Sin duda habréis percibido que no somos demasiado entusiastas de publicar eventos en los que el supuesto interés se limita a que la celebridad de turno lleva un reloj de la marca x. Dicha postura no ha cambiado, pero hay ocasiones en las que observar un reloj en situaciones reales es la mejor forma de apreciar su ADN.
Las imágenes de la presencia de Diane Kruger en el pasado festival cinematográfico de Cannes es una de estas ocasiones. En todos los actos del festival a los que acudió , Diane lucía un reloj Jaeger-LeCoultre. En unas ocasiones se trataba de un reloj de la colección actual de Jaeger y en otras de una pieza vintage. Pero aparte de la marca, estos relojes tenían algo en común: todos ellos equipaban el calibre Jaeger-LeCoultre 101, uno de los mecanismos de reloj más extraordinarios jamás creados.
La imagen inferior ilustra perfectamente el hecho diferencial de este mecanismo: el calibre 101 es el movimiento más pequeño del mundo. En dicha imagen se aplica a un Reverso, un reloj que, aunque en este caso de pequeñas dimensiones, podríamos considerar de tamaño «normal». Pero su extraordinaria miniaturización también permite utilizarlo en piezas que salvo a ojos de un experto nadie diría que se trata de relojes, como es el caso del que podemos observar en las imágenes anteriores.
A lo largo de los más de 80 años de historia del calibre 101, Jaeger-LeCoultre lo ha utilizado en infinidad de relojes, la mayoría de ellos en forma de finísima pulsera de Alta Joyería, en los cuales el reloj en si mismo queda oculto y hay que desplazar una pieza móvil de dicha pulsera para poder leer la hora.
Esta búsqueda del «mas pequeño» puede parecer anacrónico hoy en día, una época en la que parece que si un reloj no es gigantesco está pasado de moda. Personalmente no comparto en absoluto dicha tendencia y dudo que sea muy duradera en el tiempo. Cierto es que relojes tan pequeños como los que equipan el calibre 101 no se distinguen precisamente por su facilidad de lectura, pero esta no es tampoco su finalidad.
Diane Kruger y el Festival de Cannes han servido de pretexto para esta pequeña introducción sobre el asombroso calibre Jaeger-LeCoultre 101. Ciertamente un mecanismo tan extraordinario merece un artículo dedicado en profundidad y prometemos realizarlo en un futuro próximo.
Pero además de hablar de la historia y de los distintos relojes que han utilizado este calibre, hay un caso concreto del 101 que hace años me tienta plasmarlo en un artículo. Salvo desconocimiento por mi parte, nadie, ni siquiera la misma marca, ha escrito sobre ello. Solo una breve sentencia para describir este caso: El calibre 101 forma parte de una obra cuyo autor es uno de los artistas más admirados del siglo XX… y no solo pintaba.