Jaquet Droz es una firma legítimamente histórica, muy exclusiva y lamentablemente poco conocida. Su escasa producción también autolimita su popularidad, ya que en lógica consecuencia los puntos de venta que la ofrecen son pocos en el mundo. Estas características, junto con su innegable calidad, desembocan en que el precio de sus relojes esté también limitado a pocos bolsillos. Con este nuevo Jaquet Droz Grande Heure Minute Quantième se nos facilitan algo las cosas, ya que se ofrece con caja de acero.
Si algo distingue a la práctica totalidad de los relojes Jaquet Droz es su forma poco convencional de mostrarnos el tiempo en su esfera y este Grande Heure Minute Quantième, que se inscribe en su colección Astrale, se aparta de ello, convirtiéndose en el uno de los relojes más convencionales de la firma de La Chaux-de-Fonds. Ello se advierte observando su esfera, el elemento donde Jaquet Droz plasma su ADN, pues nos encontramos ante las típicas agujas centrales de horas, minutos y segundos, una configuración común a la inmensa mayoría de relojes del mercado,
Sorprendentemente, la originalidad característica de Jaquet Droz la encontramos en el novedoso diseño de la ventana del calendario, un elemento donde era realmente difícil pensar que podía aparecer alguna innovación. Si nos atendemos a la ventana en sí misma, no tiene nada de especial, pero sí lo tienen sus laterales, implantados en una especie de rampas que desembocan en ella. No es algo que beneficie ni perjudique su funcionalidad, pero hay que admitir que le otorga un toque distintivo e indudablemente original.
Como es bastante común en Jaquet Droz, el «Grande Heure Minute Quantième» se emite en dos versiones de esfera, una de ellas con fondo opalino blanco y una segunda con una poco convencional decoración estilo «Côtes de Genève» de color azul. También podemos elegir para ambos estilos de esfera dos tamaños de caja, con diámetros de 39 y 43 milímetros. La opción de 39 milímetros me parece perfecta y dudo que nadie la considere pequeña. La de 43 mm, teniendo en cuenta el fino bisel de este reloj, parecerá descomunal salvo que nuestros brazos sean de auténtico culturista.
El interior del «Grande Heure Minute Quantième» no se queda a tres, ya que alberga el calibre JD1150P, un avanzado movimiento lanzado en el 2014, que implanta una espiral de silicio y que nos ofrece unas impresionantes 68 horas de reserva de marcha.