TEST – Jaeger-LeCoultre: Master Ultra Thin Reserve de Marche
Hoy analizaremos un reloj que hace más de una década que existe en el catálogo de Jaeger-LeCoultre: el Master Reserve de Marche. En el reciente SIHH se ha presentado su última evolución que básicamente consiste en una serie de modificaciones estéticas, tanto en su caja como en su esfera.
Su mecanismo, el calibre 938, se mantiene inalterado. Por tanto, si habláramos de un automóvil, estamos ante lo que denominaríamos restyling. ¿Mejora este lavado de cara la anterior versión?. En mi opinión si lo hace y de forma muy notable.
Antes que nada ubiquemos este reloj dentro de la linea de productos de Jaeger-LeCoultre y del mercado de Alta Relojería en general. Cuando se creó la linea Master, hace ya más de 20 años, el volumen del catálogo de Jaeger-LeCoultre no era ni la mitad del actual. En él encontrábamos al legendario Reverso con todas sus variantes, la línea Master y se empezaban a presentar las primeras unidades de la nueva linea deportiva Master Compressor.
Hoy en día, la colección Compressor ha crecido enormemente con múltiples variantes y han aparecido nuevas colecciones, como los AMVOX y los Master Grande Tradition. Este overbooking ha originado que la colección Master quedara algo desubicada. Inicialmente, los Master eran relojes de corte elegante, pero con un cierto aspecto robusto que pretendía aumentar su versatilidad estética. Ahora, con las modificaciones que analizaremos a continuación, Jaeger-LeCoultre ha apostado claramente por ubicar esta colección como su linea de relojes (junto con los Reverso) más clásica y elegante. La buena noticia, es que han mantenido su versatilidad y asequibilidad.
La caja
Si comparamos la caja del nuevo Master Reserve de Marche, ahora con el término añadido de Ultra Thin, con el anterior modelo de referencia 1488404, veremos que a grandes rasgos mantiene su ADN de reloj redondo y simple de vocación clásica. Sin perder esta vocación, las sutiles modificaciones estéticas que se le han aplicado, han mejorado todo lo que no me convencía de este reloj. Todos los elementos que pretendían darle cierto carácter robusto, algo incoherente en un reloj elegante, han sido modificados
El primer cambio se refiere a su tamaño, que se incrementa en 2 milímetros, pasando de los 37 a los 39 actuales. Ello no modifica en nada su estética, pero lo adapta convenientemente a los estándares actuales. Jaeger anuncia para este nuevo Master Ultra Thin Reserve de Marche un grosor de solo 9,85 milímetros. Esta finura de caja es si duda la que ha llevado a añadir el término Ultra Thin en su denominación. No tengo ningún dato del grosor del anterior modelo, pero no me da la sensación de que fuera visiblemente más grueso. En cualquier caso, tanto el término como la realidad contribuyen notablemente a la condición de elegancia de este reloj, un factor que no cumplen muchos de sus competidores de marcas rivales.
El segundo cambio lo encontramos en su bisel, ahora con curvas más suaves y especialmente con un grosor mucho más reducido, perdiendo protagonismo y otorgándoselo a la esfera, tal com o debe ser en un reloj elegante. Esta modificación incide en la intención que antes he mencionado, pues el grosor anterior le confería ese aire de robustez antinatural en un reloj de este tipo.
Las asas han seguido el mismo proceso: sus formas se han estilizado y sus curvas se han suavizado. El último elemento que se ha modificado es su corona. Esta pequeña pieza, a la que muchas veces damos poca importancia, es muy capaz de arruinar totalmente el equilibrio de un reloj, y así lo hacia en el anterior Master. En la caja de dicho modelo había algunos elementos que no me convencían demasiado ante una posible adquisición, como son el mencionado bisel, excesivamente grueso, y sus formas un tanto toscas, pero hubiera podido convivir con ellos. Lo que me disuadía de cualquier tentación de compra era su corona, exageradamente gruesa y desproporcionada en cualquier reloj que pretenda ser elegante. Ahora es como si Jaeger hubiera leído mis pensamientos. La corona disminuye su diámetro y también su longitud, encajando armoniosamente con la estética general.
Cualquier reloj con vocación clásica y elegante debe cumplir una norma incuestionable: su caja debe pasar lo más desapercibida posible, dejando todo el protagonismo a su esfera. Debe llegar al extremo de que cuando observamos por primera vez un reloj de este tipo, solo percibamos los detalles de su esfera. Si al cabo de cinco minutos de observarlo alguien nos pregunta por algún detalle de su caja, nuestra respuesta debe ser… pues no lo sé, no me he fijado.
Con el nuevo Master Reserve de Marche, Jaeger-LeCoultre cumple totalmente esta norma, pero además, si pasamos a observar detalladamente todos los detalles de la caja, solo percibiremos armonía y equilibrio. Como conclusión, y siempre en mi opinión, todos los cambios efectuados son 100% positivos. Si de mí hubiera dependido, habría modificado exactamente lo mismo y en el mismo sentido que Jaeger-LeCoultre lo ha hecho.
La esfera
Si algún término podía definir la esfera del anterior Master Reserve de Marche es el de caótica. Es evidente que se había partido de un diámetro de caja predeterminado y de unas indicaciones cuya ubicación venía condicionada por el calibre 938 de este reloj. A partir de estas premisas se tomaron una serie de decisiones en el diseño que dieron como resultado una de las esferas menos armoniosos y equilibradas del mercado.
Observando la siguiente imagen, apreciaremos que se pretendían utilizar números para indicar las cuatro horas que dividen simétricamente la esfera. El problema es que como a las 3 y a las 6, condicionados por el tamaño de la caja, no caben dichos números, simplemente se omiten. A partir de aquí, toda simetría desaparece. Pero observando el resto de índices horarios, el asunto va más lejos. El de las 2 horas no existe, nuevamente porque no cabe. El de las 3 es más corto porque el dial del fechador impide implantar su longitud normal. Lo mismo ocurre con el de las 10 horas, esta vez condicionado por el indicador de reserva de marcha. El de las 6 también desaparece, sustituido por un número. Evidentemente, el resultado es un ejemplo casi insuperable de caos y asimetría.
Nuevamente, como en el caso de la caja, Jaeger toma todas las decisiones correctas y modifica todo lo que hay que modificar. Evidentemente, el nuevo diámetro de la caja, permite muchas de estas modificaciones, pero otras son simple cuestión de lógica. La primera decisión correcta es omitir todo tipo de número para indicar las horas, lo que junto con el mayor espacio disponible, permite que todas las horas estén indicadas por índices alargados terminados en punta.
A pesar de este aumento de espacio disponible, hay dos ubicaciones, a las 3 y a las 6, donde no caben índices de la misma longitud que los demás, pero la solución es fácil y lógica: se recurre a dos índices de menor longitud. Dado que su ubicación es exactamente opuesta, se conserva el equilibrio estético. A las 6 horas tenemos el mismo problema, para el cual se emplea la misma solución, esta vez equilibrada por el doble índice opuesta de las 12 horas. Otra modificación coherente es la sustitución de los índices rectilíneos de los minutos por otros en forma de botón. Ello incrementa la sensación de limpieza y claridad de la esfera. En la linea de todas las modificaciones anteriores, las agujas también sufren una saludable cura de adelgazamiento, resultando más elegantes y menos intrusivas con el resto de indicaciones.
Así pues, vemos como el nuevo tamaño de la caja, junto con las toma de soluciones coherentes, elimina el caos y da como resultado una esfera armoniosa y equilibrada. Pero aun queda por señalar otra decisión elogiable: la eliminación del absurdo término AUTOMATIQUE, que antes encontrábamos debajo del logotipo de la marca. Siempre me ha parecido detestable, y más en un reloj clásico, cualquier literatura en su esfera que haga referencia a las funciones que ofrece. En la nueva esfera solo hay un punto negro ya que incomprensiblemente no se ha tomado la misma decisión de eliminar la inscripción RESERVE DE MARCHE debajo del indicador de dicha función. ¿Alguien se imagina como quedaría la esfera si se hiciera lo mismo con el resto de indicaciones?.
El resultado global estético de todas estas modificaciones merece un notable. Solo me impide el sobresaliente la dichosa inscripción mencionada, junto con la ausencia de indices parciales en el pequeño segundero ubicado a las 6 horas.
El mecanismo
Es el único elemento de este reloj que no sufre variación alguna con respecto al modelo que sustituye. Se trata del calibre 938, una evolución del 928, con cerca de 20 años a sus espaldas.
La principal cualidad de este calibre es aunar una robustez y fiabilidad sobradamente probadas con un perfil muy plano. Los escasos 4,9 mm de altura, son los que permiten integrarlo en un reloj como este Master Reserve de Marche y otorgarle el calificativo de ultra-plano.
Sus principales características técnicas son una frecuencia de oscilación de 28.800 alternancias por hora y una reserva de marcha de 43 horas, todo ello gracias a las 273 piezas que lo componen.
Observando la imagen superior, percibiremos que no se trata de un calibre top de gama, con acabados manuales típicos de alta relojería, que implicarían un importante sobrecoste, sino de un mecanismo en el que se privilegia su robustez y funcionalidad. En la misma imagen, correspondiente a la cara de la esfera, podemos apreciar los tres ejes de sus indicaciones y sus agujas correspondientes.
Conclusión
Aunque a primera vista pueda parecer que el restiling de este Master Reserve de Marche no modifica demasiado a su antecesor, lo cierto es que elimina todos sus defectos e incrementa sus cualidades. A destacar que a pesar de existir una variante con caja en oro rosa, Jaeger-LeCoultre nos sigue ofreciendo este reloj en acero, algo poco frecuente en manufacturas de alto nivel y menos aun en sus colecciones clásicas.
Todo este conjunto de características dan como resultado un reloj de gran versatilidad, que en su variante de acero encaja a la perfección, tanto si vestimos de gala como si lo hacemos de sport. Su probada fiabilidad incrementa estas virtudes y le otorgan el rango de reloj adecuado para ser usado a diario durante décadas. Por si fuera poco, su hermeticidad de 5 bares nos permite exponerlo al líquido elemento sin miedo alguno, solo limitado por su correa de piel de aligator, poco amiga del agua. Todo este conjunto de virtudes se acentúan si tenemos en cuenta su precio y la calidad que ofrece, un ratio difícilmente superable. Mi total recomendación para acompañar a otro reloj de carácter marcadamente deportivo, o incluso como único reloj con la sola salvedad de uso en circunstancias realmente extremas.