El Reverso Tribute Enamel Hokusai «Kirifuri Waterfall» que nos anuncia Jaeger-LeCoultre, se une a la avalancha de relojes que rinden homenaje a algún aniversario. Hace años se conmemoraban los aniversarios más comunes; 25, 50, 100. Ahora ya se conmemoran las décadas y al paso que vamos ocurrirá lo mismo con los años.
Este 90 aniversario que conmemora Jaeger-LeCoultre entra en la categoría de décadas pero al tratarse del Reverso, uno de los grandes iconos de la historia de la relojería, lo admitimos todo. Obviamente, la conmemoración se realiza mediante una edición especial del Reverso donde el protagonismo se centra en la reproducción de una de las obras más conocidas del ilustrador y grabador japonés Hokusai (1760-1849).
Hokusai, experto en la técnica ukiyo-e, alcanzó el zenit de su celebridad a la avanzada edad de 80 años gracias a su monumental serie de 36 xilografías dedicadas a los paisajes del monte Fuji. Entre ellas destaca una de las obras de arte más conocidas del mundo; La Kanagawa oki nami ura (gran ola de Kanagawa), que ya fue reproducida en el año 2018 por Jaeger-LeCoultre en una edición especial del Reverso.
Ahora llega el turno de otra emblemática obra de Hokusai, esta vez perteneciente a una serie de ocho xilografías, realizadas en la década de 1830, que reproducen cascadas de distintas regiones de la isla de Honshu, la principal del archipiélago japonés.
El nombre de la obra que reproduce el Reverso Tribute Enamel Hokusai «Kirifuri Waterfall» es la denominada Kirifuri-no-taki, cuya traducción sería «Cascada Kirifuri». El método utilizado para plasmar esta xilografía en la cara posterior del Reverso es la pintura en miniatura sobre esmalte «Grand Feu» y hay que reconocer que el resultado es realmente exquisito, una obra de arte por sí misma.
De forma muy acertada, en el anverso de este Reverso Tribute Enamel Hokusai «Kirifuri Waterfall», Jaeger-LeCoultre opta por realizar una atractiva y elegante decoración guilloché sobre un fondo de esmalte translúcido en tono verde. Las indicaciones que nos muestra la esfera son las mínimas imprescindibles; horas y minutos mediante agujas centrales.
También de forma acertada, el material elegido para elaborar la caja de este Reverso es el oro blanco, un metal noble que tiene todo lo que requiere un reloj de este tipo; por un lado el pedigrí que merece esta obra de arte de pulsera y por otro la discreción necesaria para otorgar todo el protagonismo a la esfera. Sus dimensiones son de 45,5 mm x 27,4 mm y 9,73 mm de grosor.
En el interior del Reverso Tribute Enamel Hokusai «Kirifuri Waterfall» se aloja el calibre 822, un movimiento mecánico de carga manual cuyo volante oscila a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora y que ofrece una reserva de marcha de 42 horas. Como era de esperar, esta obra de arte portatil se emitirá en formato de edición limitada, a tan solo 10 unidades.
