IWC presentó en 1994 la ref. 3705, el primer reloj de aviador dotado de una caja de cerámica de óxido de circonio negro. Por aquel entonces, era una de las primeras manufacturas en experimentar con este material resistente a los arañazos para sus cajas, cuya fabricación suponía todo un desafío. A pesar de su alto nivel de innovación y su diseño depurado, el Fliegerchronograph Keramik no fue un éxito, y sólo se fabricaron 1.000 ejemplares entre 1994 y 1998 (quizás porque su precio era un 50% superior al modelo en acero). Sin embargo, en los últimos años se ha vuelto cada vez más popular y su precio han ido aumentando constantemente. Ahora, 27 años después de su lanzamiento, IWC vuelve a revivirlo con la edición limitada que hoy os presentamos, el Pilot’s Watch Chronograph Edición «Tribute to 3705».
No estamos ante una reedición, sino que este nuevo modelo es un homenaje que muestra algunas diferencias importantes que atañen principalmente al diámetro de la caja, al material de la caja y al movimiento. Así pues, lo podemos bautizar como «tributo», ya que a veces no se trata tanto de crear una copia exacta del original sino de recrear, actualizado, el carismático atractivo del original.
Curiosamente, la colección actual de IWC dispone de referencias con caja cerámica (todas ellas pertenecientes a la misma colección Pilot’s Watch), del mismo modo que aún utiliza el calibre SW500 con las indicaciones de día de la semana y fecha (la versión de Sellita del Valjoux 7750 que impulsaba el 3750). ¿Porqué os explico esto?. Sencillamente porque demuestra que IWC podría haberse decantado por relanzar el 3750 con la misma caja, mismo diseño y mismo calibre, pero en cambio ha optado por un upgrade a todos los niveles. ¿Sale ganando con ello?. A grandes trazos, si.
La caja del «Tribute to 3750» no es de cerámica, sino de Ceratanium
Empecemos por la caja, su elemento más característico. Más grande que el original de 39 mm, la caja del Tribute to 3705 mide 41 mm de diámetro y 15,3 mm de grosor: es un buen tamaño que favorece su polivalencia y ergonomía, aunque por contra el grosor de más de 15 mm juega en su contra.
Manteniendo el look negro del Fliegerchronograph Keramik, el Pilot’s Watch Chronograph Tribute To 3705 sustituye la cerámica por el Ceratanium. Como su nombre ya nos desvela ( palabra abreviada resultado de combinar «cerámica» y «titanio»), es el nombre con que IWC bautiza una aleación de titanio ceramizado que reúne la ligereza del titanio con la dureza y la resistencia a los arañazos de la cerámica.
El material base es una aleación especial de titanio cuyo proceso de fabricación implica una serie de complejas etapas puesto que la materia prima debe tener un grado de pureza extremadamente alto. En un primer paso, la pieza en bruto se somete a un proceso de mecanizado cuyo objetivo final es el de dar la forma final a los diferentes componentes de la caja. Seguidamente tiene lugar el horneado, durante el cual el oxígeno se disemina por el material dando lugar a una transformación de fase convirtiendo en cerámica la superficie del metal.
Este acabado confiere al material no sólo la dureza extrema y la resistencia a los arañazos de la cerámica, sino que también lo hace con un atractivo color negro mate. A diferencia de los procedimientos de recubrimiento convencionales como el PVD o DLC que pueden separarse de su base en una descamación, es permanente e indeteriorable. La importancia de este hecho radica en que, aunque el reloj reciba algún golpe fortuito, el recubrimiento cerámico de la caja no se verá afectado.
Lo que tampoco cambia es que el mecanismo está protegido por una caja de hierro dulce, una aleación de níquel-hierro que lo protege de los efectos del magnetismo (¿para cuándo el silicio en Richemont?). Junto a una trasera ciega, pulsadores cronográficos de tipo botón y una corona atornillada, su hermeticidad es de 60 metros. Todos estos elementos, ahora fabricados en Ceratanium, eran de acero en el 3705… y quizás hubiera sido mejor mantenerlos así. No me malinterpretéis, la estética totalmente negra del Tribute es preciosa, pero teniendo en cuenta la influencia del contraste acero/negro en el carácter del 3705, me hubiera gustado mantenerlos en acero.
Esfera inconfundible pero actualizada
Las similitudes externas tienen su continuidad en la esfera, que mantiene a grandes trazos su mismo diseño pero con diferentes proporciones dada la caja más grande y el nuevo movimiento. La esfera es de un clásico negro mate, con elementos de fuerte contraste en blanco. Por suerte IWC no ha recurrido a patinados de estilo vintage ni índices en color crema para aportar calidez, sino que se ha decidido por conservar el aspecto técnico del 3705, tal como era cuando era nuevo. Comparado con el original, destaca el mayor tamaño de los tres subdiales, un aumento exagerado para mi gusto. Por su parte, las manecillas mantienen la asimetría tan característica del tipo Mark XII, aunque esta vez manecilla horaria es desproporcionadamente más corta.
Un detalle que merece ser destacado es que IWC ha mantenido los marcos blancos alrededor de las subesferas dispuestas a las 12 y 6 horas, un elemento estético del original que probablemente se implementó para ayudar a diferenciar visualmente los totalizadores del cronógrafo del pequeño segundero dispuesto a las 9 horas. Ahora, sin embargo, son el pequeño segundero desplazado a las 6 horas y el totalizador de 30 minutos a las 12 los que están enmarcados en blanco, conectando visualmente dos indicaciones funcionalmente no relacionadas. Por otro lado, debo admitir que el hecho de mantener la simetría vertical original favorece el equilibrio y belleza de la esfera. Personalmente, me quedo con esto último: diseño frente a funcionalidad.
Otros cambios atañen a los índices horarios, con una nueva fuente más simple y gruesa, y dos puntos luminosos flanqueando el triángulo que marca las 12 horas. Además, el mayor tamaño de las subesferas hace variar (a mejor) el texto transferido entorno a las ventanas del día de la semana y la fecha: IWC encima, Schaffhausen debajo, y prescinden, por suerte, del Automatic.
Todas las manecillas son rodiadas excepto la trotadora central en color blanco, mientras que la visibilidad nocturna resulta tan impecable como la diurna gracias a la abundante aplicación de Super-LumiNova en agujas e índices rectangulares cardinales (triangular a las 12).
Calibre 69380
En su interior encontramos el cal. 69380, un movimiento que IWC desarrolló para reemplazar al Valjoux 7750 que late a 4 Hz (28.800 alternancias por hora) y ofrece 46 horas de reserva de marcha. Aunque ambos tienen una arquitectura similar, son claramente diferentes: el 7750 tiene el pequeño segundero a las nueve, mientras que el calibre. 69380 lo ofrece a las seis. El 69380 es superior al 7750 en características, incluyendo una rueda de pilares en lugar de una leva para controlar el cronógrafo. También tiene un sistema de cuerda automático basado en el mecanismo de cuerda Pellaton característico de IWC.
Entregadas con una suave correa de cuero negro, las 1.000 piezas que se fabricarán del Tribute to 3705 se venderán exclusivamente online a través de IWC.com. Mata así dos pájaros de un tiro: amplía la posibilidad de conseguir un ejemplar al mismo tiempo que se queda con todo el margen del beneficio al prescindir del minorista. Su precio es de 12.900 €, lo que supone que casi dobla la versión en acero del Pilot’s Watch Chronograph (6.450 €) y es un 50% más caro que el cerámico Top Gun de 44,50 mm, ambos con el mismo diseño base e igual mecanismo. Además del valor añadido a ser una edición limitada, no sé si el Ceratanium puede explicar por sí mismo esta enorme diferencia que a priori parece poco justificable. Si tenemos en cuenta que además lo vende directamente sin intermediarios…