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Hublot Masterpiece MP-05 «LaFerrari»

El Hublot Masterpiece MP-05 "LaFerrari" es el fruto más extremo de la asociación de esta manufactura relojera suiza con la legendaria firma automovilística italiana.

Hablar de Hublot y pensar inmediatamente en los Big Bang es un proceso automático en cualquier aficionado a la relojería. No en vano es su colección estrella y en la que han volcado la inmensa mayoría de sus novedades en los últimos años. Pero la gran novedad de Hublot en Baselworld 2013 no tiene nada que ver con esta colección, es un reloj vanguardista denominado Masterpiece MP-05 «LaFerrari».

Si los primeros Hublot fruto del nuevo acuerdo de colaboración con Ferrari eran evoluciones importantes de la gama Big Bang, este MP-05 va mucho más lejos y no es comparable con nada que haya creado la firma suiza hasta la fecha. Al verlo sin leer la marca, es más fácil asociarlo a un Urwerk o un MB&F que a un Hublot. Por su aspecto puede parecer un reloj futurista conceptual, que en cierto modo lo és, pero se aparta de cualquier reloj prototipo o concepto en que no se trata de un mero ejercicio de estilo o de ingeniería, sino de una pieza que saldrá a la venta.

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La forma de la caja, además de atípica, es sumamente compleja en todos los sentidos. Por su geometría puede recordar la cabeza de una cobra, pero dudo que esa haya sido la inspiración, sino más bien el adaptarse a la complicaciones e indicaciones que se quieren mostrar. Aquí no podemos hablar de esfera propiamente dicha, ya que toda la parte superior del reloj es de cristal de zafiro que deja ver directamente el anverso del movimiento. En su zona más estrecha y en el plano vertical tambien encontramos un cristal de zafiro con una misión muy concreta que es mostrar su tourbillon.

El plano vertical opuesto, el correspondiente a la parte más ancha de la caja, alberga una corona cuyo único fin es poder cargar el reloj. En el fondo de la caja se encuentra otra corona, esta vez para ajustar el tiempo. Esta duplicación y separación de funciones no es ningún capricho ya que está condicionada por la muy peculiar estructura del mecanismo de este MP-05.

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El material de base de la caja es el titanio, al que se le aplica un recubrimiento negro PVD. Inicialmente sorprende que un reloj en el que evidentemente no se han escatimado costes, no se recurra a la cerámica para realizar su caja, pero a pesar de las grandes cualidades de este compuesto, es probable que uno de sus grandes problemas, que es la dificultad de realizar ángulos muy marcados, haya impedido utilizarlo en esta caja plagada de curvas y formas realmente complejas.

A pesar de la espectacularidad de su caja y ante la ausencia de esfera, el protagonista indiscutible de este masterpiece es sin duda su movimiento, que integra las indicaciones digitales de la hora. Aún e integrando una de las mayores complicaciones de la Alta Relojería, como es el tourbillon, este no es ni mucho menos el elemento más complejo de este reloj. El total protagonismo se lo lleva por mérito propio su increíble reserva de marcha de 50 días.

HUBLOT MP 05 Laferrari 05Para aumentar la reserva de marcha de un reloj mecánico solo hay dos sistemas:  incrementar la longitud del muelle motor albergado en su barrilete o aumentar el número de barriletes y por tanto de muelles motores. La solución más empleada es la segunda, ya que el aumento de la longitud del muelle motor implica una mayor curva de entrega de par y en consecuencia un peor resultado cronométrico.

Pero evidentemente, la solución bastante habitual de 2 o incluso 4 barriletes no es suficiente para proporcionar semejante reserva de marcha, por tanto Hublot, ni corto ni perezoso, emplea para ello nada menos que 11 barriletes. Dichos barriletes actúan de forma solidaria, es decir, no suministran energía secuencialmente sino al unísono.

Los 11 barriletes, dispuestos en linea, recorren todo el eje central del movimiento y es lo primero que llama nuestra atención al observar el reloj, aunque para conocer el estado de reserva de energía del P_05 deberemos dirigirla al cilindro de aluminio anodizado situado a la izquierda, que de forma digital nos lo indica.

En el lado opuesto, guardando una total simetría, encontramos un segundo cilindro que, asimismo de forma digital, nos indica las horas y los minutos. Al igual que el cilindro de la reserva de marcha, la estructura que sustenta estos indicadores horarios utiliza unas columnas de color rojo, en consonancia con «LaFerrari» a la que homenajea este reloj.

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La parte superior del cilindro nos indica las horas, mientras la inferior se encarga de los minutos. Por tanto, aunque en la información que nos entrega Hublot siempre se refiera a él en singular, es lógico pensar que se trata, no de uno, sino de dos cilindros independientes.

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La indicación de los segundos no es menos original ni sorprendente ya que la encontramos en la misma jaula del tourbillon, que con un grosor expresamente mayor que el habitual, permite imprimir los índices necesarios para esta indicación.

Hublot, imagino que para no asustar, no menciona las dimensiones de la caja, pero si tenemos en cuenta que las de su movimiento son de 45,8 x 39,5 milímetros y que su grosor alcanza los 15,3 mm, más que la mayoría de cajas de relojes grandes, podemos imaginar cuales serán dichas dimensiones.

La legibilidad de las indicaciones parece buena, pero dudo que la comodidad de uso lo sea. Aunque de todos modos, estos aspectos quedan un tanto relegados en un reloj que ha batido el record mundial de reserva de marcha y cuya estética es indiscutiblemente impactante y me atrevería a decir que atractiva. Mi única duda, teniendo en cuenta que su mecanismo es de carga manual, es el número de vueltas necesarias de su corona para cargar completamente los 11 barriletes. Supongo que Hublot habrá implantado algún sistema desmutiplicador para ello, porque de lo contrario las agujetas que puede provocar dicha manipulación pueden estar garantizadas.

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El precio de esta futurista obra de arte de la micro-mecánica relojera es de 268.550 € y se producirá en edición limitada a 50 ejemplares. ¿Es mucho dinero?… evidentemente. ¿Es desorbitado?… no me lo parece si tenemos en cuenta el tipo de comprador al que va dirigido y los enormes costes de desarrollo que intuyo habrá implicado llevarlo a las vitrinas de las relojerías.