Ya desde su lanzamiento, HYT demostró que sería una firma que rompería moldes. Sus creaciones de diseño y concepción extrema basados en el innovador sistema hidromecánico pueden gustar o no, pero lo que es seguro es que no dejan indiferentes a nadie. Y si los H1 y H2 os resultan espectaculares, HYT sube un peldaño su apuesta por romper las reglas y nos anticipa los Skull Green Eye y Red Eye, dos ediciones limitadas con las que HYT supera su atrevimiento y se instala en la extravagancia.
Su aparición como marca hace tres años fue realmente explosiva; el H1 acaparó toda la atención del sector al implementar un novedoso mecanismo que recurría a un fluido encerrado en un capilar para indicarnos la hora. Posteriormente, y gracias a su asociación con APRP, lanzó el H2, una versión que evolucionaba tanto mecánica como estéticamente el primer modelo de la firma. Las posibilidades que ofrecía su diseño fueron aprovechadas para lanzar diversas versiones en las que se implementaban nuevos materiales y diferentes colores de dicho fluido, pero sin ningún cambio básico adicional.
Ahora, en cambio, nos presentan estos dos modelos que realmente sí son una novedad, cuanto menos estética, en la que todo el protagonismo de la esfera se centra en una calavera, uniéndose así al nutrido grupo de firmas que disponen de modelos con este macabro motivo. Personalmente, sigo sin entender el motivo o el encanto que pueden encontrar en ello.
Si bien estamos ante una discusión sobre gustos estéticos personales, lo que no resulta subjetivo es la escasa precisión que nos ofrece este guardatiempo: centrándose exclusivamente en la indicación fluídrica horaria, prescinde de las indicaciones de minutos, con la excusa de otorgar la máxima importancia a la calavera. Si unimos este hecho a las dificultades de precisión propias del sistema fluídrico (susceptible a cambios de presión y temperatura que pueden afectar a la viscosidad), hemos de concluir que la medida del tiempo que nos ofrece el HYT Skull es «aproximativa». Vamos, que no viene de cinco minutos.
Definamos primero estas dos ediciones: el Green Eye, fabricado en titanio con acabado DLC negro y líquido verde, y el Red Eye, una combinación de titanio y oro rojo, y líquido de este mismo color. Aunque se basan principalmente en el H1, las modificaciones son lo suficientemente importantes como para conformar una nueva colección totalmente independiente. Si los HYT H1 y H2 tienen un desmesurado tamaño de casi 49 mm, los Eye crecen hasta unos gigantescos 51 mm. Su forma también es ligeramente diferente, con una asas más estilizadas que se integran en la caja. Manteniendo el característico domo a las 6 horas, la ausencia del bisel nos remite al H2, y para mejorar la imagen final se ha eliminado el protector de corona.
Evidentemente, la principal novedad se centra en la esfera, donde el movimiento ha sido actualizado para dar al reloj la imagen frontal del cráneo, con el capilar abandonando la perfecta circunferencia habitual para definir su contorno. Como ya hemos dicho anteriormente, desaparece la indicación de minutos, centrándose en la indicación horaria a través del fluido. El retorcido recorrido del capilar que lo contiene lo aleja de la escala horaria perimetral, una dificultad añadida que solucionan los surcos en la esfera al prolongar los índices horarios hasta señalar su posición en el capilar. Pero la función horaria no es la única indicación presente en la esfera, sino que detrás de ambos ojos se esconde algo más que un resplandor rojo o verde. El ojo derecho indica la reserva de marcha del reloj mediante un juego de inserciones translúcidas con tonos matizados, que se ensombrece progresivamente a medida que la pieza llega al final del sus 65 horas de autonomía. En el ojo izquierdo se esconde un pequeño segundero de movimiento contínuo apenas perceptible, que sigue el mismo principio que el indicador de reserva de marcha. Ambos, como veis, siguen la filosofía del reloj, ofreciéndonos una escasa, por no decir inexistente, concreción en su lectura.
Si algún elemento de HYT comparte protagonismo con el fluido horario, estos son los fuelles que lo impulsan. En disposición paralela como en el H1, ambos se sitúan sobre la posición de las 6, simulando ser los dientes de la calavera.
La trasera de este guardatiempos resulta tan innovadora como su anverso. El mecanismo se vislumbra detrás de un cristal de zafiro tintado en verde o rojo según la versión, una característica que le viene como anillo al dedo y que se complementa perfectamente con la esfera. El calibre es el mismo que late en el interior del H1, el HYT 101, un movimiento hidromecánico de remonte manual con un módulo mecánico en la parte superior y un módulo que controla el fluido en la parte inferior. Con una frecuencia de 28.800 alternancias por hora, su reserva de marcha alcanza unas excelente cifra de 65 horas, sobretodo si tenemos en cuenta la gran cantidad de energía necesaria para mantener en movimiento su sistema fluídrico.
¿Qué podemos concluir de este análisis?. Los HYT Skull responden perfectamente a la filosofía de la marca, manteniendo intacta su identidad, pero a través de un diseño más bien inútil y poco práctico debido a su tamaño desmesurado y a una precisión de lectura inexistente, que lo condenan a poder ser lucido en contadas ocasiones. A pesar de ello, me gusta, porque es precisamente lo que podemos esperar de una firma innovadora y audaz: una pieza visualmente muy impactante y de poderosa personalidad.
Ambas ediciones se entregarán con una correa de aligator negra. El HYT Skull Green Eye es una edición limitada de 50 piezas, mientras que el HYT Skull Red Eye se limita a sólo 25 unidades.