El Reverso Tribute Enamel Hokusai «Amida Falls» que nos presenta Jaeger-LeCoultre representa en su cara posterior una de las famosas cascadas que reprodujo el pintor, ilustrador y grabador japonés Hokusai en sus famosa serie de xilografías. Si os resulta familiar la relación de Jaeger con este artista japonés, no vais desencaminados ya que este es el tercer homenaje de esta histórica manufactura relojera suiza a Katsushika Hokusai.
Primero fue en el 2018 cuando Jaeger-LeCoultre reprodujo en el Reverso una de las grandes obras emblemáticas del artista japonés; la Kanagawa oki nami ura (gran ola de Kanagawa). Hace poco más de un año, en junio del 2021, vio la luz el Reverso Tribute Enamel Hokusai «Kirifuri Waterfall» (artículo). Por tanto, el Reverso Tribute Enamel Hokusai «Amida Falls” que ahora nos ocupa es el tercer reloj de Jaeger que reproduce una de las famosas 36 xilografías que Hokusai dedicó a los paisajes del monte Fuji.
Nadie lo tiene tan favorable como Jaeger-LeCoultre con su icónico Reverso para plasmar en él representaciones artísticas mediante técnicas «Métiers d’Art». Mientras en un reloj convencional hay que realizar auténticas filigranas técnicas para que las indicaciones del reloj interfieran lo mínimo en la obra artística que se representa, con el Reverso es todo mucho más fácil.
El reverso de este reloj está totalmente disponible para plasmar en él, sin ninguna restricción, cualquier obra artística. Esto es algo que también se podría aplicar a cualquier reloj con el fondo opaco, pero la gran diferencia es que el Reverso puede invertir sus dos caras con total facilidad. Por ello, podemos elegir lo que queremos ver cuando miramos el reloj; las indicaciones del tiempo o la obra artística plasmada en su fondo.
Como ocurre en toda obra de Hokusai, el principal desafío consiste en plasmar mediante pintura en miniatura y esmaltado «Grand Feu» el característico efecto «bokashi» de sus ilustraciones. Para ello los artesanos de Jaeger-LeCoultre han tenido que desarrollar nuevas técnicas que creen la ilusión de las xilografias. Todo este complejo proceso requiere más de 70 horas de trabajo, en las que se incluyen entre 12 y 15 cocciones al horno a una temperatura de 800 grados Celsius.
Como es habitual en estas piezas tan especiales, Jaeger-LeCoultre también aplica trabajos artísticos en el anverso del reloj. Así, la esfera que nos muestra la hora está decorada con un grabado guilloché con motivo romboide, al cual también se aplica un un esmaltado «Grand Feu» translúcido de una tonalidad verde intenso.
Las 60 líneas que componen el motivo romboidal requieren cada una de ellas tres pasadas del torno, lo que implica un total de 600 pasadas, un proceso requiere cuatro horas de trabajo. Posteriormente se aplican un mínimo de seis capas de esmalte translúcido, cada una de las cuales requiere una cocción separada. En total los trabajos artesanos aplicados a la esfera del anverso de este Reverso requieren más de una semana de trabajo.
Una operación imprescindible pero sumamente delicada en este tipo de esfera es que una vez finalizada se le deben realizar pequeñas perforaciones para implementar los índices aplicados que nos indicarán las horas. Esta es una fase crítica ya que un error en las perforación puede resquebrajar el esmalte, lo que implica iniciar todo el proceso desde cero.
La caja de este Reverso está realizada en oro blanco y mide 45,5 mm x 27,4 mm, por 9,73 mm de grosor. En su interior alberga el Calibre 822/2, un movimiento de cuerda manual que nos ofrece la indicación de horas y minutos y garantiza una reserva de marcha de 42 horas.
El Reverso Tribute Enamel Hokusai «Amida Falls” se emitirá en formato de edición limitada, a tan solo 10 ejemplares. Jaeger-LeCoultre precisa que «solo se ofrecerá inicialmente en Japón». De esta frase se deduce que si pasado un determinado tiempo no se hubiesen vendido las 10 unidades, se ofrecerían en otros países, aunque dudo mucho que esto llegue a ocurrir.