En ocasiones resultan desconcertantes las estrategias de las marcas de Alta Relojería, como es este caso en el que Jaeger nos anuncia un nuevo reloj cuando apenas ha transcurrido un mes desde la celebración del SIHH 2014, donde exhibe la manufactura de la Valle de Joux. Siempre cabe la posibilidad de que algún contratiempo o retraso les haya impedido hacerlo durante el salón, pero me inclino a pensar en alguna rebuscada estrategia de marketing.
Dejando de lado estrategias, centrémonos en esta nueva pieza de Jaeger-LeCoultre, que ciertamente es de un gran nivel. Su nombre completo es «Master Grande Tradition à Quantième Perpétuel 8 jours SQ», tan descriptivo que lo dice prácticamente todo. Pertenece a su colección más prestigiosa, es un calendario perpetuo, cuenta con 8 días de reserva de marcha y, como no, es un reloj esqueleto.
Teniendo en cuenta que, según anuncian todas las marcas de este sector, el tiempo de desarrollo de cualquier calibre se cuenta por años, es asombroso que muchas coincidan en el mismo periodo de tiempo con novedades de un mismo tipo. Como habréis visto en los artículos concernientes a las novedades del SIHH, parece ser el turno de los relojes esqueleto, y en menor medida de la repetición de minutos. O bien las marcas cuentan con unos departamentos de espionaje dignos de la CIA, o son muy poco cuidadosos con la discreción. También cabe la posibilidad de que, dado que la mayoría están encuadradas en grupos empresariales, las estrategias de producto se dicten globalmente. las inminentes novedades de Baselworld nos darán una pista sobre cual es la respuesta acertada.
Después de este segundo inciso volvamos a este nuevo Jaeger, pero entrando en sus detalles no puedo evitar otra comparación, aunque esta vez de carácter conceptual y estético. ¿A que os recuerda un reloj esqueleto con un índice perimetral esmaltado?, pues al Vacheron Constantin «Métiers d’Art Mécaniques Ajourées» que la prestigiosa firma nos presentó hace cuatro semanas en el salón ginebrino. ¿Coincidencia?… todo puede ser.
Obviamente hay diferencias e importantes. En primer lugar, que se trata de un calendario perpetuo, lo que, como toda gran complicación, dificulta aun más el ya de por sí complejo arte de la esqueletización, pues no olvidemos que esta complicación no se limita a una cuestión estética, sino que además requiere complejos cálculos estructurales para que el adelgazamiento extremo de los puentes no afecten a la estabilidad de los piñones y ruedas que soportan.
El concepto del anillo perimetral esmaltado también difiere, ya que mientras en el Vacheron se implementa por debajo de los índices de horas y minutos, también esqueletizados, en el Jaeger dichos índices forman parte del anillo, al que además del esmaltado se le aplica una decoración guilloché previa.
Su movimiento, el calibre 876SQ, como en la mayoría de relojes esqueleto, se basa en uno ya existente, en este caso al calibre 876 que equipa al Master Eight Days Perpetual lanzado el año 2004. Una de las claves de este movimiento, más siendo de carga manual, son los 8 días de reserva de marcha que proporcionan sus dos barriletes, ya que cuando por falta de energía se detiene un calendario perpetuo, el proceso de volver a ajustar todas sus indicaciones comporta bastante tiempo y meticulosidad.
Según Jaeger-LeCoultre, la inspiración de este Grande Tradition es el reloj de bolsillo que la propia firma lanzó en 1928. Observando las imágenes, la semejanza estética es evidente, especialmente por los cuatro indicadores del calendario perpetuo que presiden el esqueletizado de ambos relojes. También por el esmalte azul, aunque en el reloj de bolsillo se aplica en la caja. Donde sí se observan diferencias es en la decoración de los puentes del movimiento, mucho más complejos y mejor acabados en el nuevo Grande Tradition.
Otro parecido con su ancestro es un detalle que Jaeger no menciona, pero que a mí me llama mucho la atención, es la ausencia de cualquier referencia a la marca en su esfera. De entre los relojes actuales, solo me viene a la mente el Panerai California como reloj «anónimo», aunque hay que concretar que es un anonimato parcial, ya que el Panerai, al igual que el Jaeger de bolsillo de 1928, muestran su marca en la carrura de la caja. El nuevo Master Grande Tradition es aun más discreto ya que tenemos que buscar en el anverso del reloj para encontrar la marca grabada en uno de sus finos puentes.
La caja de este «Master Grande Tradition à Quantième Perpétuel 8 jours SQ», de 42 milímetros de diámetro y 11,55 de grosor, está realizad en oro blanco y se emitirá en una edición limitada a 200 ejemplares, una cifra que no considero escasa dada la complejidad y nivel del reloj.