La historia de Jaeger-LeCoultre se inicia cuando en 1833 Antoine LeCoultre funda un pequeño taller de relojería en la localidad suiza de Le Sentier. En 1937, tras diversos proyectos en común entre Jacques-David LeCoultre, nieto del fundador y el relojero parisino Edmond Jaeger se oficializa la sociedad y la marca Jaeger-LeCoultre. Actualmente la marca pertenece al prestigioso grupo Richemont.
El papel de Jaeger-LeCoultre en la relojería suiza ha sido crucial, lo que demuestran los más de 1.200 calibres que ha creado y las 400 patentes que ha depositado a lo largo de sus más de 180 años de historia. Entre sus invenciones destacan el reloj sin llave o el millionomètre, primer instrumento capaz de medir el micrón. También es de destacar su papel suministrando «ébauches» a las más grandes firmas relojeras, entre ellas Cartier, Patek Philippe o Vacheron Constantin.
Entre las creaciones icónicas de Jaeger-LeCoultre podemos citar el legendario Reverso, un reloj que mediante un ingenio mecanismo permite girar 180 grados su caja, o el Atmos, un péndulo de mesa, ideado el ingeniero suizo Jean-Léon Reutter en 1928, capaz de funcionar casi eternamente solo con los cambios de las condiciones atmosféricas.
El actual catálogo de Jaeger-LeCoultre abarca prácticamente todos los ámbitos estéticos y técnicos de la relojería. Así, podemos encontrar en él colecciones de estética y concepción clásica como es la Master o la Geophysic, relojes deportivos como el Master Extreme, la vanguardia relojera representada por los Duometre e Hybris Mechanica, los trabajos artísticos que conllevan los Hybris Artistica, y por supuesto las iconicas colecciones Reverso y Atmos.
