Escribir y opinar sobre el mundo de la relojería es nuestro trabajo, si, pero tenemos la gran suerte que también es nuestra pasión. Pero hay veces que escribir un artículo cuesta más que otras, ya sea porque estamos poco inspirados a la hora de trasladar nuestras sensaciones a papel (en nuestro caso a pantalla) y encontrar las palabras adecuadas, o bien porque la complejidad del reloj o el tema del que hablemos requieran un esfuerzo suplementario para poder ofrecer una opinión bien estructurada y fundamentada. Pero lo cierto es que incluso en estas situaciones, disfrutamos escribiendo. En cambio, os he de confesar que cuando más «sufrimos» es al enfrentarnos a relojes que, por la razón que sea, subjetivamente creemos que son verdaderos despropósitos, ya sea a nivel estético o mecánico. Afortunadamente, estas situaciones son contadas, pero hoy es una de ellas: el HYT Soonow Instant Rainbow.
Nunca mejor dicho: para gustos, colores.
HYT es una firma por la que tengo mucho aprecio. Nacida en 2012 de la mano de Vincent Perriard, tuvo la valentía de lanzarse al mercado con un reloj que implementaba un innovador sistema de indicación horaria mediante fluidos. Con el sorprendente H1 original, su increíble evolución H2, la futurista interpretación horizontal del H3, o la espectacular esfera en forma de caja de los H²O y H5, el portafolio de HYT mantiene el inconfundible ADN de la firma: relojes de gran tamaño (tanto de diámetro como de grosor) basados en combinar su icónico sistema de indicación mediante fluidos con un módulo mecánico. Pero hay veces en que, permitidme recurrir a una expresión coloquial, «se les va la pinza».
Este recurso decorativo implementado a modo de talismán o símbolo de rebeldía ha tenido un fuerte arraigo en HYT. Los Skull, Skull 48.8 o los más recientes Soonow, son ejemplos de ello. Ya de por sí, la estética relojera que adopta la Jolly Rogers (o bandera pirata) no es de mi especial devoción, pero si encima le sumamos el variado y saturado colorido de sus elementos y un masivo engastado multicolor de su esfera (personalmente, una de las más desafortunadas expresiones de esa tradicional y apreciada técnica joyera), la cosa ya adquiere tintes dramáticos.
No contentos con este despropósito estético, HYT nos envía una nota de prensa llena de poesía en la que pretende justificar y darle un significado coherente. He aquí unos fragmentos enriquecedores:
» Cuando el pasado se encuentra con el futuro, sucede algo extraordinario, y ese momento se llama presente. En esos momentos únicos, nos enfrentamos al constante desafío de explorar nuevas formas de percibir el ahora. El soonow Instant rainbow cuenta esta historia intensamente contemporánea y fluida de una manera cautivadora y llena de color. El flujo intrínseco del tiempo se presenta como un amplio espectro de posibilidades. El «ahora» dura potencialmente para siempre, ya que se convierte de forma constante en lo que hace solo un instante era «pronto». Detener y preservar el tiempo son deseos tan ilusorios como programar y prolongar un arcoíris. Lo único que podemos hacer es disfrutar de la belleza de ambos fenómenos tal y como se nos presentan.»
» Este reloj multicolor muestra el tiempo y la luz con su magia intrínseca, igual que un rayo de luz interactúa con una gota de agua para crear un arcoíris. Su diseño se basa en la verdad de que ambos están en constante movimiento, y su mensaje es que ambos deben ser siempre apreciados y nunca reprimidos. El amarillo y el azul, dos de los tres colores primarios, trazan los caminos del tiempo pasado y futuro respectivamente, mientras los otros colores del arcoíris se extienden por la esfera y alrededor de ella con un refinado sombreado gradual.»
» En un momento en el que las circunstancias nos desafían a centrarnos con gratitud en la vida, el diseño de la calavera de la esfera del Soonow Instant Rainbow consigue hipnotizarnos con su calidad. El ojo derecho muestra la reserva de marcha que avanza de forma continua por todo el espectro de colores, igual que el indicador de segundos en la otra cuenca. Los diferentes contornos monocromáticos de super-luminova alrededor de las aberturas de los ojos, la nariz y la boca atraen las miradas. Y casi como una referencia irónica a la deseada olla de oro al final del arcoíris, se dibuja una sonrisa llena de dientes de oro macizo. debemos mirar fijamente a los ojos de este momento, y de todos los momentos, desde el asombro y la esperanza. «
Los datos objetivos.
Su caja de acero DLC negra de 48,80 mm de diámetro y 20,50 mm de grosor, está protegida por una impresionante cúpula de zafiro. La esfera exterior del cráneo HYT Soonow Instant Rainbow está engastada con 668 piedras preciosas: zafiros, amatistas y tsavoritas (una variedad de granate que se parece a la esmeralda al tener ambas vanadio y cromo, que son los que aportan su color verde). Sus tonalidades cuidadosamente seleccionados completan la paleta de colores del arco iris mediante 14 variaciones diferentes de piedras semipreciosas que se extiende alrededor de la esfera con un peso total de 4,73 quilates.
Contiendo los dos fluidos, queda resaltado por el raíl amarillo subyacente pintado en Super-LumiNova. Su misma luminiscencia es la que ofrecen los contornos en rojo y verde de la aberturas de los ojos, además del naranja alrededor de la abertura de la nariz y el azul de la boca. Dentro del cráneo se albergan 313 alfileres de oro amarillo insertados sobre la esfera de titanio anodizado en color violeta, acompañadas por dos hilera de dientes también en oro amarillo. Estos alfileres se montan en forma de matriz para crear una perspectiva tridimensional.
Prescindiendo de la indicación de los minutos, la función horaria se complementa con un indicador de reserva de marcha ubicada en el ojo derecho y un indicador de funcionamiento en el izquierdo, ambos luciendo un diseño psicodélico muy en consonancia con la estética (o más bien antiestética) del reloj.
El Calibre 101, desarrollado con Chronode, funciona a 28.800 alternancias por hora y ofrece 65 horas de reserva de marcha. Desde el cristal de zafiro de la trasera podemos admirar los dos fuelles del sistema fluídrico que se enlaza con el mecanismo, visibles también desde la esfera a través de la abertura de la boca.
Esta edición limitada a 8 unidades tiene un precio de 105.000 CHF. Y seguro que se venderán los 8 relojes, porque aunque a nosotros nos parezca extraño, este tipo de relojes tienen su público. Como bien dice el manido adagio, De gustibus non est disputandum.