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Jaeger-LeCoultre Master Grande Tradition Gyrotourbillon 3 Jubilee Meteorite

Ya os hemos presentado y analizado dos de las piezas Jubilee que Jaeger-LeCoultre presentó en el SIHH como conmemoración de su 180 aniversario: el Master Ultra Thin y el Master Grande Tradition Tourbillon Cylindrique à Quantième Perpétuel. Ahora llega el turno del último reloj de esta trilogía y que se podría considerar la “obra cumbre”: el Master Grande Tradition Gyrotourbillon Jubilee.

Este es el tercer Gyrotourbillon que ha creado Jaeger y es más que probable que su nombre acabe siendo abreviado por los aficionados como Gyrotourbillon 3. La base y el funcionamiento del tourbillon esférico es la misma que la de sus predecesores, pero este Jubille añade una serie de características inéditas para complementar esta complicación.

Jaeger Gyrotourbillon 3 - frontEste Gyrotourbillon llama poderosamente la atención por la implementación estética de su esfera, que me recuerda al muy especial Tradition d’Excellence nº 5 de Audemars Piguet. De hecho su arquitectura se fundamenta en la ausencia de la característica placa base de la mayoría de relojes, que cubre toda la superficie y sobre la cual emergen las agujas para indicar las funciones. Por contra, observado por la parte frontal, en el Gyrotourbillon 3 podemos ver directamente la platina del movimiento que sirve de base de sujeción para el resto de piezas del movimiento, algo que normalmente solo se observa por la parte trasera de un reloj.

Sobre dicha platina solo emergen dos sub-diales que alojan los índices para indicar las dos funciones primordiales de este reloj, que son la hora y el cronógrafo. La única función  que se implementa directamente sobre la platina es la indicación día/noche, ubicada a la altura de lo que serían las 3 horas en un reloj convencional. Estas tres complicaciones ocupan la parte central y superior de la esfera. Dado que la sub-esfera del cronógrafo se superpone a la de la hora y esta a su vez a la platina, podemos hablar de una esfera legítimamente tridimensional.

La zona inferior está reservada para otorgar el máximo protagonismo al tourbillon esférico que parece flotar en una enorme apertura de la platina y que le permite ser observado igualmente por el anverso como por el reverso del reloj. Esta sensación de flotabilidad se debe a la ausencia de los típicos puentes de sujeción de la jaula del tourbillon, lo que le otorga su condición de «tourbillon volante».

Jaeger Gyrotourbillon 3 detail

Es la primera vez que Jaeger-LeCoultre implementa su Gyrotourbillon con esta característica, pero mantiene las restantes que son las realmente excepcionales. El principio de un tourbillon convencional es alojar el órgano regulador en una jaula que realiza un giro completo, normalmente cada minuto, para contrarrestar los nocivos efectos de la gravedad sobre estos elementos. Esto era sumamente efectivo en los tourbillones originales que implementados en relojes de bolsillo siempre se alojaban en posición vertical en el chaleco de su propietario.

Con la aparición de los relojes de pulsera, la efectividad del tourbillon se redujo considerablemente, ya que la muñeca del portador del reloj está sometida a continuos e imprevisibles cambios de posición. La solución de Jaeger a este problema es alojar el órgano regulador, no en una, sino en dos jaulas que giran permanentemente en direcciones opuestas. Una realiza su giro en un minuto y la otra cada 24 segundos. De este modo, por lo menos en teoría, se compensa el efecto gravitatorio sea cual sea la posición del reloj.

Dichas jaulas están realizadas en aluminio y ello permite que en su conjunto, el total de piezas que conforman el mecanismo del tourbillon esférico no superen el gramo de peso. Sí, habéis leido bien y no se trata de un error de escritura: 0,43 gramos para un tourbillon conformado por 112 piezas!.

Como colofón a este prodigio de la micro-mecánica y también como primicia, Jaeger dota a su tourbillon esférico volante de una espiral esférica con doble curva terminal, que incrementa la sensación de tridimensionalidad y ofrece mejores prestaciones cronométricas. El color azul de esta espiral permite que la distingamos con facilidad entre la masa de piezas que la rodean y que componen el tourbillon.

Observaremos que el volante, elemento clave al cual la espiral proporciona la energía para sus oscilaciones, a pesar de estar realizado totalmente en oro también cuenta con un tono azulado, lo cual solo tiene una finalidad estética de conjunción con el color de la espiral, pero que resulta sumamente atractivo.

La segunda complicación clave de este Gyrotourbillon 3 es el cronógrafo, que es del tipo monopulsante. Esto significa que solo contamos con un pulsador para controlar sus acciones y que actúa de forma secuencial en el orden inalterable de arranque, parada y puesta a cero. En contra de lo que se pueda llegar a pensar, el monopulsante es la forma de funcionamiento de los primeros cronógrafos de la historia. Más tarde, con la adición de dos pulsadores más, se consiguió que pudiéramos detener la medición y continuarla a nuestra voluntad sin necesidad de poner a cero las agujas, con lo que se pueden acumular en una misma medición diversos intervalos  de tiempo.

Obviamente, por su configuración monopulsante, este Gyrotourbillon 3 no permite acumular mediciones parciales, pero en cambio aporta una característica muy poco usual y realmente práctica que es su contador de minutos digital. El término digital no se refiere a un mecanismo de cuarzo ni nada parecido, sino a que se muestran los minutos mediante dígitos en lugar de agujas. La ventaja es que la lectura de los minutos totalizados por el cronógrafo se lee con mucha más precisión y rapidez que en un cronógrafo convencional. Además, permite ahorra el espacio de una sub-esfera adicional para contar los minutos, ya que las ventanas que los indican se alojan en la misma esfera que recorre la aguja que cuenta los segundos del cronógrafo.

Jaeger Gyrotourbillon 3 rear

El fondo del reloj, cubierto con cristal de zafiro, nos permite observar con claridad el reverso del movimiento, que se trata del nuevo calibre 176, totalmente desarrollado, manufacturado y ensamblado por Jaeger-LeCoultre. El volante que aloja su tourbillon, igualmente visible que por el anverso del reloj, oscila a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora y sus dos barriletes le permiten una reserva de marcha de 48 horas, una cifra modesta en términos absolutos, pero notable tratándose de un tourbillon y sobresaliente en un tourbillon de dos jaulas como es el caso del presente reloj.

Jaeger Gyrotourbillon 3 - duo

En mi opinión, el atractivo y la originalidad estética de este Gyrotourbillon 3 es indiscutible. En cierto modo se aparta de la estética clásica de los relojes Jaeger de su colección Master Tradition y aporta una imagen que se podría calificar de vanguardista. Como era de esperar, se trata de una edición limitada en su producción a 75 ejemplares, que para lo muy especial y complejo que es este reloj no considero especialmente restringida.