Jaquet Droz humaniza el Grande Seconde Quantième, uno de sus grandes iconos. Se trataba de un reloj al que resultaba difícil encontrar un defecto… si no fuera por su tamaño. Un reloj de estética indiscutiblemente clásica, con un bisel finísimo y con un diámetro de 43 milímetros da como resultado una sensación de tamaño disparatada. Ahora se ha solucionado.
Me expreso así de rotundo porque nunca he entendido esta fijación de Jaquet Droz con diámetros que, tanto visual como físicamente, resultan imposibles para la mayoría de compradores. Estoy convencido de que muchísimos compradores que estaban enamorados de un Jaquet Droz lo han descartado por este motivo. Muy pocos compradores que estén en el proceso de decisión de adquirir un reloj clásico serán partidarios de la ostentación o el exhibicionismo. La mayoría valorarán ante todo la íntima discreción.
Los 41 milímetros del nuevo Jaquet Droz Grande Seconde Quantième resuelven de un plumazo este problema. Pero cuidado, 41 mm en un reloj de estas características sigue siendo un tamaño más que considerable, especialmente desde el punto de vista subjetivo. Nunca está de más recordar que la sensación de tamaño en un reloj depende más de la superficie de su esfera que del tamaño de su caja. Un reloj clásico de 40 milímetros y bisel fino parecerá mucho mayor que uno deportivo de 42 mm con un bisel de 4mm.
Jaquet Droz ya ofrecía el Grande Seconde Quantième en un diámetro de 39 milímetros, muy inferior a los 43 del que se podía considerar estándar. De ello hablamos por ejemplo en este artículo que dedicamos en septiembre del 2019 a la versión con esfera azul de este reloj. Lo que nunca he tenido claro es si la versión de 39 mm estaba pensada para el público femenino. De lo que no cabe duda es que esta de 41 mm que presentamos hoy está pensada para el masculino.
Cuando he afirmado al inicio del artículo que este Grande Seconde Quantième 41 puede ser una de las grandes novedades de Jaquet Droz en el 2020, lo he hecho en parte por intuición, pero también apoyado por un hecho objetivo; la manufactura de La Chaux-de-Fonds anuncia de golpe nada menos que 7 variantes de esta nueva versión de 41 milímetros.
Las hay para todos los gustos, necesidades y preferencias estéticas. En este sentido, la una gran noticia es que Jaquet Droz ofrecerá tres de los nuevos Grande Seconde Quantième con caja de acero, algo poco común en relojes clásicos de las grandes firmas.
Así, tenemos una versión con caja de acero y esfera negra mate, acero con esfera plateada arenada y acero con esfera gris arenada y unos insólitos detalles en azul eléctrico en sus contadores. Las dos primeras son relativamente convencionales, pero la versión gris/azul (centro de la imagen superior) rompe tanto la estética que transmite este Grande Seconde Quantième que no es ninguna exageración considerarla como vanguardista.
Es importante resaltar que estas tres versiones en acero del Grande Seconde Quantième rompen lo que parecía un regla que observaban todos los modelos de esta colección. Me refiero a los números romanos utilizados como índices horarios que, como observaréis en la imagen superior, han desaparecido. En su lugar encontramos indices rectangulares aplicados en oro blanco tratados con la tonalidad que domina en cada versión; sin tratar, azul o gris.
Los amantes de los nobles metales tampoco quedarán decepcionados. Jaquet Droz ofrece de entrada cuatro versiones con caja de oro rosa, que se diferencian por sus esferas. Dos de ellas son las habituales, en color negro y marfil, que encontramos en la mayoría de relojes clásicos.
Las otras dos versiones de oro rosa rompen totalmente con lo convencional. La primera recurre al esmalte «Grand Feu» color burdeos para el fondo de la esfera, lo que produce un efecto realmente espectacular. La otra aún me ha sorprendido más ya que aúna su caja de oro rosa con una esfera esmalte «Grand Feu» azul oscuro, una combinación que no recuerdo haber visto antes en un reloj clásico y que ofrece un resultado ciertamente exquisito.
Lo restante de este reloj ya lo conocéis, incluido su calibre 2660Q2. Se trata de un movimiento de carga automática que oscila a 28.800 alternancias por hora y ofrece unas magníficas 68 horas de reserva de marcha gracias a su doble barrilete. Como en la mayoría de relojes de las firmas más prestigiosas del Swatch Group, el silicio está presente en los componentes más críticos del movimiento, en este caso la espiral y los cuernos del áncora.
Otra gran e inesperada noticia es que ninguno de estos siete Grande Seconde Quantième tiene «numerus clausus», que en idioma Jaquet Droz significa que no se emite en formato de edición limitada.
