Hublot Spirit of Big Bang
Aunque un tanto atípico, el nombre «Spirit of Big Bang» con el que Hublot bautiza su última creación, me parece muy apropiado. Desde un punto de vista estético, si nos basamos en el mayor signo distintivo de un reloj, que es la geometría de su caja, este nuevo Hublot tiene poco que ver con el Big Bang, ya que su caja no es redonda, sino que entra en la categoría que en relojería se denomina «de forma», termino que agrupa a todos aquellos relojes cuya caja no es redonda.
Al contrario que en los relojes redondos, dentro de los relojes «de forma» hay infinidad de variables geométricas. Básicamente, este «Spirit of Big Bang» adopta lo que se denomina originalmente forma «touneau», cuya traducción al español (tonel) define bastante bien su diseño; dos caras opuestas rectas y las dos restantes con curva. ¿Donde está por tanto el «espíritu» Big Bang?… pues lo encontramos claramente definido en muchos de los elementos que conforman su caja, que retoman muy fielmente los del Big Bang.
Los seis tornillos del bisel, la forma redondeada de la parte de la caja que se une con la correa, los protectores de corona y la corona misma, son los elementos que si no estuvieran integrados en una caja «de forma» los asociaríamos al Big Bang. ¿Son suficientes estos elementos para que a cierta distancia se identifique este reloj como un Hublot?. De momento creo que no. Harán falta años para que este «Spirit of Big Bang» sea tan reconocible como el reloj del que pretende tomar el espíritu. Pero de este peaje de ineludible pago, estoy seguro que son conscientes los responsables de la firma suiza. Supongo que han considerado que su colección más exitosa, la Big Bang, ya está siendo exprimida al límite y que hace falta algo más que las innumerables ediciones especiales que de ella han editado y que simplemente se diferencian por algún motivo estético o tonal.
Si este ha sido el motivo de una novedad estética tan radical, desde luego lo han conseguido, y es una decisión de alabar por el riesgo que comporta. Mi opinión sobre este reloj no está definida en absoluto, pues no he tenido oportunidad de verlo al natural ni de tenerlo en mano. Ello se debe a la, en mi opinión, poco afortunada idea de presentarlo en las misma fechas en las que se celebraba el SIHH. Cierto que en teoría se aprovechaba la presencia de la mayor parte de la prensa especializad mundial en Ginebra, pero o le «ponías los cuernos» a varias de las marcas exhibidoras, saltándote sus presentaciones, o no había tiempo material para visitas paralelas al salón.
Dejando ya de lado temas filosóficos y estratégicos, este «Spirit of Big Bang» se lanza simultáneamente en cuatro variantes de material de caja; titanio, titanio con bisel cerámico, «King Gold» y «King Gold» con bisel cerámico. Como se puede apreciar en las dos imágenes anteriores, el efecto visual que producen esta combinaciones de materiales conllevan un cambio radical en la imagen de este reloj.
La opción más discreta es la de la caja totalmente realizad en titanio. La, en mi opinión, más coherente con este tipo de reloj es la que combina el titanio con la cerámica, ya que refuerza su carácter eminentemente deportivo. Los que nos leéis habitualmente ya supondréis que ninguna de las versiones en oro no son santo de mi devoción, aunque en este caso hay que hacer una importante distinción; el oro de este Hublot no es el convencional, sino el que la marca denomina «King Gold«, del cual ya os hablamos en diciembre del 2011, cuando se anunció oficialmente. Su dureza, mayor que la del acero, hace que uno de los problemas de este metal en relojes de grandes dimensiones, que es su propension a los arañazos, desaparezca. Lo que si se mantiene es su poca discreción, aunque probablemente el comprador de estas variantes lo que busca precisamente es la ostentación.
El tamaño de la caja es de unos muy considerables 51 mm x 45 mm y su hermeticidad de 10 bares. La esfera, según Hublot, es esqueletizada. A mí, viendo las imágenes no me lo parece, pues no aprecio la transparencia entre puentes característica de este tipo de reloj. También puede ser que el fondo sea ciego, aunque si así es, sería un poco incongruente el esqueletizado ya que se pierde dicho efecto de transparencia.
El movimiento que equipa este Hublot, es otra de las grandes sorpresas del «Spirit of Big Bang». De denominación HUB4700, se basa en el célebre calibre de cronógrafo «El Primero» de Zenith, al que Hublot aplica el esqueletizado que antes he mencionado. Por tanto, su frecuencia de oscilación es de 36.000 alternancias por hora y nos ofrece unas notables 50 horas de reserva de marcha.
En definitiva, este nuevo «Spirit of Big Bang» es una apuesta valiente y a la vez arriesgada por parte de Hublot. Como ya he mencionado, me falta verlo al natural para hacerme de él una idea más válida de la que me proporcionan las imágenes. Como supongo que se moverá en un rango de precios similar a sus hermanos de marca, lo bueno es que a priori no se me ocurre ningún competidor directo en el mercado actual. La forma de su caja y su imagen «técnica» nos puede recordar a los Richard Mille, pero estos se mueven en otra categoría de precios. El Da Vinci de IWC sí podría ser un competidor, pero su imagen es más clásica y por tanto destinado a otro tipo de comprador. Evidentemente hay muchos otros relojes con caja de forma tonel e imagen técnica, pero generalmente pertenecen a marcas poco consolidadas o no cumplen los parámetros de precio e imagen. Todo ello me hace pensar que Hublot ha estudiado muy bien el mercado antes del lanzamiento de este «Spirit of Big Bang». El tiempo dictará los resultados.