cuanto a tamaño. Por tanto, en este sentido es apropiado el término Millennial ya que simboliza este cambio y el concepto unisex de un reloj, algo impensable antes de los años 80.
La segunda palabra del término, Pink, es una clara referencia al típico color que siempre se ha asociado a las mujeres, sea en relojes o en prácticamente cualquier objeto. Eso sí, dejando de lado las camisas masculinas que durante un tiempo, y para algunos, han sido instrumento de expresión de su modernidad. Con ello Hublot ha querido demostrar que incluso un color tan a priori femenino, como es el rosa, es igualmente adecuado para un reloj masculino. Y, atendiendo a las imágenes, tengo que dar la razón a Hublot. A falta de verlo en directo, el color de la esfera y de la caja puede calificarse de rosa, pero también sería válido definirlo como “arena” o beige, un tono utilizado en muchos relojes de carácter militar.
Por tanto, hay que concluir que sí, que a priori es un reloj adecuado para un ámplio espectro de hombres y mujeres. No obstante, nada mejor que unas imágenes del Hublot Big Bang Millennial Pink ceñido a la muñecas de diversas personas parea apreciar que el efecto visual resultante puede ser muy variado.
En las imágenes superiores podemos ver a Lapo Elkann, CEO de Garage Italia, heredero de la familia Agnelli y también CEO y accionista controlador de Fiat Automobiles. Hace unos años tuve el placer de conocerle personalmente durante un evento que Hublot celebró con Ferrari en el circuito de Fiorano. Allí ya tuve claro que si hay un término que define a la perfección la estética de la vestimenta del señor Elkann es «elegancia moderna». Siempre viste con una aire moderno, pero sin llegar a perder nunca la elegancia.
La imagen de la izquierda no puede ser más demostrativa, con un traje de corte sumamente elegante pero con un color rosáceo/salmón inusual. Resulta evidente que el Big Bang Millennial Pink encaja a la perfección con dicho atuendo. También lo hace con la vestimenta más informal de la imagen de la derecha. Aquí es cuando hay que tener en cuenta que el físico de Lapo es atlético y de proporciones considerables. La pregunta sería si con un traje azul marino clásico y formal veríamos el reloj tan adecuado…
En las siguientes imágenes, a la izquierda, tenemos a Carlo Borromeo, Director del Garage Italia Style Center. El Big Bang Millennial Pink también luce adecuado con su verstimenta informal, pero parece que sea más grande. El motivo es tan simple como que la morfología de Carlo es más estilizada que la de Lapo.
Este efecto de proporción se incrementa exponencialmente en la imagen del Big Bang Millennial Pink ceñido a la muñeca de una modelo femenina. Parece que el reloj haya tomado esteroides. De todos modos, a pesar de que se ve enorme, como ya he comentado al inicio de esta disertación, destila una imagen “fashion” que nadie criticará.
En la siguiente imagen el protagonista es Kylian Mbappé, embajador de Hulbot. Con el Big Bang Millennial Pink en su muñeca, vemos como el reloj ha recobrado un aspecto potente pero contenido. La conclusión es la de siempre, al igual que la ropa, un reloj sienta mejor o pero en función de muchos aspectos.
Hemos llegado casi al final del artículo y prácticamente todo han sido consideraciones filosófico estéticas. Pero tampoco creo que hubiera otra forma más adecuada de afrontar un análisis del Big Bang Millennial Pink. Al fin y al cabo, la misma Hublot ya ha centrado toda la atención en su carácter unisex, lo que afecta única y exclusivamente a cuestiones estéticas.
Como ya he comentado al inicio, las novedades que aporta este Big Bang son dos: el aluminio con el que está realizado y el tono rosa.. perdón, quería decir “Millennium Pink” de dicha caja, de las correas y también de ciertos elementos de la esfera. El resto de características técnicas ya las conocéis sobradamente de los Big Bang. También podéis consultar los artículos que hemos escrito sobre Hublot, donde encontraréis multitud de ellos que se tienen como protagonista un Big Bang. En cuanto al movimiento que equipa este Big Bang Millennial Pink es el mismo calibre de cronógrafo HUB1280 que encontramos en el Hublot Big Bang Unico 42, que de hecho es el reloj del que deriva.
El precio del Hublot Big Bang Millennial Pink es de 20.700 EUR, el mismo que el de un Big Bang Unico Integral, con caja y brazalete de titanio, que analizamos recientemente en este artículo. La mala noticia la dejo para el fina; se trata de una edición limitada a tan solo 200 ejemplares para todo el mundo. Cierto es que ello le otorgara un mayor valor de colección, pero es una lástima porque seguro que muchos clientes no podrán acceder a él.
Si me preguntáis si lo compraría, la respuesta es sí. No lo haría como único reloj pero sí como reloj deportivo de características únicas. Además su base es la del Big Bang Unico, uno de los mejores cronógrafos automáticos que se han creado en las últimas décadas.